“Assange podría morir en
prisión”, advierten más de sesenta médicos en una carta abierta dirigida a la
ministra británica del Interior, Priti Patel, en la que solicitan atención
médica urgente para él. Assange ha pasado sus días desde 2012 encerrado de
manera forzosa. Los siete años de cautiverio forzoso vividos por el fundador de
WikiLeaks, Julian Assange, le están pasando una dura factura física y
psicológica. Primero en la embajada londinense de Ecuador y, desde abril de
este año, en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, también en Londres. En la
actualidad, espera el próximo mes de febrero su juicio de extradición a Estados
Unidos, por la filtración de miles de documentos confidenciales. En la misiva
divulgada a mediados de octubre por los médicos –que proceden entre otros
países del Reino Unido, Australia y Sri Lanka–, expresan
su “gran preocupación” por la salud de Assange, de 48 años, y piden que el
periodista sea llevado a un hospital universitario a fin de que sea evaluado y
reciba la atención de especialistas. “Desde el punto de vista médico –recalcan–
y ante la evidencia disponible, tenemos una gran preocupación por el estado
físico de Assange para afrontar el juicio, en febrero de 2020. Lo más
importante es que, en nuestra opinión, Assange requiere una evaluación médica
urgente sobre su estado físico y psicológico”.
La vida de Julián Assange se apaga lentamente.
Detenido en la prisión de
máxima seguridad de Belmarsh, en Reino Unido, la vida de Julian Asssange corre un
serio peligro: sigue detenido en la prisión de máxima seguridad del Reino
Unido, Belmarsh, a la espera del desenlace de un largo proceso judicial por
cargos de espionaje. Según informó WikiLeaks, Assange fue trasladado varias
veces al hospital de la propia prisión después de una “drástica pérdida de
peso” y complicaciones de salud. Y, según afirman “está tan mal que casi no
puede mantener una conversación”. “La salud de Assange ya se había deteriorado
significativamente después de siete años en la embajada de Ecuador, donde
estuvo en condiciones incompatibles con los derechos humanos básicos”, explicó
WikiLeaks. Por su parte, el padre de Assange, John Shipton, contó a World
Socialist Web Site (WSWS) que su hijo “podría morir” en prisión, como resultado
de las terribles condiciones bajo las cuales está detenido. Shipton indicó que
teme por la vida de Assange, y por ello llamó a las autoridades a apiadarse de
su hijo. Igualmente, varios de sus amigos y allegados expresaron su
preocupación por la salud del australiano, entre ellos, su hermano, Gabriel
Shipton; el periodista y cineasta, John Pilger; la diseñadora de moda, Vivienne
Westwoo; la actriz, Pamela Anderson y el relator especial de la ONU sobre
tortura, Nils Melzer. Todos ellos lo visitaron en prisión. WSWS indicó por su
parte que Assange “sería la víctima de un intento de asesinato en cámara lenta
por parte de Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia. Hay muchas razones para
acusar a Washington, Londres y Canberra por haber planeado la muerte de
Assange, al preferir esa opción en lugar de años de un proceso político para
extraditarlo del Reino Unido a Estados Unidos, en un juicio amañado por cargos
de espionaje”. Assange permanece detenido en una celda pequeña en completo
aislamiento de 21 a 23 horas al día, no tiene acceso a información externa ni a
llamadas telefónicas, como tampoco se le permite visitar la biblioteca de la
prisión. Bajo las estrictas reglas de Belmarsh, tiene prohibido interactuar con
otras personas, a excepción de un grupo reducido de guardias. Pero, cada vez que
el fundador de Wikileaks abandona su celda, se le prohíbe comunicarse con otros
presos, y sólo puede pasar algunos minutos en el patio cubierto de la prisión,
donde es vigilado por varios guardias de seguridad armados.
Julian Assange, antes, en la embajada
londinense de Ecuador y ahora, en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh.
