Dos personas mayores caminando por la calle.
Casandra Greco,
investigadora científico-social, filósofa, bioeticista y experta en salud
pública y medicina preventiva, nos recuerda, bajo este mismo título aparecido
en ctxt, cómo por el efecto estadístico, estamos anestesiados ante las cifras
de mortalidad, pero más aún cuando se trata de la muerte de las personas que la
sociedad etiqueta de ‘ancianos’. “La muerte de centenares, de miles de ‘ancianos’
–escribe Casandra–, ha dejado a su paso un horror
vacui. La muerte indigna de nuestro propio pasado puso al descubierto el
espectáculo dantesco de la deshumanización y crueldad del siglo XXI. El
maltrato y abandono de la vejez en residencias y domicilios ha sido
retransmitido casi en directo. A través de las pantallas de televisión hemos
presenciado el transitar incesante de cuerpos ajados enfundados en plásticos;
camiones rebosantes de féretros; mortajas arrojadas a fosas comunes. Nadie
previno. Nadie gritó ¡Alto! y todo este infierno desfiló silenciosamente ante
la mirada impertérrita de la OMS, Naciones Unidas, Unión Europea y gobiernos.
Cuando se presencia de nuevo el holocausto, es imposible no hacerse
determinadas preguntas: ¿por qué murieron tantos ancianos?, ¿fue la madre
naturaleza?, ¿se pudo evitar?, ¿qué falló?, ¿acaso no mueren también jóvenes o
son voluntariamente invisibilizados? Cada día, desde marzo de 2020, nos hemos
despertado y acostado con la implacable tiranía y crudeza del invierno de las
estadísticas de mortalidad por covid-19. Con obsesiva pulcritud, la estadística
computa cifras anonimizadas de vidas extinguidas. Es la relación de los
muertos, ordenados en columnas. A veces muertes desagregadas por datos
minimalistas de sexo e intervalos de edad que culminan en ese superior a 90
años. Casi como si quisiera indicar la meta máxima de supervivencia de la
empinada montaña que es la vida, especialmente para las clases sociales más
desprotegidas, frágiles y vulnerables. Aquellas que de manera sistemática son
injusta e impunemente desfavorecidas por razón de código postal, etnia, raza, desempleo
y vejez”.
Albert Einstein: “La imaginación es más
importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado. La imaginación
rodea al mundo”.
“Desde hace mucho tiempo,
quizás por el efecto estadístico, estamos anestesiados ante las cifras de
mortalidad, pero más aún cuando se trata de la muerte de las personas que la
sociedad etiqueta de “ancianos”. Nuestra mente entonces la digiere más
rápidamente porque vejez y muerte tienden a aparecer entrelazadas. Es,
pensamos, algo natural; el punto y final del ciclo vital. Lo paradójico es que
nadie muere de viejo, no al menos para la estadística. Los pulcros certificados
de muerte tienen asignada siempre un por qué: infarto, cáncer, ictus, diabetes…
En 2020, se ha añadido una nueva causa, cierta o probable de una patología
fatal, especialmente cruenta en la vulnerabilidad corpórea e inmunológica: la
covid-19. Si bien nadie está exento de padecerla y de morir, cuanto mayor haya
sido la duración de exposición a la carga viral –aun para las pieles tersas y
rosadas de la juventud– es prácticamente imposible escapar a sus garras cuando
la edad registra una nomenclatura de dígitos incrementados. Es aquí donde el
cálculo probabilístico se vuelve implacable. Y a cada incremento de edad, más
certero y vertiginoso es el riesgo de no sobrevivir. Y esto es cruel, tanto o
más cuando la vejez es no ya normalizada sino estigmatizada en nuestro soberbio
prejuicio de infravalorar su precioso valor. Albert Einstein siguió trabajando
en física teórica hasta el mismo día de su muerte, a los 76 años de edad, en su
incansable búsqueda de una teoría que unificara a toda la física. Joe Biden,
candidato demócrata a la Casa Blanca, tiene 77 años de edad. Los virólogos más
excelsos y en plena actividad investigadora traspasan los 60 años. Algunas de
las primeras víctimas escudo del covid-19 fueron profesionales sanitarios
jubilados”.
Una vejez rebosante de vida.
