El pasado lunes, la Casa Real anunciaba que Juan Carlos de Borbón se queda a vivir en Emiratos Árabes, aunque vendrá “con frecuencia” a España. El anuncio se escenificó en una carta de Juan Carlos I dirigida a su hijo, el rey Felipe VI, como si fuera su voluntad espontánea. Pero la misiva fue posiblemente pactada, o sea, en un comunicado conjunto. El Confidencial contó que Juan Carlos I quería volver a vivir en una residencia oficial de la familia real y no le habían dejado. Decir que ese era su deseo “en este momento de su vida” era la manera más digna que había encontrado el emérito de comunicarlo. Días después de que la Fiscalía archivara las causas abiertas en su contra, Juan Carlos decidía comunicar sus planes de futuro, en esa carta mandada a su hijo, al rey Felipe VI, en la que confirmaba que, por el momento, seguiría residiendo en Abu Dabi, pero que volverá “con frecuencia a España”, donde se plantea regresar definitivamente “en el futuro”. Todo había comenzado con la decisión de abandonar España en agosto de 2020, “guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a España y a todos los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, para facilitar el ejercicio de tus funciones”. Luego, continúa: “Tras los decretos de la Fiscalía General del Estado, por los que se archivan las investigaciones de las que he sido objeto, me parece oportuno considerar mi regreso a España, aunque no de forma inmediata. Prefiero, en este momento, por razones que pertenecen a mi ámbito privado y que solo a mí me afectan, continuar residiendo de forma permanente y estable en Abu Dabi, donde he encontrado tranquilidad, especialmente para este período de mi vida. Aunque, como es natural, volveré con frecuencia a España, a la que siempre llevo en el corazón, para visitar a la familia y amigos”, reza la carta del rey emérito. Y concluye: “Soy consciente de la trascendencia para la opinión pública de los acontecimientos pasados de mi vida privada y que lamento sinceramente, como también siento un legítimo orgullo por mi contribución a la convivencia democrática y a las libertades en España, fruto del esfuerzo y sacrificio colectivo de todos los españoles”. La Casa Real se limitó a señalar que “el Rey respeta y comprende la voluntad del rey Juan Carlos I expresada en su carta”.
La Fiscalía decidía, a principios de este mes, archivar la investigación contra el rey emérito, pero sus escritos dibujaban la trayectoria económica de Juan Carlos de Borbón, boyante fuera de los cauces oficiales, incluso cuando el país atravesaba sus peores momentos económicos. “Los decretos hechos públicos –cuenta Alberto Pozas en Eldiario.es– relatan cómo abrió dos 'trust' en el paraíso fiscal de Jersey a mediados de la década de los noventa, cuando España comenzaba a recuperarse de la crisis económica. Y cómo cobró 100 millones de dólares en 2008, en los primeros años de la siguiente crisis, mientras la tasa de desempleo se disparaba. Todo a espaldas de Hacienda y mientras sus discursos anuales de Navidad pedían solidaridad y ejemplaridad a ciudadanos e instituciones. Durante este tiempo en el que llamaba a anteponer ‘el interés general sobre el particular’ en sus discursos a la nación, Juan Carlos de Borbón escondió este dinero a Hacienda. Presentó sus declaraciones de IRPF en España en las que, según la Fiscalía, ‘no incluyó las rentas y rendimientos obtenidos en las cuentas abiertas en el banco Mirabaud por la fundación Lucum’. No presentó el modelo 750 y la Fiscalía deja caer que, de no ser por la prescripción y la inviolabilidad, podría haberle costado una acusación por delito fiscal, tanto si se le hubiera aplicado el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) como si se le hubiera aplicado el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, con independencia de que fuera un bien adquirido o un patrimonio no declarado. La Fiscalía también puso la lupa sobre los millones de euros que empresarios y gente de su entorno pusieron a su disposición a través de fundaciones y sociedades para hacer frente a sus gastos personales y los de gente de su entorno una vez dejó el trono en 2014 y, por tanto, dejó de estar protegido por la inviolabilidad monárquica que reconoce la Constitución. Uno de sus benefactores fue el empresario Allen Sanginés-Krause, que entre 2016 y 2018 hizo llegar 516.000 euros al monarca mientras viajaban juntos al castillo irlandés de Killua o mientras el rey, a sus 79 años, se proclamaba campeón del mundo de vela en la categoría de Clásicos de 6 metros a bordo del Bribón, su embarcación. Para entonces Juan Carlos de Borbón ya no era rey y no tenía, por tanto, gran cantidad de apariciones públicas, aunque Felipe VI sí seguía haciendo alusiones a la ejemplaridad de las instituciones. Pero sus problemas legales empezaban a abrirse paso: en 2018, varios medios publicaron conversaciones grabadas en las que su antigua amante, Corinna Larsen, reconocía la existencia del cobro millonario en 2008 y cómo ella había sido usada para esconderlo. En sus cuentas en Bahamas acabó, a modo de donación irrevocable, el dinero que la Fundación panameña Lucum del rey había amasado durante años en Suiza”.
