Néstor Cenizo escribe en
Eldiairo.es del pasado 9 de junio: “En un contexto de lento descenso de la
incidencia acumulada en toda España, Andalucía aparece en las últimas semanas
como la nota discordante y Antequera, como aviso a navegantes. Mientras que la
provincia malagueña sigue siendo un alumno relativamente aplicado en Andalucía
(tercera provincia con incidencia más baja), la ciudad de los dólmenes parece
haber llegado al pico de un crecimiento que la ha llevado a pasar de 87 casos
por 100.000 habitantes en 14 días a 588 este martes, y 559, el miércoles. Es la
ciudad de más de 40.000 habitantes con mayor incidencia de España y la segunda
de mayor crecimiento en las dos últimas semanas: un 319%. El motivo, según el
alcalde y los responsables sanitarios, es la relajación entre algunos jóvenes
tras el final del curso y del estado de alarma”.
Con poco más de 41.000
habitantes, Antequera, capital de comarca y centro geográfico de Andalucía, ha
registrado hasta ahora 2.196 contagios y 31 fallecimientos. Sin embargo, una
décima parte de esos contagios han llegado en los últimos días. “Hemos pasado
de ser la ciudad media andaluza que menos incidencia ha tenido en toda la
pandemia a tener una subida”, admite el alcalde, Manuel Barón (PP). En el
Ayuntamiento y el distrito sanitario tienen claro lo que pasó. El virus se
extendió silenciosamente entre jóvenes que no respetaron las medidas de
seguridad, dicen, en un contexto de relajación posterior al final del estado de
alarma. “Este crecimiento se ha producido motivado sobre todo por una serie de
graduaciones de bachillerato”, explica el alcalde. Entre el 20 y el 22 de mayo
los colegios e institutos organizaron las celebraciones, según el alcalde,
cumpliendo normas de aforo, pero después se celebraron fiestas privadas. La
mayoría de los chavales cursaron la infección asintomática, pero contagiaron a
familiares mayores que sí mostraron síntomas, casi siempre leves. “En lugar de
estar uno o dos días, estuvieron casi una semana sin control sanitario. Los
sanitarios me dicen que cada uno pudo contagiar a diez o doce”.
Los responsables sanitarios lanzaron la advertencia la semana pasada, al observar una “excesiva relajación”. “Estamos detectando que la mayoría de los casos se dan en pequeñas reuniones sociales o fiestas, en las que los jóvenes se relajan excesivamente: no usan mascarilla, mantienen contacto muy cercano en espacios cerrados, o comparten bebidas y alimentos”, explicó Félix Hurtado, coordinador de la unidad COVID 19 del Área Norte de Málaga. Hurtado recordaba que hay jóvenes que cursan la enfermedad grave y que, en todo caso, pueden contagiar a familiares que están aún en la franja de edad sin vacunar: “Están poniendo en peligro a un grupo etario superior: sus padres”.
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