“España podría ser con
diferencia la primera potencia del mundo en energía solar –lamenta el
periodista Antonio Muator, colaborador en RNE3 y Nueva Revolución– ¿Os
imagináis cuántos puestos de trabajos se podrían crear alrededor de esta
industria? Pero no, preferimos abrir bares y hoteles”. La energía termosolar de
concentración tuvo un notable crecimiento en España entre 2008 y 2013. Sin
embargo, no se han construido nuevas centrales de ese tipo a partir de
entonces.
Spanish Revolution
recuerda que España es uno de los países de Europa con mayor cantidad de horas
de sol, a lo que se unen los compromisos europeos en instalación de energías
renovables, así como la conveniencia estratégica de disminuir la gran
dependencia energética exterior y aumentar la autonomía energética. Pero no es
un camino de rosas y ni el Partido Popular ni el PSOE han ayudado a convertir a
nuestro país en puntero en el sector.
España fue en 2008 uno de
los primeros países a nivel mundial en investigación, desarrollo y
aprovechamiento de la energía solar gracias a una legislación favorable.
Nuestro país fue ese año uno de los países con más potencia fotovoltaica
instalada del mundo, con 2708 MW instalados en un solo año.
Sin embargo, regulaciones
legislativas posteriores de mano de PSOE y PP frenaron la implantación de esta
tecnología. Estas modificaciones en la legislación del sector ralentizaron la
construcción de nuevas plantas fotovoltaicas en años sucesivos, de tal forma
que, en 2009, se instalaron tan solo 19 MW; en 2010 se instalaron 420 MW y en
2011, 354 MW. En enero de 2012 el PP aprobó el Real Decreto Ley 1/201224 por
el que se procedió a la suspensión de forma indefinida de los cupos del Régimen
Especial de energía, es decir, los procedimientos de preasignación de
retribución y de los incentivos económicos para nuevas instalaciones
fotovoltaicas y demás energías renovables. En la práctica este RDL supuso que
las nuevas plantas fotovoltaicas que no estuvieran inscritas en cupos no
recibirán prima alguna, pero podrán vender la energía a precio de mercado.
Esta regulación supuso un
freno al desarrollo de la energía fotovoltaica y agravó la crisis del sector
renovable en España iniciada en el año 2010, cuando el anterior Gobierno
socialista aprobó dos regulaciones: una que limitaba la percepción de primas
hasta el límite del año 25 (RD 1565/2010, de 19 de noviembre) y la última, el
24 de diciembre de 2010, en la que se limitaba el número de horas susceptibles
de pago, estableciéndose un recorte retroactivo de un 30% sobre lo garantizado
anteriormente.
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