Pedro Sánchez clebra su 'victoria' y se olvida de su 'derrota'.
“España –escribe en
Público David Bolleroen ‘Lo que pasa, por jugar a la ruleta rusa’– no es más
fascista hoy que ayer, pero ese fascismo está más representado en las
instituciones. De hecho, nuestro país pasa por ser el que tiene la extrema-derecha
más fuerte de Europa. Después de que los partidos democráticos jugaran a la ruleta rusa tras el 28 de abril, la nueva convocatoria de elecciones ha revelado
una retirada de la confianza tanto
a PSOE como a Unidas Podemos (UP) y la aniquilación de Ciudadanos
en favor de PP y Vox”.
Otros, como David Torres,
apuntan en el mismo medio que, en el mus, la peor mano que un jugador puede
sacar es un 4, un 5, un 6 y un 7. “Se denomina ‘Pedrete’ y en algunos lugares –por
ejemplo, en el barrio de mi niñez– cuando mostraba uno se apuntaba un punto de
chica por tan notoria exhibición de mala suerte y recibía otras cuatro cartas.
A partir del domingo, el ‘Pedrete’ va a designar también el fenomenal batacazo
de Pedro Sánchez, que con un juego de naipes bastante decente no quiso pactar
una coalición de izquierdas y pidió una segunda ronda electoral después de seis
meses de autismo sólo para conseguir unos resultados mucho peores. Todo gracias
a las presiones del Ibex, a la desfachatez irredenta del PSOE, a los consejos
de un Fouché de autoayuda llamado Iván Redondo y a la soberbia infinita del
personaje, un hombre tan pagado de sí mismo que todavía sigue sin entender que
la democracia no consiste en que lo elijan únicamente a él… Pero ¿para qué
necesitaba formar gobierno con la ayuda de esos aficionados de Podemos y de
cuatro gatos independentistas? ¿Cómo no iban los españoles a votarlo en masa si
era el candidato más alto y el más guapo?
“Ahora sí, ahora, con
tres escaños menos y las fuerzas de sus aliados naturales mermadas, Sánchez ha
visto además que el PP ha recobrado oxígeno y que Vox prácticamente ha doblado
su presencia en el Congreso. Pensaba que la maniobra de sacar a Franco del
Valle de los Caídos le iba a sumar un montón de votos y lo único que ha
conseguido es resucitarlo para que vuelva a tomar parte en la política española
con voz y voto. ‘Unidas Podemos’ retrocede unos cuantos escaños y Ciudadanos
casi se evapora en el grupo folklórico tras el mayor gatillazo de la democracia
española. Como se ve, el audaz envite de la repetición electoral le ha salido
redondo a Sánchez, Iván Redondo para ser exactos. Nunca les estaremos bastante
agradecidos por la hazaña de lograr que, en España, la ultraderecha haya salido
por fin del armario histórico.
“También hay que aplaudir
la estrategia de mitosis de Más País, que, a costa de hacer un ridículo pasmoso
en su estreno nacional, ha torpedeado a sus antiguos camaradas y permitido el
ascenso de Vox hasta alturas estratosféricas. Gracias a su afán de
protagonismo, Errejón pretendía ser el niño en el bautizo y ha sido el muerto
en el entierro. Con el ‘Pedrete’ da igual que los naipes sean oros, copas,
espadas o bastos. El escenario político sigue tan bloqueado como antes, sólo
que aun peor, con los eslabones mucho más débiles, la izquierda más dividida,
la derecha más fuerte y los rencores enconados hasta la exasperación. Pero no
hay que descartar, teniendo en cuenta el optimismo irrefrenable del presidente,
que se empeñe en convocar unas terceras elecciones, a ver si hay suerte y
defenestra al PSOE de una vez por todas. Sánchez ha encarnado en términos
electorales aquel chiste de Jaimito, el de ese delantero centro tan idiota que
metió un gol y en la repetición lo falló”.
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