jueves, 23 de diciembre de 2021

El abrazo de una leona con un humano.

 

Sirga a Valentín Gruener, el ecologista que la rescató, se abraza a Sirga.

Primero fue un cocodrilo vegetariano amigo de unos monjes quien dejó a medio mundo atónito con su peculiar y peligrosa amistad. Ahora ha sido una leona la que se ha ganado el cariño y la sorpresa de las redes sociales con sus continuas demostraciones de afecto hacia su cuidador, el ecologista Valentín Gruener. Su amistad con la leona empezó cuando Sirga, era tan solo una cachorra. Valentín la salvó con unos pocos días de vida cuando su madre se negó a alimentarla y se quedó deshidratada a punto de morir. Desde entonces, Valentín ha cuidado de ella y ambos se han hecho inseparables. Y la leona está tan agradecida que nunca le ha hecho daño a su cuidador, todo lo contrario, le abraza continuamente y le da cariño.

En abril del año pasado, Greuner empezó a compartir sus vivencias con Sirga y, en un vídeo, ambos se hicieron virales hasta superar algunos más de 30 millones de visualizaciones. Cuando la madre de Sirga dejó de alimentarla, Valentín se hizo cargo de ella y logró salvarla. Entonces, desde hace un año y medio, la relación con la felina se ha hecho más entrañable, naciendo entre ellos una bella amistad. “Sirga es increíblemente dulce para ser un gato muy grande”, declara irónicamente Gruener a NCB News. “Cuando voy a verla, ella siempre me abraza como en el vídeo”. Ahora, los dos se han convertido en verdaderas estrellas de las redes sociales.

La serie de imágenes del ecologista con un animal salvaje y peligroso de unos 150 kilos que podría matar a una persona en cuestión de segundos y que es capaz de correr hasta llegar a ráfagas de 80 kilómetros, se han hecho constantes. De hecho, el león africano es considerado uno de los animales más peligrosos del planeta, que lo convierten en un depredador inigualable. “De alguna manera, Sirga es un embajador de la naturaleza", afirma el fundador del Modisa Wildlife Project. Allí, en una reserva de Botswana cercana a la casa de Valentin Gruener, vive Sirga, que, a sus nueve años todavía no le ha dado ningún problema a su amigo. “Un león no es una máquina que quiere matar a alguien”, deja claro el ecologista. “Son bastante predecibles y, en realidad, bastante inofensivos para nosotros”.

El conmovedor abrazo de una leona al hombre que la rescató




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