Casandra Grego insiste en
los datos: “Lo perverso de las estadísticas es que nunca reflejan fielmente la
muerte real, ni siquiera la vida real. Tras las cifras se hallan historias de
esperanza, sacrificio, lucha y perseverancia. Basta asomarse al discreto
apartado que los diarios dedican a su memoria a través del recuerdo de los
vivos, de los seres que los conocieron y amaron. Para sus seres queridos ese
afecto abarca toda una vida. Para los profesionales sanitarios y asistenciales
que los trataron, el afecto se mide un tiempo más breve pero no menos
imborrable. Es en la atenta lectura de estos recordatorios cuando las cifras
estadísticas traspasan la frontera del anonimato. Y perdido el distanciamiento
del olvido, se materializan en nuestra memoria de manera desgarrada. Y es solo
entonces cuando tomamos conciencia de lo irreparable de lo perdido, de lo que
no tiene precio. De pronto ese pasado que conforma el tiempo de la senectud
–tan irreal y alejado a nuestra edad– se introduce en nuestras propias vidas
cotidianas y se torna presente. Sus muertes dejan de ser ajenas y sus retazos
de vida nos tocan y nos golpean al ver que su vejez no estaba exangüe sino
rebosante de vida. Eran el soporte en la supervivencia de hogares salpicados
por salarios precarios. Eran los ‘héroes’ de nietas y nietos. El amor
incondicional paterno y materno-filial o fraternal. Cada vida es irreemplazable
per se, con independencia de la edad, porque en cada muerte desaparece todo un
universo. La vejez es, por así decir, la escena final en el drama de la vida,
afirmaba Cicerón. Él, al igual que Séneca, veían en los surcos ajados del
tiempo en la piel la dignidad de la sabiduría que reporta la experiencia. En
los ancianos están, juzgaba Cicerón, el buen juicio, la razón y el consejo.
Hasta tal punto que si no existiesen los ancianos no existirían las ciudades pues
la virtud principal de la senectud es y será la prudencia”.
El neurólogo británico, Oliver Sacks murió
a los 82 años, en agosto de 2015.
Hay personas de edad
avanzada que nunca han tenido la más mínima posibilidad de sobrevivir; cuya
muerte quizás nunca sabremos si ha sido dulce o agónica, pero lo que sí sabemos
es que se les recordará el resto de nuestra vida. Oliver Sacks, eminente
neurólogo y escritor, a la edad de 80 años, publicó varios libros muy exitosos,
entre ellos “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, “Un
antropólogo en Marte”, “La isla de los ciegos al color”, y “Despertares”,
llevado al cine por Robert De Niro y Robin Williams. En noviembre de 2014,
pocos meses antes de ser diagnosticado con un cáncer terminal, Mónica
Vasconcelos lo entrevistó para el documental titulado “Losing My Sight and
Learning to Swim” (Perdiendo la vista y aprendiendo a nadar), para el Servicio
Mundial de la BBC. En una hora de conversación, Sacks habló de muchas cosas. Él
continuaba activo, escribiendo y viajando, pero a un ritmo más lento. Ese era
el lado bueno de envejecer, explicó. “En cierta forma, estoy contento de tener
80 años, porque la edad trae un sentimiento paradójico de libertad y ociosidad.
Las urgencias de antes ya no me oprimen”. Reflexionando sobre las posibles “ventajas”
de perder un ojo, el escritor habló de la pintura de Rembrandt. “Hoy, vivo en
un mundo totalmente plano, veo superficies sobrepuestas unas sobre otras en vez
de objetos dispuestos en profundidad. Eso significa que veo el mundo como si
fuera una fotografía, o una fotografía en movimiento. Creo que eso aumentó un
cierto placer estético y la admiración por las pinturas”. En febrero de 2015,
en un artículo publicado en el diario TheNew York Times, Sacks anunció que
había sido diagnosticado con un cáncer terminal. Su autobiografía, “En
movimiento. Una vida”, se publicó en mayo en su original en inglés. El escritor
murió tres meses después. En “Los Placeres de la Edad”, Oliver confesaba: “No
pienso en la vejez como en una época cada vez más penosa que tenemos que
soportar de la mejor manera posible, sino en una época de ocio y libertad,
liberados de las urgencias artificiosas de días pasados, libres para explorar
lo que deseemos, y para unir los pensamientos y las emociones de toda una vida.
Tengo ganas de tener 80 años. Me siento contento de estar vivo: ‘¡Me alegro de
no estar muerto!’. Es una frase que se me escapa cuando hace un día perfecto”.
Marcel Remy, un escalador centenario.
