Don Juan Carlos, bajando las escaleras del avión.
Recuerda Nacional.Cat que
En Blau fue el primer medio que tituló el último escándalo real: “Joan
Carles tiene previsto huir al Caribe”. En una noticia fechada el 19 de abril se decía: “Juan Carlos desea huir de forma permanente. Escapar de Zarzuela, donde su
relación con los reyes y Sofía no existe. Marcharse a República Dominicana, donde
tiene buenos amigos magnates del azúcar”. Treinta días
después, Jaime Peñafiel ratificaba la noticia del exilio real forzado por el
escándalo de corrupción en una columna en el digital “Republica.com” titulada “¡Lo siento, Señor!”.
En idéntica fecha de mayo,
Peñafiel recordaba: “Confieso que cada vez me cuesta más defender a Don Juan Carlos
sin hacer el ridículo Y, mucho menos, después del magnífico informe que el
compañero Esteban Urreiztieta publicaba en El Mundo sobre Arturo Gianfranco
Fasana, el testaferro infiel. Y ‘clave del dinero oculto del Soberano’, según
Corinna El propio Fasana reconoce ‘que el propio Emérito le entregó un maletín
lleno de billetes, con 1,7 millones, procedentes del sultán de Bahrein, para
ingresarlos en Suiza’… A pesar de ello, pienso no se puede hacer leña del árbol
caído como están haciendo algunos pidiendo, incluso, que su hijo Felipe VI le
expulse de La Zarzuela y le desposea del título de Rey… Otras fuentes recogían
esta semana que don Juan Carlos está proyectando trasladar su residencia a la
República Dominicana, donde vive su amigo. Pepe Fanhul, el magnate del azúcar y
dueño de un lujoso resort Casa de Campo. No sería el primer rey en abandonar
por unos u otros motivos el país en el que reinó. En España, su abuelo Alfonso
XIII. Y la reina madre María Cristina, implicada en
1856 en asuntos de corrupción y negocios fraudulentos. Años después, se
exiliaba a Paris Isabel II, quien fue acogida por Napoleón III”.
“Como los viejos anuncios
de Halcón Viajes: ‘Curro se va al Caribe’. Y Cuan Carlos, como un gris
oficinista que sueña en poder pagarse unos días bajo un cocotero. Pero con
centenares de millones en comisiones ilegales. Peñafiel terminaba hablando de
la decisión como si ya estuviera decidida. “A pesar de todo lo que se publique, pienso que la
decisión de abandonar La Zarzuela y España es del propio don Juan Carlos. Ni su
hijo puede echarle ni desposeerle del título real. Bastante ya le denigró y
humilló y, además, públicamente retirándole
incluso la asignación económica. Y, como yo titulaba en mi crónica en El Mundo
el pasado sábado: ‘¡Dejémosle morir en paz!’, es lo único que le queda”. “National.Cat”
recuerda que es “la única carta que le queda a Juan Carlos y que no le pueden
arrebatar: el título de Rey. “Pobre consuelo. Así fue el rey de espadas de tres
estrellas. O hablando de anuncios como con Lorenzo Lamas, es ‘rey de las camas’”.
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