El Ayuntamiento de Madrid
continúa recuperando la nomenclatura franquista del callejero madrileño y
vuelve a homenajear en su callejero al Crucero Baleares ante el estupor de la
izquierda. El caso no es nuevo. Anteriormente, durante el verano pasado el
nombre del fundador de la legión y propagandista del golpe de estado, José
Millán-Astray, recuperaba honores en el callejero madrileño, sumado al de los
falangistas hermanos García-Noblejas y hoy al del crucero Baleares, tristemente
conocido por bombardear a los civiles que huían por carretera de Málaga a
Almería, en 1937, en plena ofensiva fascista.
El nuevo regidor, José
Luis Martínez-Almeida, del PP, pretende volver a recordar el pasado, pero desde
la derecha. Lo que provoca el lamento de la izquierda por el hecho de que no sean aceptado otros nombres como el del
“Barco Sinaia”, que ya fuera elegido por el gobierno local de Manuela Carmena,
en homenajea al buque que trasladó a México a exiliados republicanos. La
efímera denominación caló estos años entre viandantes y vecinos consultados,
aunque parcialmente, al recordar varios de ellos otro nombre como “Sinaí”, que
suena parecido y también hace pensar en gente escapando.
El nombre de la calle del
“Crucero de Baleares” está en el barrio de Portazgo, en Puente de Vallecas,
cerca del estadio del Rayo Vallecano. Es una calle pequeña (apenas 20 números),
estrecha y umbría. En 2017, bajo el mandato de Carmena, de izquierdas, se
acordó la eliminación de 52 nombres de vías y plazas que homenajeaban a
personas o acontecimientos relacionados con la sublevación militar del 18 de
julio de 1936, la Guerra Civil o el franquismo. Con ese acuerdo se daba
conformidad a la propuesta del Comisionado de la Memoria Histórica.
El Ayuntamiento actual, presidido
por Martínez-Almeida, justifica su conformidad para recuperar los nombres del
franquismo en que están obligados por sentencias judiciales, que tampoco quiso
recurrir. Son resoluciones de la jurisdicción contencioso-administrativa que
mandan revertir los cambios del callejero porque, dicen, el informe de la
comisión de expertos que propuso las modificaciones no explicó bien el carácter
de exaltación golpista y franquista en los términos que exige la Ley de Memoria
Histórica. En el caso del crucero Baleares, el informe en cuestión no
mencionaba un suceso conocido como la ‘desbandá’. Y, además, razonaba la
sentencia, no se podía descartar que el nombre se le hubiese puesto a la calle
para homenajear a los fallecidos en su hundimiento (sucedido también durante la
guerra) o, incluso, “a las características técnicas del buque”.
Jesús Jurado, secretario
autonómico de Memoria Democrática del Govern balear, califica de “involución
democrática la decisión del Ayuntamiento de Madrid” de restituir la calle
dedicada al crucero Baleares. Y escribe en su cuenta de Twitter: “Hoy le
restituyen una calle al crucero baleares, que bombardeó y asesinó a miles de
civiles que huían de Málaga en 1937, el mayor crimen de guerra cometido en
nuestro país. Espacios públicos libres de enaltecimiento franquista”.
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