Aramburu da un repaso a Monasterio.
El pasado viernes Isabel
Díaz Ayuso logró, gracias al apoyo de Vox, ser investida presidenta de la
Comunidad de Madrid. La sesión de investidura estuvo marcada por el discurso
ultra de la extrema derecha, y el compadreo del Partido Popular con esta. Rocío
Monasterio, líder de Vox y socia de Gobierno' de Ayuso, mostró su actitud
racista hacia Serigne Mbaye, el diputado de Unidas Podemos: “Nuestro problema
con el señor Mbayé no es que sea blanco o negro, es que saltó a nuestro país de
forma ilegal. Se saltó la cola de muchos migrantes legales”.
Unas palabras que Mbaye
pidió que Monasterio retirara: “En España no está permitido que se trate a una
persona de manera racista. Yo soy español como ella y pido respeto. Retire sus
palabras racistas hacia mi persona y hacia todos los migrantes”. La misma
presidenta de la Asamblea, María Eugenia Carballedo (PP), invitó a la diputada
de Vox que rectificar sus palabras, pero la dirigente ultra se negó a
ello.
El asunto generó un
intenso debate en las redes sociales, donde miles de personas censuraron el
racismo de Monasterio y mostraron su apoyo a Mbaye. En este sentido, se viralizó
un mensaje del escritor Fernando Aramburu, autor de “Patria” quien, usando un
tono sosegado, escribió al respecto. “Escucho con tristeza las palabras de una
representante pública que cita expresamente a un político rival venido de
África. ¿Cómo vino? Como pudo. ¿De qué vivió? De lo que pudo. Conozco docenas
de historias apenas distintas de emigrantes españoles en Alemania.
Respetémonos”.
Por su parte, Antonio
Maestre en ElDiario.es, bajo el título ‘El hilo negro de Rocío Monasterio’,
escribió: “Rocío Monasterio odia a Serigne Mbaye precisamente por eso. Porque
le recuerda el privilegio perdido y le hace rememorar el momento en el que sus
familias claudicaron. La dama de azúcar no soporta que se perdiera el orden
natural racista en el que los negros recogían caña para forjar fardos con los
que construir sus áticos en el Malecón. Su presencia en la Asamblea es un
elogio de la resistencia que hace rechiñar los dientes de los herederos del
dulce elixir caribeño. Porque su puño senegalés en alto es un símbolo de todo
aquello que los terratenientes azucareros perdieron al llegar el anhelo de
justicia e igualdad. Serigne Mbaye es la memoria presente del África expoliada,
alma resiliente de los negros que llegaron a Cuba para ser esclavizados y que
con su sangre construyeron las fortunas de los herederos que ahora rabian al
ver su tez morena, curtida y valiente gritándoles con su presencia para
decirles que también aquí se les acabará la diversión y les harán parar”.
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