A mediados de mayo, los
diarios internacio nales hablaron de la monarquía española, ahondando en los
Borbones y en su ‘Dolce Vita’ y revisando el agitado pasado amoroso del rey
emérito en un 'dossier negro' de las amantes españolas de Juan Carlos I. De
esta forma, la vida extramatrimonial del rey Juan Carlos I de Borbón (82 años)
volvió a saltar a la primera línea de la actualidad informativa, poniendo de
nuevo el foco en las furtivas aventuras de alcoba del que fuera el jefe del
Estado en España durante casi cuatro décadas.
En Suiza se explicó el
sumario judicial por corrupción contra el patriarca de los Borbones. Expreso, el
dominical de diario de Portugal repasó su “ascensión y
caída” de sus amantes, recordando una larga lista como Corinna, Bárbara Rey,
Marta Gayà, y sus descarados escarceos con Lady Di, Paloma San Basilio, etcétera.
El británico The Telegraph, repasó su fortuna. Y la prensa alemana se cebó con
Juan Carlos. El diario alemán Bild aseguraba: “Su abdicación es un auténtico
golpe de Estado”.
Sin embargo, la prensa apuntó
que la esperanza estaba puesta en su hijo, el único capaz de acabar “con la
fama de Casanova de su majestad”. “El rey ha estado con más de 1.500 mujeres”,
aseguraba la periodista española, Pilar Eyre, en la biografía de la reina
Sofía, titulada “La soledad de la reina”. Y, en su investigación, mencionaba
que algunas de sus amantes fueron la actriz Sara Montiel, quien deslumbró a
Hollywood; la condesa Olghina Micolis de Robilent; la alemana Julia Steinbuch;
la actriz española, Bárbara Rey o la cantante Paloma San Basilio. Bárbara Rey denunció
presiones que estaba recibiendo de amigos del Rey y de los servicios secretos,
incluso les acusó de robarle material gráfico y sonoro de su domicilio
familiar. Nadie investigó la denuncia y la vedette tampoco insistió. La actriz
murciana negó saber algo al respecto y habló así de la cuenta bancaria de
Luxemburgo: “Si alguien la abrió y la usó, sabrá qué hizo con el dinero. Nunca
he estado en Luxemburgo ni en ese banco. Yo no sé nada ni quiero meterme en
líos. Ya me han hecho demasiado daño”. No obstante, la presentadora sí reconoce
la reunión con el espía que le propuso comprar su silencio a cambio de un
maletín con cintas de vídeo en las que supuestamente había grabado al Rey
durante sus 20 años de amistad. Pero desmiente haber recibido dicho dinero: “Si
esas cantidades fueran para comprarme, les habría salido muy barata”, sentenció.
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