Sólo se le permiten dos
visitas de dos horas y media al mes, que aprovecha para mantenerse en contacto
con sus allegados y amigos, integrantes de WikiLeaks y con sus abogados. “Ha
perdido mucho peso y presenta señales de desorientación mental, a pesar de su
absoluta determinación de seguir dando pelea”, continúa WSWS. Desde el pasado
11 de abril, permanece dentro de la prisión de Belmarsh, al retirarle las
autoridades de Ecuador el estatus de asilado político y autorizar a la policía
británica a ingresar a la embajada ecuatoriana para detenerlo. El australiano
había ingresado a la dependencia diplomática el 17 de junio de 2012, dos años
después de haber sido arrestado en Londres tras un pedido de la fiscalía sueca
por delitos de violación y abusos sexuales a dos ciudadanas de Suecia. Había
pedido asilo a Ecuador para evitar ser extraditado a Suecia y, potencialmente,
a Estados Unidos, donde teme que pueda enfrentar la pena de muerte. Las
autoridades estadounidenses lo acusan de haber participado en actividades
informáticas en complicidad con Chelsea Manning (antes Bradley Edward Manning),
la exagente de inteligencia del ejército estadunidense quien suministró a miles
de documentos clasificados, entre ellos datos sobre las guerras en Afganistán e
Irak. Durante más de siete años, Assange fue sometido –según la ONU– a una
“detención arbitraria” en la embajada de Ecuador y a “torturas” por parte del
Reino Unido. La ONU fue, además, muy crítica con el gobierno británico por
haberle rechazado abandonar la embajada y de ese modo recibir tratamiento
médico. “Incluso después de que la investigación fraudulenta contra Assange fuera
abandonada por Suecia, el gobierno británico no bajó los brazos. Por el
contrario, colaboró con Washington para presionar a Ecuador a fin de cortar
toda comunicación con Assange, y, finalmente, poner fin a su asilo”, explica
WSWS. Durante ese periodo, sucesivos gobiernos australianos, como parte de su
alianza estratégica con Estados Unidos, “apoyaron por completo las flagrantes
violaciones contra los derechos y libertades de uno de sus ciudadanos y se
negaron a defenderlo”. En circunstancias normales, el australiano debía haber
quedado en libertad bajo fianza después de 50 semanas en prisión y mientras se
desarrolla su juicio, pero la justicia británica optó por seguir manteniéndolo
encarcelado. Y el 25 de febrero próximo, el fundador de WikiLeaks se a una
audiencia de extradición a Estados Unidos por 17 cargos de espionaje y uno de
conspiración, que pueden suponer una condena de hasta 175 años de prisión.
Assange compareció ante la Justicia británica con dificultades para
hablar.
Julian Assange compareció
el pasado 21 de octubre ante la Corte de Magistrados de Westminster, en una
audiencia rutinaria en la que mostró cierta dificultad en el habla, antes del
juicio de extradición a Estados Unidos previsto para febrero de 2020. El pasado
junio, el ahora titular de Economía británico, Sajid Javid, firmó una orden
para permitir que Assange fuese entregado a Washington, que le reclama por
cargos que pueden suponer una condena de hasta 170 años de prisión. La Justicia
estadounidense le requiere por los miles de documentos secretos que publicó su
portal WikiLeaks y le acusa, entre otros delitos, de “conspiración” por
infiltrarse en sistemas informáticos gubernamentales. En la vista técnica, la
magistrada Vanessa Baraitser convocó para el próximo 19 de diciembre una audiencia
administrativa, previa al juicio de extradición fijado para el 25 de febrero
del próximo año, que durará cinco días. Además, la jueza denegó una petición de
la defensa del australiano para aplazar durante tres meses el arranque de ese
proceso judicial. En su comparecencia, Assange tuvo algunas dificultades con el
habla a la hora de confirmar su identidad y fecha de nacimiento, con titubeos,
pausas y tartamudeos, de los que se hicieron eco los medios británicos. Mark Summers, abogado del activista, se refirió
al caso de su cliente como “un intento político” de achacar a los periodistas “las
consecuencias de publicar información”, algo que tildó de “legalmente, sin
precedentes”. El letrado acusó al Gobierno estadounidense de haber “interferido”
en conversaciones privadas mantenidas entre Assange y sus abogados en la
embajada de Ecuador en Londres. Entre esas intromisiones incluyó “copiar de
manera ilegal teléfonos y ordenadores” y mencionó a “hombres encapuchados que
irrumpían en sus oficinas”. Assange, por su parte, lamentó la “difícil”
situación en la que se encuentra ahora y consideró que se enfrenta a “un
superpoder” con “recursos ilimitados”. En otro momento de la vista, pareció que
el activista trataba de reprimir las lágrimas al admitir que no puede “pensar
con claridad”. Y, pasado mayo, Wiki Leaks expresó su “grave preocupación” por su
estado de salud, después de que fuera trasladado a la unidad médica de la
cárcel.