“Hace poco –escribía
Pablo Fernández-Miranda, en el reportaje titulado “El viejo y la montaña
publicado en “NuevaTribuna.es” del pasado jueves– vi un reportaje de Marcel Remy que, a los 96
años, sigue escalando en rocódromo. A esa misma edad, hizo la vía Miroir
L’Argentine (una pared de450 metros, 12 largos de Vº en los Alpes). Justamente,
fue durante los días en que la pandemia estaba arrasando con un par de
generaciones: la de Remy y parte de la siguiente; y pensaba que tenían ante sí
una pendiente más peligrosa que la de L’Argentine. El riesgo de contagio, la
escalada y la desescalada que tenían que grecorrer sin el equipaje
imprescindible para acometerlas. No voy a insistir en que es en las bajadas
cuando se producen más accidentes, porque ya se ha dicho recientemente en este
mismo medio por algún compañero. ‘Morirán de forma indigna’ es la frase que
dirigió el Consejero de Asuntos Sociales de Madrid al de Sanidad ante la orden
de no enviar al hospital a los mayores en residencias que estuvieran en las circunstancias
más frágiles y que se hizo extensivo, en la práctica, para los que estaban en
parecida situación en domicilios particulares. El debate lo sitúan en la
carencia de camas hospitalarias, consecuencia de la precariedad a la que han
sometido al sistema sanitario y han aplicado lo de la canción que popularizó el
Gran Combo: ‘No hay camas pa tanta gente. ¡Abuela!: ¡a la calle!’ Pero el
asunto es aún más grave porque, en demasiados casos, tampoco se les atendió con
cuidados paliativos in situ. Faltó atención para que, al menos, no hubiera
sufrimiento. Y cuando la hubo fue gracias al sobreesfuerzo del compromiso
personal de sanitarios y cuidadores –por cierto, mujeres en su mayoría por más
que emplee el genérico− en medio del abandono por parte de la Administración.
Muerte indigna para personas de una generación muy digna. (…). Quedé pensando
en el cinismo que tenemos en esta sociedad. Nos rasgamos las vestiduras porque
los médicos tengan que priorizar a unos sobre otros en razón de sus
expectativas de recuperación y esperanza de vida y valorar la complicada
clasificación y equilibrio entre utilitarismo e igualitarismo de la llamada
triada –Vaya palabreja y sobre todo ¡menudo concepto! No quisiera estar en sus
pellejos, bastante tienen con llevar ese peso, incrementado con la amenaza
añadida de demandas judiciales –que ya han empezado a caer y en las que más de
un juez pueda encontrar causa provisto del soporte del informe pericial
convenientemente aliñado−. Farisea indignación mientras que, durante años, se
desmontaba una parte del sistema sanitario público con el silencio de los
corderos como fondo. Y no se ha hecho pasando desapercibido, las mareas lo
denunciaron hasta la saciedad y diversas organizaciones sanitarias lo siguen
haciendo a fecha de hoy con movilizaciones cada vez más amplias”.
Carlos Soria recuerda a sus 81 años que tiene una cuenta pendiente con
el Dhaulagiri (8.167 metros, Nepal).
“Esa misma sociedad
ofendida es la misma que acepta el aparcamiento de los ancianos, olvidándose de
la calidad de su atención. Mucho aparente enojo porque no prioricen para
enchufarles los tubos, pero nada para que, antes de llegar a eso, durante los
años en que las personas mayores puedan disfrutar de calidad de vida se dote de
medios. La situación de las Residencias es sistémica y estructural, la pandemia
ha sido la eclosión de un volcán siempre a punto de estallar. Resulta
ineludible el salto cualitativo que tienen que dar estos centros para que las
personas gocen de dignidad y decoro. Es obvio que, llegada la edad del
alpinista, Remy lo infrecuente y lo habitual estar en situaciones de mayor o
menor grado de dependencia. Pero hechos como el suyo −o, si queremos citar a un
coterráneo, el de Carlos Soria que con 81 años lleva –de momento− 12 cimas de
los catorce ocho miles y ¡atención!: conseguidas con más de sesenta años− nos
aportan algo que va más allá de la satisfacción personal para él y una
expectativa esperanzadora para los demás que nos enseña que no hay límite para
vivir nuestras ilusiones. Desde luego son experiencias para investigar ya que
pueden servir para conocer comportamientos e incluso aspectos físicos
extrapolables no ya para vivir más sino para vivir mejor. Cuando se habla de
los viejos −y permítanme que no me ande con eufemismos de ‘terceras’ y
‘cuartas’ edades ya que, estando en una proba edad, puedo calificarme a mí
mismo como me parezca−, nos explican, el presidente del Banco de España, Felipe
González, la patronal, las derechas y otros que saben sumar, que no salen las
cuentas y que antes se vivía menos. Presentan así a este sector como parásito
social. Pocas veces se analiza qué se aporta a la sociedad. Nos olvidamos de
que ese segmento de población retribuye a la sociedad de múltiples maneras. En
esa franja de edad en la que el estado físico y anímico posibilita, además de
subir montañas en algún caso, el voluntariado, creatividad, cultura y, sin
género de dudas, algo sin lo cual no funcionaría el sistema tal como está
configurado: el cuidado de los nietos y también el cuidado de los que nos
preceden”.
El armador Josep Cusí (izquierda) junto al rey emérito en una imagen de
archivo.
