Los
ministros de Podemos y de IU.
En 2016, tras la asamblea
de Vistalegre II, “Podemos” reglamentó internamente que sus pagas estarían “topadas”
en el máximo de los tres sueldos mínimos que recogiera la ley. Desde entonces,
han aplicado esa norma interna en aquellas instituciones en las que tienen
representación, como el Congreso, el Senado o el Parlamento Europeo. Y el
Consejo de Ministros no será una excepción en este sentido. No
en vano declararon que “no hemos venido a la política para hacernos ricos”. El
vicepresidente, Pablo Iglesias, y los cuatro ministros de la confluencia morada
en el Ejecutivo de Pedro Sánchez mantendrán su decisión de cobrar un sueldo
máximo neto que equivale a tres salarios mínimos, según informan de fuentes del
partido. El resto lo donarán a sus partidos, en este caso Podemos o Izquierda
Unida, o a las organizaciones sociales que consideren, tal y como se
comprometieron en su momento.
Hay ciertas excepciones
contempladas para que un cargo público pueda quedarse para sus gastos un mayor
pedazo de su sueldo. Como las de tener hijos, familiares con discapacidad o
ancianos a cargo. Dichas situaciones se compensan con medio salario mínimo por
cada persona de la que se sea responsable, hasta un máximo de dos SMI por cada
dirigente del partido que pertenezca a la Administración o a las Cortes. Otras
salvedades para sobrepasar el tope son tener discapacidad, los procesos de
adopción o divorcio y otras cuestiones de fuerza mayor.
“Los sueldos de cada
ministro -escribe Jesús Travieso en lainformacion.com- serán dispares si se
tienen en cuenta sus circunstancias familiares. Pero serán iguales a los que
percibían en el Congreso, salvo que se produzcan cambios en sus hogares. Los
ejemplos que mejor muestran la aplicación de estas excepciones son los de Pablo
Iglesias e Irene Montero. Los futuros vicepresidente de Derechos sociales y
ministra de Igualdad respectivamente tienen tres hijos en común, por lo que en
base a esta directriz su nómina ascenderá a 4,5 SMI. Esto les dejará a cada uno
hasta 4050€ cada mes, con un montante anual de 56.700€. Una cifra que supera
con creces la del salario medio en España, situada en los 23.646,5€, según
datos del Institucional Nacional de Estadística (INE).
“La percepción de estos
complementos puede ser distinta en los casos de Yolanda Díaz y Alberto Garzón,
que pertenecen a IU, partido que en sus estatutos solo habla de aplicar un ‘corrector’
a quienes tengan familiares a su cargo. La futura ministra de Trabajo es madre
de una niña, mientras que el próximo titular de Consumo es padre de una hija y
ya espera otro bebé junto a su pareja. Si se rigieran por la misma normativa
que impera en Podemos, la política gallega podría sumarse medio SMI más y el
líder comunista uno entero. La única duda está en si el que será ministro de
Universidades, Manuel Castells, imitará a sus compañeros o no se limitará la
paga por su condición de independiente.
“Podemos comenzó a
aplicar esta limitación salarial a sus cargos públicos desde que entró en las
instituciones en 2014, cuando consiguieron cinco escaños en el Parlamento
Europeo. Entonces, querían demostrar su solidaridad con los bajos salarios y
las altas cifras de paro que asolaban el país tras los peores años de la
crisis. En aquel momento, el SMI estaba situado en los 645 euros, lo que dejaba
un sueldo a Iglesias y sus compañeros de 1.935€ netos al mes. Izquierda Unida
ya aplicaba esta política incluso antes de que surgiera el partido morado, con
sus líderes cobrando ese máximo y donando el resto a la coalición de izquierda.
Algo que ha continuado haciendo Alberto Garzón, y que trasladará a su
ministerio de Consumo, como señalan fuentes de IU.
“La apuesta que hizo
Podemos por esta medida desde su nacimiento perseguía además otros objetivos. Querían
demostrar a la sociedad y a sus votantes que no iban a entrar a la política a
enriquecerse. Lo que se acompañó de denuncias públicas sobre el gran número de
coches oficiales o la renuncia a los planes de pensiones que ofrecían los
distintos Parlamentos. Una cuestión de la que el propio Iglesias hizo bandera
para diferenciarse de la ‘casta’, en la que incluía a grandes empresarios o a
los denominados como ‘políticos profesionales’. Pero este discurso no caló en
todo el electorado de izquierdas como los morados esperaban, ya que se les
reprochaba que había que defender que toda la sociedad cobrara más y que ellos
tenían que ser los primeros en dar ejemplo”.
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