El canciller José Valencia, en la Asamblea
Nacional, señala las razones por las cuales Ecuador termina con el asilo de Assange.
El pasado mes de julio,
Alam Duancan, el ministro británico para las Américas y Europa, aseguraba que
Reino Unido estaba garantizando el debido proceso en los casos que se seguían
contra Assange y se estaba preocupando por su salud. Afirmaba que Julian
Assange, no sería extraditado a ningún país con pena capital. Y, en una rueda
de prensa aseguró que Reino Unido estaba preocupando por su salud, para luego
garantizar que su país no permitiría que fuera extraditado “a ningún lado en
donde pudiera enfrentarse a la pena capital”. “Esa garantía sigue sólidamente
en pie”, puntualizó el representante del Ministerio de Exteriores británico. Tras
apuntar que el activista australiano “rompió la ley” y que fue él quien escogió
entrar en la Embajada de Ecuador en Londres hace siete años, comentó que nunca
estuvo “detenido involuntariamente” y que era necesario sacarle de la sede
diplomática para llevarle “a un final feliz”. El pasado 11 de abril, Ecuador le
revocó el asilo diplomático y, desde entonces, se encuentra bajo el control de
la justicia británica, que le sentenció por vulnerar medidas cautelares que le
había impuesto en 2012. Pero Assange se enfrenta a una posible extradición a
Estados Unidos, donde es requerido por un delito de difusión de secretos, o a
Suecia, donde se le investiga por supuestas agresiones sexuales. En el último
año se produjeron varios enfrentamientos judiciales con Ecuador, a quien Assange
demandó por una supuesta vulneración de sus derechos. El 11 de abril del 2019,
José Valencia, canciller de la República de Ecuador, explicó, durante su
intervención en la Asamblea Nacional, las razones por las cuales Ecuador
terminó el asilo de Julian Assange. Entre las eludidas, la interferencia en
asuntos externos de otros estados y el mal comportamiento y falta de respeto
hacia el Ecuador.
Julian Assange, con un libro de Gore Vidal
en la mano, en el momento de su detención, en Londres.
Un mes más tarde, el
suizo Nils Melzr, relator especial del Alto Comisariado para Derechos Humanos
de la ONU, lograba en mayo obtener permiso para visitar a Julian Assange en la
prisión británica de alta seguridad de Belmarsh. Melzer y dos reputados
expertos médicos, uno de ellos psiquiatra y el otro forense, reconocieron a
Assange. El relator divulgó las conclusiones del peritaje médico realizado. Melzer
es profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Glasgow y no era en
absoluto un admirador del fundador de WikiLeaks. De hecho, solo aceptó la
misión que le encomendó la ONU después de que los abogados de Assange y una
doctora apelaran en dos ocasiones solicitando un peritaje al Alto Comisariado
de Naciones Unidas. “Como la mayor parte del público, yo fui inconscientemente
contaminado contra Assange por la incesante campaña de desprestigio orquestada
durante años, pero una vez metido en los hechos de este caso, lo que encontré
me llenó de repulsión e incredulidad”, explica. “Assange fue sistemáticamente calumniado (como
“violador”, “agente ruso”, “hacker” y “narcisista”) para desviar la atención de
los crímenes que expuso. Una vez deshumanizado por el aislamiento, el ridículo
y la vergüenza, al igual que las brujas que solíamos quemar en la hoguera, era
fácil privarlo de sus derechos más fundamentales sin provocar indignación
pública en todo el mundo. Durante un periodo de varios años, Assange ha sido
expuesto a graves e incrementadas formas de castigo, a un trato inhumano o
degradante, cuyos efectos acumulativos solo pueden ser descritos como tortura
psicológica”, escribió Melzer. “En veinte años de trabajo con víctimas de
guerra, violencia y persecución política, nunca me encontré con un grupo de