The Telegraph reveló hace
unos días que quien había sufragado 269.000 dólares (239.000 euros) para la
luna de miel de los reyes Felipe VI y Letizia era Josep Cusí, un discreto
empresario que llevaba 40 años ayudando a Juan Carlos. El viaje, en el 2004, fue
por Jordania, Camboya, Samoa, Fiji, México y EE.UU teniendo un coste total de
467.000 dólares (415.000 euros). Un viaje que, según desvela Pol Pareja en
ElDiario.es, “fue pagado religiosamente por Cusí, el mismo que se encargaba de
buscar dinero entre los empresarios para financiar los veleros del monarca. Las
cualidades de Josep Cusí le convirtieron durante décadas en la sombra del Rey
Juan Carlos I. Compañero de navegación, cicerone en Catalunya y consejero en
temas delicados, Cusí logró permanecer en un segundo plano a pesar de que
realizara para Juan Carlos encargos de primer nivel, como cuando en 1986 se
desplazó a EE. UU para llevar a un laboratorio las muestras de unos tejidos
extirpados al rey durante una operación. La vida de Cusí, según su propio
relato, bien daría para una película que mostraría cómo vivieron las clases
bienestantes durante el franquismo y la transición. Antes de entrar a la
universidad, fue campeón de natación, submarinista, jugador semiprofesional de
waterpolo y, con solo 18 años, se enroló en una expedición con Jaques Costeau
al Mar Rojo. Con él se filmó “El mundo del silencio”, la primera película
rodada bajo el agua, y, como integrante de esa expedición, Cusí acabó
recibiendo la medalla de la Legión de Honor de manos de Charles de Gaulle.
Proveniente de una familia acomodada de Sitges –él
siempre la define como de clase media– se licenció en ingeniería electrónica
para continuar con el negocio familiar, que fue creciendo y le llevó a
participar en la iluminación de varios lugares emblemáticos de Barcelona como
las fuentes de Montjuic, la catedral del Tibidabo y la iglesia de Santa María
del Mar. Explican en su entorno que, a los 65, vendió su empresa por una
cuantiosa suma y se entregó a sus pasiones: la vela, la caza y los animales. Y
fue una de las personas de mayor confianza del rey emérito. Se convirtió en el
cicerone de Juan Carlos en Catalunya a partir de los 70, cuando el monarca
empezó a venir cada semana a Barcelona donde entrenaba para las olimpiadas de
Munich 72. Les une, además, un gran parecido físico que ha llevado a algunos
escoltas a confundirles en más de una ocasión”.
El rey Juan Carlos y Josep Cusí antes de
una regata.
Como armador, Josep Cusí
sufragó durante décadas el coste de la tripulación y de todos los barcos en los
que navegó el monarca. Y ejerció de coordinador a la hora de recoger fondos
entre los empresarios españoles para los veleros de Juan Carlos. Así lo hizo en
2005, en el pago de una nueva versión del Bribón, y, en 2011, para restaurar el
yate Fortuna. Era el encargado de seleccionar a la tripulación que navegaría a
bordo del Bribón. Buscaba buenos marineros, pero también gente discreta que no
generara problemas. Quienes lo han tratado lo describen como un hombre
simpático y afable, muy bien educado, pero también con un fuerte carácter que
le puede hacer perder los nervios. Como cuando, en 1984, fue denunciado por un
periodista de La Vanguardia, al que agredió frente a decenas de personas con
dos puñetazos y varias patadas en el suelo por haber publicado el precio por el
que había vendido uno de sus barcos. El empresario catalán es una de las pocas
personas próximas al rey emérito que mantiene buena relación con el resto de la
familia real. En el 2011 ya tenía un gran vínculo con el rey. “A Felipe le
conocí cuando empezaba a caminar y tenemos una gran relación”, dijo en una
entrevista. Antonio Rodríguez explica en Vozpópuli que Cusí fue “el amigo más
cercano y leal que ha tenido el rey Juan Carlos desde hace 50 años. Sumamente
reservado y alérgico a los focos, este armador de porte patricio conoció a Juan
Carlos I a finales de la década de los sesenta en el campo de regatas de
Barcelona, durante la preparación del príncipe para participar en los Juegos
Olímpicos de Munich '72. En aquellas largas jornadas, Cusí se encargaba de
remolcar el 'dragón' de Juan Carlos al principio y final de cada entrenamiento,
y ahí es donde se forjó una amistad que perdura en el tiempo. Con el paso de
los años ganaron una docena de títulos nacionales a bordo del 'Bribón' ”. En el
libro “El Rey y el mar”, de Ignacio Gómez-Zarzuela, Josep Cusí cuenta: “La
verdad es que dudo que nadie haya tenido una convivencia tan familiar con el
Rey como la que hemos tenido mi esposa Inés (Muiños) y yo”. En ocasiones, ha
pasado una semana entera con él. “Viajar une mucho, y hemos viajado mucho
durante tantos años”, recuerda Cusí.
De Jordania a Maldivas la luna de miel de Felipe y Letizia, pagada en gran parte por Josep Cusí.