“Juan Carlos I –concluye Alberto Pozas– hizo fortuna mientras la economía del país se hundía, pero su bonanza económica internacional a espaldas de las arcas públicas no era ninguna novedad. La Fiscalía detalla en su escrito cómo en los años noventa el monarca dispuso de varios millones de euros repartidos en varios 'trust' del paraíso fiscal de Jersey. Uno fue bautizado como 'Tartessos' y creado en 1995 y el otro, llamado 'Hereu' –heredero en catalán– dos años más tarde y los fondos, administrados por su colaborador, Manuel Jaime de Prado y Colón de Carvajal, procedían una vez más de donaciones de las que la sociedad española nunca tuvo noticia. España, mientras tanto, empezaba a ver entonces la luz al final del túnel de la profunda crisis económica de 1993, que había dejado 3,3 millones de parados y una tasa de desempleo de más del 24%. En su mensaje navideño de 1995, el año en que creó su primer 'trust' en Jersey, el monarca habló del ‘drama personal’ del paro y las ‘inquietantes’ cifras del desempleo (…) En las mismas fechas en las que Juan Carlos I reconocía ante sus colaboradores que la sociedad española no vería con buenos ojos el ocultamiento de varios millones de euros en un paraíso fiscal, el monarca se dirigió a la nación en su tradicional discurso de Navidad. Un mensaje en el que también se refirió al enlace entre los futuros reyes, algo que, según dijo, constituía ‘un motivo de gran alegría tanto desde el punto de vista familiar como institucional’. También invitó a ciudadanos e instituciones a cumplir con la Constitución y alabó la economía a la que entonces ocultaba parte de su fortuna: ‘Avanzamos en la buena dirección. Pero aún queda mucho por hacer en favor de los afectados por la exclusión social, los marginados y cuantos reclaman disfrutar de mayor igualdad de oportunidades’, dijo en un discurso en el que también tuvo palabras amables para la sanidad y la educación públicas. La investigación de este 'trust' arrancó cuando las autoridades anti blanqueo sospecharon de las vinculaciones del dinero con Juan Carlos I y pusieron todo en conocimiento de la Fiscalía. Los investigadores, finalmente, determinaron que hubo una vinculación indudable del monarca con el origen de los fondos pero que, una vez trasladados en 2004 al nuevo 'trust' de Romero Maura, quedaron al margen del rey y en manos de este hombre en cuya rectitud confiaba Juan Carlos I. Todo lo anterior a ese año ha prescrito y, en cualquier caso, estaría protegido por una inviolabilidad de la monarquía que la Fiscalía define como total. Para lo público y para lo privado”.
Casa Real ya prepara su vuelta, pero advierte que Juan Carlos I tendrá que esperar unas semanas. Jesús Ortega señala en Vozpópuli que Zarzuela ha desbloqueado la vuelta del Emérito después de que la Fiscalía haya cerrado las investigaciones contra él, pero lanza un mensaje de calma. “Aún quedan cuestiones importantes por resolver y una salida precipitada de Abu Dabi podría ser malinterpretada por la opinión pública… Personas bien situadas en Zarzuela al ser preguntadas por una vuelta de Juan Carlos I en los próximos días, señalan que “un regreso inminente haría parecer que estaba fugado. Hay que esperar a que se rebaje la presión social y mediática, ya que, una vez conocida la decisión de la Fiscalía, ‘se están exigiendo explicaciones’ y ‘se ha vuelto a generar un clima similar al de antes de su marcha, destacando causas e investigaciones que ya están cerradas’. Recuerdan, en ese sentido, que Juan Carlos I decidió tomar distancia en un momento en el que existían esas mismas presiones ‘para no dañar la imagen de la Corona mientras estaban abiertas esas investigaciones, y para no molestar ni interferir en las mismas’. Ahora, ‘recién cerrado todo’, solo ‘hay que esperar a que se calmen las cosas. Desde el entorno más próximo del Emérito advierten que ‘quiere regresar ya’, pero ha sido advertido de la necesidad de mantenerse en Abu Dabi unas semanas más: ‘Se le ha trasladado que Zarzuela está preparando la vuelta pero que no puede venir ahora. Puede esperar un mes y esos son los plazos que se están manejando’. En ese sentido, los amigos de Juan Carlos I apuntan que el objetivo es que regrese ‘después de Semana Santa’, con la decisión judicial ya asentada y la situación política menos tensionada. “Al final, nunca estuvo encima de la mesa una imputación o condena, y la Fiscalía solo pidió una comisión rogatoria a Suiza y prolongó los plazos. Y eso es lo que va a quedar”. No obstante, las fuentes de Casa Real consultadas por Vozpópuli insisten en que Portugal sigue siendo considerada la “solución menos mala” para todos los implicados. “La cuestión es que no tenga a periodistas esperando en Zarzuela o en una residencia privada en España y que, aunque tenga fijada su vivienda en Portugal, pueda estar en Sanxenxo, o en Madrid, sin que nadie sepa exactamente dónde está. Solo de esa forma se puede evitar la presión mediática”.