Estados democráticos compinchados para aislar, demonizar y abusar
deliberadamente a un individuo durante tanto tiempo y con tanta despreocupación
por la dignidad humana y la legalidad”. Nils Melzer envió sus conclusiones en
forma de tribuna a los diarios australianos Sydney Morning Herald, Camberra
Times y a los habituales anglosajones de Europa y América, Financial Times, The
Guardian, The Telegraph, The New York Times, The Washington Post, al semanario
Newsweek y otros. Ninguno de ellos publicó una línea. Sin embargo, en su día,
todos ellos nos informaron con detalle de los excrementos de Assange en las
paredes de la embajada ecuatoriana en Londres, de su patinete y de su gato. En
España, los principales medios también ignoraron por completo el asunto. El
informe Melzer llegó discretamente a las ediciones digitales de El Mundo y La
Vanguardia (solo el primero mencionaba la palabra “tortura” en el titular), con
cero referencias en los demás. Y, en los últimos días, la prensa española
mencionó lo menos posible a Assange.
El pasado mes de
noviembre Julian Assange ya no estaba acusado de violación. La fiscalía sueca
había retirado los cargos. “Los testigos se olvidan –escribe
Víctor García desde Lasoga.org–, nuestro material es escaso, dijeron sus
acusadores. Y han hecho mutis por el foro. La grave imputación (tres
violaciones en las lujuriosas noches de Estocolmo) llevó al fundador de WikiLeaks
a refugiarse en la embajada de Ecuador, en Londres. Assange negaba los cargos y
sospechaba que eran una trampa para extraditarlo a EEUU, donde lo acechaban por
filtrar los crímenes imperiales. Ahora que ya espera en una celda de máxima
seguridad su traslado a una prisión perpetua en la democracia americana, la
acusación decae. La razón, a veces, usa sonrisa amarga. La verdad tiene, en
ocasiones, un ‘je ne sais quoi’ de melancolía. Las últimas imágenes de Assange
hacen pensar más en un viejo enloquecido que en un joven antisistema cargado de
futuro. Ha sido un trabajo de destrucción concienzudo y sistemático. Releo los
editoriales de los grandes periódicos dedicados a Assange en el último año:
villano disfrazado de héroe, vendido a Rusia, megalómano, estrafalario,
gamberro, arrogante. No se lava. Este fue el toque final: ¿quién se puede fiar
de una persona sucia en este mundo instagrantemente profiláctico? La verdad
también puede acabar en el cubo de la basura con el coro gritando ‘yo acuso’. Lo
de la higiene de Assange lo sacaron de unos espías españoles que debían velar
por la seguridad en la embajada de Ecuador. Lo que hicieron, en realidad, fue
pasarle todo lo que husmeaban a los EEUU. Luego lo publicó el New York Times,
Dama Gris de la libertad de prensa a la que WikiLeaks dio munición en sus
primeros pasos. También se la proporcionó al Guardian, Le Monde, Der Spiegel o
El País. Era 2010 y gobernaba Obama. Los crímenes de guerra eran de Bush.
Después llegaron los cables del departamento de Estado y Snowden: el espionaje
masivo de Estados Unidos a amigos y aliados. Snowden vive exiliado en Rusia.
Pudo escapar a tiempo. Assange, no. Assange inauguró el breve reinado de los
whistleblowers (los filtradores digitales). Chelsea Manning era quien le pasaba
a WikiLeaks las pruebas de los crímenes de guerra en Irak. Está presa. Como
estuvo dieciocho años encarcelado Mordechai Vanunu por desvelar el programa
atómico de Israel. Hervé Falciani, el informático que hizo públicos los
secretos de la banca suiza, ha tenido más suerte porque colabora con gobiernos
como el de España en la persecución del fraude fiscal. Es una excepción. En
general, la filtración se paga con la cárcel, el exilio o el escarnio. Son los
castigos habituales por nadar contra la corriente, ese estanque de aguas
turbias en el que, sin embargo, nos gusta mirarnos”.