Antonio Rodríguez
recuerda que “cuando, desde Cataluña empezaron la quema de retratos de la
Familia Real o los primeros síntomas del surgimiento de un independentismo en
el que se criticaba sin tapujos a la Casa Real, Cusí fue de los primeros en
salir en defensa del entonces Rey en ejercicio. Así que no es de extrañar que
el mejor amigo del monarca emérito corriese con una parte de los gastos de la
luna de miel de los Príncipes de Asturias”. 'The Telegraph' El rotativo británico
revela detalles de la luna de miel que llevó a la pareja real a visitar
California, México, Jordania, Camboya e Islas Fiji, entre otros destinos a lo
largo del planeta. En Fiji, según fuentes citadas por el
rotativo británico, Felipe VI y doña Letizia hicieron sus reservas bajo el
seudónimo de “señor y señora Smith” con el objetivo de preservar su anonimato.
La factura por cinco noches de estancia allí de la pareja real y de su staff en
el lujoso hotel Wakaya Club & Spa, según documentos a los que habría
accedido el periódico británico, ascendió a 33.000 euros. La Zarzuela declinó hacer comentarios a “The
Telegraph”, que aseguró tener documentos que demostrarían que la factura total
de la luna de miel ascendió a 467.500 dólares, de los cuales 269.000 corresponden a los vuelos utilizados. Al menos esa
cantidad habría corrido a cargo de la empresa Navilot, propiedad de Cusí.
El Rey navega con J. Cusí.
Navilot SL, la empresa
que costeó gran parte de los gastos de la luna de miel de lujo de los reyes de
España, registró en 2004, el año de la boda, 322.000 euros en pérdidas, tal y
como ha publicado Infolibre. La sociedad limitada, del empresario catalán Josep
Cusí, “socio de Juan Carlos I desde principios de la década de 1970” –tal y
como desvela The Telegraph–, depositó el 60% del dinero para la luna de miel:
269.000 dólares. La otra parte, hasta llegar a los 467.000 dólares del total
del viaje, corrió a cargo del rey emérito. El diario británico destapó los
entresijos del viaje de Felipe VI y Letizia tras su boda en 2004. Asimismo, y
de manera indirecta, el medio relaciona al empresario con Jordi Pujol
Ferrusola, ya que la empresa que preside fue creada por un abogado vinculado al
hijo del expresidente de la Generalitat. La Casa Real, como respuesta a esta
información, publicaba el lunes en su página web el estado de liquidación de su
presupuesto a fecha de 31 de marzo, quince días después de que el rey hiciera
pública su decisión de renunciar a la herencia de su padre, el pasado 15 de
marzo. Así, el rey Juan Carlos dejará este año de percibir la cantidad de
161.034 euros por la decisión de Felipe VI de retirar a su padre la asignación
presupuestaria que venía percibiendo hasta ahora. La construcción de un AVE
hasta La Meca escondía un trámite en el que Juan Carlos I salía beneficiado
personalmente. Así lo relataba Corinna Larsen, amante del rey durante su
reinado, que aseguraba que el rey emérito ganó más de 80 millones de euros en
2012 por la construcción del AVE de 450 kilómetros desde Medina hasta La Meca.
Tras las acusaciones, la Fiscalía del Supremo se ha hecho cargo de la
investigación de los presuntos cobros irregulares del rey emérito, desde el
momento en que dejó de ser inviolable, con su abdicación en junio de 2014. Con
esto, Juan Carlos I se convierte en el primer monarca europeo en estar
directamente relacionado con un caso de corrupción.
El Rey Juan Carlos y
Josep Cusí.
El Buscón advierte en
Vozpópuli que Cusí no pudo pagar el viaje de Felipe y Letizia porque nunca ha
tenido un duro. “Cómo es posible que Cusí corriera con la
cuenta de 269.000 dólares de aquel viaje cuando no tiene, ni prácticamente ha
tenido nunca, dónde caerse muerto, porque Josep Cusí nunca ha tenido un duro. ¿Qué
razones había para un montaje tan infantil como innecesario? La única
explicación que en Barcelona encuentran al asunto es que al ahora rey Emérito
le diera en 2004 cierto miedo el que un día llegara a saberse que había
costeado un viaje de bodas de casi medio millón de dólares, y que hubiera
decidido dividir esa cifra entre dos personas en la creencia de que el teórico ‘despilfarro’
iba a resultar más disculpable en caso de saltar a los medios… Lo que explica
que, al año siguiente, ejercicio 2005, Navilot, que no tenía ningún asalariado,
registrara unos beneficios de 205.445 euros, cantidad que obviamente aportó el
Monarca y que se aplicó en su totalidad a cubrir el agujero del año anterior.
