La presidenta madrileña
consiguió más del doble de los escaños que tenía y obtuvo más diputados que
PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos. Con el 90% de votos escrutados, Isabel Díaz
Ayuso ganó ayer las elecciones en la Comunidad de Madrid y solo necesitará la
abstención de Vox para ser reelegida presidenta autonómica. Los populares
alcanzaron los 65 escaños y superaron al bloque de izquierdas, que sumó 59. La
participación alcanzó cerca del 80%. Con este resultado, Ayuso duplicó los
resultados que logró hace dos años y conserva el poder sin necesidad del voto a
favor de Vox en la investidura, ya que bastará con la abstención de la
formación de Santiago Abascal. “España empieza en Madrid, señor Sánchez, tiene
los días contados”, proclamó desde Génova 13, que llevaba varias convocatorias
electorales sin nada que celebrar. La acompañaba el presidente del PP, Pablo
Casado. Ambos celebraron la victoria de Ayuso desde el balcón instalado en la
sede del partido.
Mientras tanto, el
silencio y la desazón de los socialistas se instaló en el hotel Princesa Plaza
y en la sede de la calle de Ferraz. Las encuestas, abrumadoramente, daban una
amplia mayoría a PP y Vox, que no sólo no deja ningún resquicio a un posible
Gobierno de izquierda, sino que lo coloca en resultado casi vergonzoso en contra
de las perspectivas que tenían. Gabilondo felicitó al PP y admitió que no
esperaba los resultados. Aseguró que “desde la tristeza”, analizaría y
reflexionaría sobre los resultados. Los socialistas perdieron en número de
diputados y votos, siendo superados por Mónica García, de Más Madrid, quien protagonizó
el sorpaso y se confirmó inesperadamente como la segunda vencedora de la noche,
consolidándose como una nueva alternativa de izquierdas. Fue la única candidata
del bloque de izquierdas que sonrió en una noche de triunfo conservador.
Pablo Iglesias, de Unidas
Podemos, tildó de “tragedia” la victoria de Ayuso. “Hemos fracasado”, reconoció
en referencia a su propio resultado y al de la izquierda, muy lejos de armar un
gobierno alternativo al de Ayuso. Iglesias “felicitó” a la candidata de Más
Madrid, Mónica García, que quedó por encima del PSOE. “Aunque la suma de las
izquierdas sea insuficiente, es un resultado magnífico”, dijo sobre ella. Iglesias
no maquilló el batacazo general que se dio la izquierda en Madrid. Ni ocultó la
decepción de no haber cumplido casi ninguno de los objetivos que estaban detrás
del inesperado salto que dio de la política estatal a la autonómica. “Hemos
fracasado”, reconoció en referencia a su propio resultado y al de la izquierda,
que “estuvo muy lejos de armar un gobierno alternativo al de Isabel Díaz Ayuso”.
Y anunció que abandonaba la política institucional.
Edmundo Bal, de Ciudadanos,
no consiguió salvar los muebles y obtuvo poco más de un 3% de los votos. Perdió
26 escaños en dos años y desapareció de Madrid. Un batacazo electoral histórico
que deja a los naranjas fuera de la Asamblea de Madrid. Por su parte, Vox mejoró
su resultado de 2019 gracias a 13 meritorios escaños. A través de una campaña
marcada por el radicalismo, la ultraderecha fue capaz de seducir a antiguos
votantes de otras formaciones y, en el enfrentamiento público con Pablo
Iglesias, logró reforzar la imagen de una Monasterio que no se vio fagocitada
por Ayuso. Por su parte, Santiago Abascal confirmó que su formación votaría a
favor en una futura investidura de la candidata del PP a la reelección, Isabel
Díaz Ayuso, y permitiría que formara gobierno en la Comunidad de Madrid.
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