El 10 de noviembre, Aurore
Van Opstal escribe en tercerainformacion.es un artículo titulado “Un gran
hombre muere en absoluta indiferencia”. “Érase una vez –cuenta– un gran hombre,
un poco extraño para algunos, pero con el deseo de dar a conocer la verdad
sobre el mundo en el que vive. Se llama Julian Assange y nació el 3 de julio de
1971 en Australia. Es un cibermilitante, un hombre brillante que descubre que
la brecha es demasiado grande entre la realidad del mundo político y la
información conocida por los ciudadanos. Propone, por lo tanto, crear un sitio
donde todos puedan, con total protección virtual, enviar información
confidencial. Así, nace WikiLeaks. Assange y cuatro personas se encargan y
llevan adelante el sitio. En 2010, publica documentos sobre la guerra de Irak,
incluido un video, que se vuelve viral a nivel internacional; Asesinato
colateral. Este último muestra el ataque aéreo del 12 de julio de 2007 en
Bagdad. Es un flashback de guerra de Estados Unidos durante el cual un
helicóptero estadounidense Apache abrió fuego contra un grupo de civiles,
incluidos dos reporteros de Reuters. Al menos 18 personas mueren durante esta
redada. Civiles Inocentes. Este video fue escandaloso. El presidente Obama tuvo
que hablar con urgencia. Julian Assange se convirtió, ese día, en el objetivo,
el enemigo público número 1 de los Estados Unidos. Las autoridades
estadounidenses comenzaron a investigar al portal WikiLeaks y a Assange bajo la
Ley de Espionaje que data de 1917. Además, varias agencias gubernamentales,
incluido el FBI, lanzaron sus investigaciones contra Assange”.
En 2010, Assange viaja a
Suecia, donde un fiscal abre una investigación preliminar tras el testimonio de
dos mujeres suecas, una de las cuales quería obligarlo a probar el SIDA (lo que
hizo) después de tener relaciones sexuales con él, la otra se negó a firmar la
declaración presentada por la policía. Después de haberlo clasificado, Suecia
reabrió la investigación preliminar, en mayo de 2019. En 2012, Julian Assange,
acorralado por todos, busca asilo en la Embajada de Ecuador en Londres.
Permanecerá allí, encerrado, de 2012 a abril de 2019. Con el cambio de
presidente en Ecuador, a principios de 2019, Assange es arrestado en la
embajada por las fuerzas de seguridad británicas. Desde entonces ha sido
enjaulado en Inglaterra. Estados Unidos solicita extradición por ‘piratería’.
Al momento de escribir esta nota, Julian Assange se está muriendo. Habría
perdido casi 9 kilos desde el comienzo de su confinamiento. Apenas encontrando
palabras para describir la inusitada barbarie a la que es sometido, y marcada
por un envejecimiento prematuro, como efecto colateral. Sin entrar en los
misterios de la ley británica, el caso Assange plantea una cuestión fundamental
del derecho internacional. Assange es ciudadano australiano, no ciudadano
estadounidense. No cometió ningún delito en aquel país. Filtró información
confidencial, pero la transmitió a otros (Chelsea Manning fue su confidente) y
bajo ningún punto de vista la ha robado. Desde un punto de vista periodístico,
más precisamente desde el periodismo de investigación (rama cuasi en
extinción), todos los periodistas hacemos esto, con información generalmente menos
importante, pero el principio es el mismo. Si no, el caso Watergate no hubiese
acontecido. En la propia prensa yanky, se habla constantemente de información
proveniente de ‘fuentes oficiales no identificadas’. Si Assange va a ser
extraditado al “país de las libertades” y encarcelado por el resto de su vida,
significa que, en principio, todos los países que espían a los yankys deberían
entregarles a sus espías, así como a todos los periodistas que publican información
al respecto. Información obtenida por ‘medios ilegales’. Pero, cuando esta
misma situación se produce a la inversa, es decir, desde las Agencias de
Inteligencias yankys, desde la propia Defensa americana, ¿qué tribunales
internacionales actúan para extraditar? Si
bien Estados Unidos no es un defensor de la soberanía nacional de otros países
además del suyo, aquí hemos alcanzado una etapa extraordinaria y la falta de
reacción de los gobiernos aliados de Estados Unidos, principalmente británicos
y australianos, ilustra el grado extremo de sumisión. El director
estadounidense Oliver Stone, dice de él: ‘Julian Assange es un editor de la
verdad. Ha hecho un trabajo notable en nombre de la humanidad a pesar de su
trato inhumano. Este caso es crucial para la supervivencia de nuestros derechos
a ser informados y a nuestra libertad esencial para luchar contra la opresión
de los Estados Unidos y el Reino Unido, ¡y ahora contra la tiranía!’.