Decir que Navilot se dedicaba a la compraventa de barcos es decir demasiado,
porque el verdadero comprador de las embarcaciones que patroneaba Cusí y su
ilustre amigo ha sido siempre La Caixa, con Josep Vilarasau a la cabeza como
pagano del primer “Bribón”. Siempre o casi siempre, porque Cusí no ha tenido
nunca empacho de pedir “a escote” entre los “juancarlistas” barceloneses de más
fuste (encabezados por Javier Godó, conde de Godó por graciosa concesión de
Juan Carlos I, Mariano Puig y otros del mismo porte) cuando era necesario
sustituir por obsoleto al “Bribón” de turno o afrontar una costosa entrada en
astillero para algo más que un simple calafateado… Y todo esto, ¿a cambio de
qué? ¿Qué ha sacado de bueno Josep Cusí (el parecido físico con el rey Emérito
ha llevado a muchos a sostener que son hermanos, hijos ambos de Don Juan, conde
de Barcelona, asunto que no ha pasado nunca de ser una especulación), de esa
estrechísima relación? Casado con Inés Muiños, hija del famoso oftalmólogo de
la clínica Barraquer y protagonista central de esa desconocida historia, Cusí
ha vivido siempre con una mano avanti e l'altra dietro. Heredero de un pequeño
negocio que cerró pronto, así como una también pequeña finca cerca de Igualada,
Cusí no ha tenido nunca negocio digno de tal nombre porque, en realidad, ha
vivido de las asignaciones que regularmente le ha pasado el propio monarca.
Cusí ha vivido siempre a la sombra de la Casa Real, de modo que mal pudo haber
corrido con la cuenta de la mitad del viaje de luna de miel de Felipe y Letizia”.
Antonio Maestre.
En el blog “Todo está en
Bourdier”, Antonio Maestre titula “El quintacolumnista, Felipe González”, y se
pregunta ¿qué hay detrás de este nuevo regreso de Felipe González? “Felipe
González –dice Maestre– es uno de los grandes referentes del Consejo Editorial
de ‘El País’ y tiene una línea directa con Ana Patricia Botín, que es parte
importante de la fuerza que puede llegar a tener si sale adelante un nuevo
movimiento en la línea editorial. ‘El País’, como bien dice Sol Gallego-Díaz,
jamás ha sido un periódico de izquierdas, hay que dejarlo claro. Pero, dentro
de los periódicos que había, de los periódicos de papel era el más progresista.
Cada uno puede colocarlo en el espectro ideológico que quiera, pero sí era el
más progresista de todos los que había y el más próximo al Partido Socialista.
¿Qué ocurre ahora? Que esos movimientos están vinculados también a la necesidad
que tiene Felipe González por intentar sacar del Gobierno a Unidas Podemos. Eso
es prioritario para Felipe González. Y eso es lo que intentan recuperar ese
poder de influencia de ‘El País’, en la línea de qué quiere Felipe González… El
caso de Javier Moreno Barber va en esa línea. Obviamente, te podrá gustar más o
menos la línea editorial que lleve Sol Galego-Díaz, pero era una gran
periodista. Javier Moreno Barber es un hombre culto e inteligente, pero es más
corporativo. Y hará lo que se le ordene desde las cúpulas de los accionistas”… Y
Maestre termina diciendo: “Este Gobierno ya ha demostrado ser bastante
pusilánime con Felipe González. No solo el Partido Socialista. En el artículo
yo hablo de que ya va siendo hora de que se deslinde de Felipe González, que
hace mucho tiempo que dejó de ser alguien por el que las bases del Partido
Socialista sientan simpatía. Está muy alejado de la base, del pueblo y muy
cerca de las élites. El Partido Socialista tiene que hacer lo posible por
desvincularse y lo que decía, aquello de matar al padre y empezar a hacer un
Partido Socialista mucho más vinculado a las masas. Pero es que luego, también
dentro del Gobierno, Unidas Podemos… Hoy, por ejemplo, Echenique nos ha dejado
sorprendidos al decir que esa investigación que pedía EH Bildu sobre el nombre
que aparece en los papeles de la CIA, hablando de que Felipe González era
conocedor del GAL, pues ha dicho que no hace falta investigarlo porque ya todos
lo sabemos. Bueno, pues también todos sabemos lo que hizo el rey, y se ha
pedido una comisión de investigación. Si de verdad este Gobierno, tanto el
Partido Socialista como Unidas Podemos, quiere que Felipe González no adquiera
un poder suficiente como para intentar desbancar este Gobierno, tanto el
Partido Socialista como Unidas Podemos tienen que ser menos pusilánimes y
empezar a ser un poco más valientes con figuras como Felipe González. Y
combatirlos de manera frontal. Y no se hace ni callando y defendiéndole, como
hizo Adriana Lastra el otro día, ni intentando ocultar, como Echenique, una
comisión de investigación. Yo también estoy de acuerdo en que los papeles de la
CIA no aportan demasiado. Pero, al fin y al cabo, sí hay alguna información que
puede ser relevante y que puede ser línea para poder investigar. Igual que se
pide una comisión de investigación para el rey Juan Carlos, para el poder del
rey Juan Carlos, Unidas Podemos tendría que defender la posición de Bildu y
pedir esa comisión de investigación sobre Felipe González y sobre esos nuevos
papeles. Si de verdad no aportan nada pues bueno, pues se dirimirá en esa
comisión. Si aportan, pues sí”.
