Una investigación
publicada en la revista médica Public Health Nutrition revela que millones de
dólares en contribuciones monetarias realizadas por Coca-Cola influyeron en
estudios científicos que restaban importancia al papel que juegan las bebidas
azucaradas en la obesidad. Así lo comunica Despacho de Abogados W & T: “El
equipo internacional de investigadores examinó más de 18.000 intercambios de
correos electrónicos entre la sede de Coca-Cola Company en Atlanta con la
Universidad de West Virginia y la Universidad de Colorado. Ambas universidades
formaron parte de Global Energy Balance Network (GEBN), considerada una
organización sin fines de lucro dedicada al estudio de la obesidad en EE.UU.,
entre 2014 y 2015. La investigación
determinó que GEBN fue creada por la compañía de bebidas para minimizar los
vínculos entre la obesidad y el azúcar. Posteriormente, Coca-Cola financió
directamente a la organización con al menos 1,5 millones de dólares en 2015 y
realizó contribuciones financieras adicionales a académicos afiliados al grupo
para realizar investigaciones”.
Según El Comunista.net, el
análisis revela que los científicos financiados por la multinacional terminaron
promoviendo la idea de que era la falta de ejercicio y no la mala dieta la
principal causa de la ola de obesidad en EE.UU. “Coca-Cola utilizó a académicos
de salud pública para llevar a cabo tácticas clásicas del tabaco para proteger
sus ganancias”, señala Gary Ruskin, director ejecutivo de US Right to Know. Según
los autores, GEBN también intentó restar importancia al hecho de que Coca-Cola
Company era uno de los donantes principales de su investigación. Por ejemplo,
los investigadores hallaron que, en un intercambio de mensajes, la organización
intentó inflar su cantidad de socios colaboradores para que la multinacional no
destacara como su donante principal. “Nuestra preferencia sería tener a otros
patrocinadores a bordo primero. De momento, contamos con dos patrocinadores,
Coca-Cola y un donante anónimo”, se lee en uno de los correos electrónicos, que
considera la inclusión de universidades como posibles patrocinadores.
El documento también
proporciona evidencia de la influencia de Coca-Cola en las políticas de salud
pública. Los autores afirman que la compañía apoyó a una red de académicos,
denominada ‘Email Family’ (la familia del correo electrónico) que “promovió
mensajes asociados con su estrategia de relaciones públicas”. Su estrategia
consistía en apoyar a esos científicos en el avance de sus carreras y el
desarrollo de sus instituciones médicas. Ruskin señaló que dicha alianza es el “último
ejemplo de la terrible comercialización del trabajo universitario y de la salud
pública”, comparable a tener criminólogos trabajando con Al Capone. “Es un
punto débil en la historia de la salud pública y una advertencia sobre los
peligros de aceptar fondos corporativos”, concluyen los expertos.
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