La fiscal superior, Eva-Marie Persson, había ordenado en mayo reabrir el caso, iniciado en 2010 y cerrado en 2017.
La Fiscalía sueca anunciaba el martes, 19 de noviembre el cierre de la
investigación preliminar por violación contra el fundador del portal WikiLeaks,
Julian Assange, por el debilitamiento de las evidencias y la falta de base para
una acusación. “La denunciante presentó un relato creíble y fiable, sus
explicaciones fueron claras, largas y detalladas. Pero considero que la
evidencia ha perdido fuerza en grado tal que ya no hay motivo para seguir la
investigación”, dijo en rueda de prensa la fiscal superior Eva-Marie Persson.
Continuar la investigación e interrogar a Assange no supondría un cambio “decisivo”
en la situación probatoria, que no es suficiente para elevar una acusación,
resaltó la fiscal. Persson había ordenado en mayo reabrir el caso, iniciado en
2010 y cerrado en 2017, después de que Assange, que espera ahora que el Reino
Unido decida sobre su extradición a Estados Unidos, fuera arrestado en la
Embajada de Ecuador en Londres, tras retirarle Quito el asilo diplomático
concedido. La Justicia sueca rechazó en junio la petición de emitir una orden
de arresto europea al considerar que no sería proporcionado, ya que es
suficiente con una de investigación en materia penal. La Fiscalía continuó sin
embargo con sus pesquisas e interrogó a siete testigos, según informó Persson
en su anterior comparecencia sobre un delito que prescribía en agosto de 2020.
En Suecia, el proceso contra Assange, que se declara inocente y no ha sido
formalmente acusado de nada, ha estado rodeado de polémica sobre la solidez de
las denuncias y los motivos de las demandantes, filtraciones a los medios,
sustituciones de fiscales y la reapertura de un caso que había sido reducido
inicialmente a delito menor.
Para los amantes de la Luna.
Fotomontajes, imágenes y frases
sorprendentes de esta última semana de noviembre. De la publicación Planeta
Tierra, en el que vivimos.
Imponente y maravilloso gorila con su bebçe.
Impactante imagen de una foto real o trucada.
Momento justo en que la
tierra besa el mar.
Hasta la torre se hizo a
un lado para que, en el resquicio celestre, pudiéramos observar la Luna llena.
Claro que, en este caso, es la Torre de Pisa la que ya lleva 800 años inclinada.
Elefantes bebés, jugueteando.
El sí sabe soñar y, colgado
de un tronco, relajarse.
La torre Eiffel, majestuosa bajo la nieve.
Belleza gatuna.
Belleza de la naturaleza:
50 metros cuadrados de sombra ofrecidos por un
árbol.
Escultura de Isaac Cordall en Berlín titulada: "Políticos discutiendo sobre el cambio climático".