Dos felipes, dos silencios.
Aníbal Malvar, en su
artículo en Público “Dos felipes, dos silencios”, nos recuerda estos meses
luctuosos y desasosegantes que nos está tocando vivir, en los que nos han ido
cayendo algunas noticias como bofetadas para ver si espabilamos. Cuenta Malvar:
“Juan Carlos I, paseando por las calles de Ginebra con un maletín repleto de
millones en negro como un vulgar secundario de El Padrino; su hijo Felipe,
gastando medio kilo regalao en su luna de miel y trasteando en la sombra para
renunciar a su herencia de procedencia dudosa; papeles desclasificados de la
CIA que apuntan al otro gran Felipe de las Españas, González, como jefe supremo
de los GAL, y en los que la inteligencia estadounidense duda de la sinceridad
democrática de nuestra virtuosa transición, y todo en este plan. Ya solo nos
falta enterarnos, por supuesto por la prensa extranjera, de que el M. Rajoy de
los papeles de Bárcenas es Mariano Rajoy. Ese sí que es un espía, ocultando su
identidad tras su verdadero nombre sin que nadie se entere. Es tan escurridizo
que ni siquiera le han multado por saltarse el confinamiento, a pesar de que
todos los españoles lo hemos visto. Omertà (…) Ayer mismo la mesa del Congreso
rechazó, con los votos de PSOE, PP y Vox, la creación de una comisión de
investigación que aborde las nuevas noticias sobre los GAL que nos han llegado
desde las tierras trumpianas. Pocos días antes, lo mismo había ocurrido con la
propuesta para indagar en los maletines borbónicos que han rulado desde Arabia
Saudí a las Islas Caimán con alegre donosura. Ahora también se nos revela que
la mitad de la luna de miel de Letizia y Felipe la pagó muy sospechosamente una
empresa sin empleados y con pérdidas casi semejantes, aquel año, al regalo de
boda recibido por nuestros actuales y siempre muy ejemplares monarcas (…) Hay,
quizá, toda una generación de españoles que ha decidido morir sin saber lo que
sucedió realmente durante su existencia. Quién les robó. Quién empobreció el
futuro de sus hijos y sus nietos. Os apuesto que, al contrario que los felipes,
los marianos, los aznares y los juancarlos, el bueno de Fernando Simón sí
acabará sentándose en parlamentos y tribunales por habernos intentado guiar en
esta pandemia (…) No creo que ningún español, en su intimidad intelectual, dude
que Felipe González promovió el terrorismo de Estado chapucero de los GAL, que
Juan Carlos fue siempre un comisionista sin escrúpulos dedicado a la buena vida
borbónica, ni que su hijo, Felipe VI, sabía de las andanzas de ambos dos. Pero
silencio, silencio. ¡Silencio! ¡A callar he dicho! Las lágrimas cuando estés
sola. ¡Nos hundiremos todas en un mar de luto! Ella, la hija menor de Bernarda
Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho!
¡Silencio! Qué bien describió Federico a nuestra España”.
Tremending. Silencio y censura en la prensa española.
El Tremending de hace dos
semanas recordaba que, por fin, veíamos algo sobre el escándalo de Juan Carlos
I en una portada de la prensa, pero... lamentablemente no era en un medio
español. “El prestigioso ‘The Times’ titulaba bajo su mítica mencheta un
rotundo: “Rey caído”. Un demoledor reportaje que subtitulaba: ‘Sexo, dinero y
el escándalo que ha sacudido España’. No era la primera vez: el pasado mes de
marzo, fue un diario suizo, Tribune de Genève, el que abrió su portada con una
noticia medianamente interesante para los españoles: la Fiscalía de Ginebra,
investigando a Juan Carlos I. Mientras tanto, ni una línea en la portada de las
ediciones impresas de los grandes medios españoles. ¡Otro caso de amnesia! El pasado
domingo fue ‘The Telegraph’ el que sacó nuevos detalles del escándalo. En
concreto, el diario británico aseguraba que Juan Carlos I y una empresa del
catalán Josep Cusí pagaron los 467.000 dólares que costó la luna de miel de
Felipe VI y la reina Letizia en 2004. Un viaje que habría llevado a la pareja
por Jordania, Camboya, Fiji, Samoa, EEUU y México. Y, sin embargo... ¿Tú has
visto algo de la luna de miel de Felipe VI en las portadas de la prensa?
Nosotros tampoco (y hemos buscado). Efectivamente, no había ni rastro de la
información en las portadas de los grandes medios impresos del país. Y no hace
falta recordar la importancia que juegan los grandes grupos editoriales en los
temas de los que se habla o no en un país. El ABC dedicó su portada a Casado y
a Feijóo ante ‘un Gobierno mentiroso’. La portada podría haberla firmado el
propio presidente del PP. La Razón llevaba a su primera las denuncias contra el
Gobierno por la covid-19, la entrevista a una empresaria y hasta el fútbol. Pero,
ni rastro de los chanchullos reales. Tampoco pudimos encontrar nada en la
portada de El País, que sí dedicaba
espacio al plan migratorio de la UE, a la comisión de reconstrucción, al fútbol
o a noticias de internacional. El Mundo tampoco encontró hueco en su primera
página. Sí lo hizo para hablar de Trump, para una entrevista con el presidente
de Telefónica o para el primer beso de unos mellizos tras la pandemia. Tampoco vimos
nada en las portadas de papel de medios como La Vanguardia, El Correo, El Norte
de Castilla, La Verdad, La Voz de Galicia, El Periódico… Silencio absoluto”.
Fotomontajes, imágenes y fotos sorprendentes:
1 El hombre de la foto no irá a la cárcel
por grabarse en un vídeo pegando tiros a fotos de políticos del PSOE y de Podemos.
Los chavales de Altsasu llevan 1.315 días en la cárcel. La diferencia entre la
derecha y la izquierda para la Justicia es evidente.
El exlegionario que fingía ejecutar a miembros del Gobierno fue escolta de Vox.
El hombre de la foto
rodeado de un círculo es Francisco Borja J. B., 44 años detenido en Málaga tras
la publicación del vídeo en el que aparece disparando contra fotografías de
varios miembros del Gobierno y que estuvo vinculado años atrás con ambientes
neonazis, trabajando como guardaespaldas para Vox. Tal y como ha averiguado La
Marea, este hecho puede comprobarse en las imágenes grabadas durante un mitin
electoral del partido de extrema derecha celebrado en noviembre de 2018 en
Málaga, durante la campaña andaluza. Según confirma Sergio
Rodrigo, periodista del citado medio, algunos taxistas de Málaga, excompañeros
de profesión de Francisco Borja J.B., comentaban en sus foros que había
trabajado como escolta para Vox. Antes, ya había participado como escolta en
actos de similar ideología, como la manifestación de la organización neonazi
Movimiento Patriota Socialista (MPS) en el barrio madrileño de Vallecas el 29
de marzo de 2009, tal y como se puede comprobar en un vídeo publicado por la
extrema derecha en YouTube. El exlegionario fue detenido en
Málaga, ciudad en la que se grabó el vídeo y se encuentra acusado de un delito
contra la institución del Estado, otro de odio y un tercero de amenazas, aunque
se encuentra en libertad provisional.
La corona no pierde un euro. Lo que no se lleva el padre se lleva el hijo y si no el espíritu santo.
Pitorreo de la Casa Real.
El Jueves. Cuidado, muerden.
“La
dictadura perfecta tendrá la apariencia de democracia, una prisión sin muros en
la que los prisioneros nunca soñarán con huir. Un sistema de esclavitud donde,
gracias al consumo y la diversión, los esclavos amarán su esclavitud”. La cita
es de Aldous Huxley, autor de “Un mundo feliz”.
Turismo, sí - Cultura, no. Arriba, cómo viajaron este fin de semana los 6.000 alemanes que volaron a Mallorca. Abajo, cómo deben estar nuestras salas de espectáculos.
.No digáis nada, a ver si ellos solos se dan
cuenta.
“Los
reyes no llevan mascarilla pero al menos llevan 40 años lavándose las manos”.
Cuando el día parece no acabarse nunca.
El humor en la prensa de esta
semana: Forges, El Roto, Eneko, Pat, Vergara. Manel F, J., Javirroyo, Puebla,
Harca…
A sus pies, alteza.
En un lugar, en el mundo.
Los impuestos para quien trabaja
El mundo de los homófobos.
La monarquía, acorralada.
Ayuso no para.
La luna de miel real
Podría pasar.
Normalidades.
La canción del verano.
El rey de todos.
Orgullo heterosexual
Borrador de ancianos.
Cristales pintados hacia dentro.
El humor isleño de Pep
Roig: La vida sigue… desigual, Credos,
El Gobierno lo ha hecho muy mal, según Belén Esteban, Nuestro derecho a
contagiar, Culpabilizando, Juerga a todo riesgo…
El director de investigación de infoLibre analiza los detalles de nuestra investigación sobre las residencias de mayores con motivo de la crisis del coronavirus.
Manuel Rico explica la investigación de infoLibre sobre el drama de las residencias.
Marcel Remy - 94 years old and back on the Summit. 10 nov. 2017.
Marcel Remy - 94 years old and back on the Summit. 10 nov. 2017.
Carlos Soria, el abuelo de las cumbres. 16 ene. 2014
Esta semana, en Polònia, llegan con ganas defiesta. Por eso prepararon un especial con las mejores versiones de la temporada. Polònia - 25/06/2020
Especial musicals - Polònia: Grans moments
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