El belén del Ayuntamiento de Barcelona
El belén del Ayuntamiento
de Barcelona es una instalación, ideada por la escenógrafa Paula Bosch, formada
por cajas y muebles de distintos tamaños, en los que se guardan las figuras del
Niño Jesús, San José y la Virgen María, pero que también contienen otros
elementos como fotografías familiares, guirnaldas, luces de navidad, uvas y un
árbol Navidad. Ortega Smith dice que el belén de Barcelona es “como Ada Colau,
una cosa deslavazada” sin buen gusto ni sentido común. El dirigente de Vox
atacó a Colau definiéndola como “la antítesis del arte, del buen gusto y del
sentido común”.
Por uparte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, describió como “machirulo
maleducado” al portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega
Smith: “No hay estética sin ética: espantoso es usted y sus ideas, señor Smith”.
Colau lo dijo a través de una publicación en Twitter después de que Ortega
Smith hubiera asegurado que el belén instalado en la plaza Sant Jaume es “como
Ada Colau, una cosa deslavazada” sin buen gusto ni sentido común, según él. Colau
destacó que es una tradición que cada Navidad se abra este debate sobre el
belén, que este año representa un trastero con ornamentos y recuerdos navideños
en cajas de diversos tamaños.
Pensemos en el 25 N.
El humor en la prensa de
esta semana: El Roto, Peridis, B. Vergara, Manel F., Pat, Eneko, J. R. Mora,
Atxe, Malagon, Pedripol…
Black Friday
Cambio climático.
Lo primero.
Regular Internet.
La arquitectura
En manos de Vox.
Vox diluye.
Muchas contra la violencia de género.
Luces de Navidad.
Regreso al futuro de España.
PSOE, ERC, investidura.
Vox y las libertades.
Pep Roig, desde Mallorca:
Círculo vicioso, Pobres aislados, Con la pata quebrada y en casa, Ser viejo
(como yo) como problema nacional, Retroprogresistas…
Los vídeos de esta
semana:
TEMAS: Julian
AssangeWikiLeaksLibertad de prensa
EP.808: Pink Floyd
Co-Founder Roger Waters: The US and UK are Trying to KILL Julian Assange!
Assange, durante su
detención: "¡El Reino Unido tiene que resistir!"
Registro de la
intervención colectiva UN VIOLADOR EN TU CAMINO realizada hoy 25 de noviembre
en la Plaza de Armas de Santiago de Chile. Cuatro amigas de Valparaíso se
presentan en Instagram como un “colectivo interdisciplinario de mujeres”
llamado Lastesis. Ellas fueron las creadoras de la aplaudida y viralizada
intervención. “Un violador en tu camino”, representada por unas 200 mujeres en
varios espacios públicos de Santiago en el marco del Día mundial contra la
violencia machista. Con los ojos vendados y a ritmo de una base electrónica,
bailan y cantan la letra todas a una. La performance se representó en la mañana
del pasado viernes en cuatro ocasiones en Madrid. La letra se ha mantenido como
la original, aunque cambiando la referencia a “los pacos” [carabineros] por “los
fachas”. Además, tuvo repercusión en las redes sociales, donde se vieron
mensajes como que, “tanto allí como aquí, el violador, eres tú”.
Un violador en tu
camino". Simplemente 🚨B
R U T A L
Robert de Niro's 'Fuck
Trump' speech at Tony awards
“CONTIGO AHORA SÍ QUIERO
GOBERNAR” - LOS TAN PANCHOS / Los Morancos (Parodia)
Hoy, en “Polònia” vemos
como continúan las negociaciones. Pere Aragonès (Cesc Casanovas) y la portavoz
Marta Vilalta (Lara Díez) reciben otra oferta de Pedro Sánchez (Pep Plaza) y
Carmen Calvo (Agnès Busquets). ¿Les satisfará en esta ocasión?
Ocurrió el 20 de
diciembre del 2917, en Salem, Oio, USA. La escena se volvió viral en las redes
sociales, llegando a ser tendencia en España, México y Estados Unidos debido a
la reacción de Murphy. En el inicio de la escena se ve cómo el perro no es capaz
de reconocer a su dueña y mantiene distancias con ella. Sin embargo, una vez
que se da cuenta de quién es, el perro no se despega de su dueña.
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