Pedro Sánchez ha vuelto a
insistir en que Juan Carlos I tiene que ofrecer unas explicaciones a los
españoles. Así lo ha reconocido en un encuentro informal con periodistas
durante su vuelo hacia Letonia, donde fue a visitar a las tropas españolas que
participan en la misión de la OTAN. Para Sánchez “no es de recibo” las
informaciones que se han ido conociendo del emérito. Durante el mencionado
vuelo, el presidente del Gobierno señaló que había conocido el sentido de la carta
el mismo día que se hizo pública, el lunes. Explicó que “hizo acuse de recibo”
del contenido de ella, pero que “lo que no eran de recibo son las informaciones
que hemos ido conociendo, que son decepcionantes”, criticó. En su opinión, Juan
Carlos I “debe dar unas explicaciones más detalladas a los españoles” después
de que la Fiscalía haya dado por acreditado que se enriqueció durante su
reinado y también posteriormente de espaldas a Hacienda, aunque se hayan
archivado las investigaciones porque era inviolable. La Fiscalía ha archivado
las acusaciones, pero la mayor parte de ellas por prescripción del delito o
porque en el momento de cometerse el rey todavía tenía la condición de
inviolable. Por ello Sánchez ha insistido en que son necesarias unas
explicaciones más detalladas por parte del ex monarca. “No me meto en el cómo.
Tiene que aclarar toda la información que hemos ido conociendo y que viene en
el informe de la Fiscalía, que retrata una serie de conductas” Y sobre la
posible vuelta a España de Juan Carlos I no ha comentado demasiado y se ha
limitado a señalar que ese es un asunto que tiene que tratar el actual rey,
Felipe XI, con su padre. El jefe del Ejecutivo se limita a hacer “acuse de
recibo” de la decisión. “Lo que no es de recibo son las informaciones que hemos
ido conociendo, que son decepcionantes”, ha insistido. En su misiva, el exjefe
del Estado tan solo hace una pequeña alusión a esa conducta que dice lamentar
“sinceramente” pero que se enmarca en “acontecimientos pasados” de su “vida
privada”.
José María Izquierdo publicó el pasado 7 de marzo, en ElDiario.es, el artículo “De reyes, princesas y otras vergüenzas” en el que decía: “Hoy, treinta años después de la caída del muro asistimos, paralizados por el miedo y el dolor, a una guerra que nos va a dejar miles y miles de muertos, iniciada por el sátrapa ruso, Vladimir Putin, un chisgarabís de tres al cuarto criado en las sucias entrañas del KGB durante aquellos años que hemos citado, surgido de las borracheras de aquel gobernante payaso, Boris Yeltsin, producto de las malas noches del Kremlin. Porque hasta un cabo furriel de cualquier Ejército tiene los suficientes conocimientos estratégicos para saber que unos cuantos misiles, tierra-tierra, aire-tierra, tierra-mar o las bonitas combinaciones que ustedes gusten, disparados desde las bases occidentales en Europa o Estados Unidos acabarían de cuajo con esos convoyes rusos gigantescos que vemos en televisión como entretenimiento de sobremesa. Pero es que resulta que aquella todopoderosa teoría de la disuasión nuclear nos tiene sujetos al sillón de la inoperancia militar. ¿Quién se atreve a poner fin a este mundo, el único que tenemos? Veremos imágenes terribles y lloraremos por las víctimas, hombres, mujeres y niños, pero seguiremos atados de pies y manos. Mientras haya países con armas nucleares, y Rusia y Estados Unidos son los amos, seguiremos bajo el yugo de la destrucción mutua. La Guerra Fría, cuando despertamos, todavía estaba allí. ¿Y por aquí, en esta piel de toro, pasa algo? Algo, sí. Como por ejemplo esa resolución de la Fiscalía Anticorrupción que nos ha vuelto a poner en la mesa del comedor, abierto en canal, el doloroso espectáculo de comprobar en todo su esplendor las vergüenzas del rey caído, sepultada su honorabilidad por miles de millones de euros de procedencia indigna. Comisiones groseras, viajes a todo lujo, incluidos los carísimos safaris, pagados desde fondos ignotos, cuentas en paraísos fiscales, amantes multimillonarias en peleas palaciegas pero de muy baja estofa, esos millones no son tuyos, que son míos y muy míos y te arranco los ojos como se te ocurra quitármelos. ¡Qué horror, qué asco! Y eso ocurre dentro de una institución –la monarquía– que soportamos desde que Franco así lo quiso y una generosa Constitución, votada a favor por los ciudadanos, nadie lo niega, permite que siga ahí, sobre nuestras cabezas. Pero los mismos seres humanos que encarnan el concepto –la monarquía– deberían ser mucho más exigentes consigo mismos y sus familiares, próximos o menos próximos, porque si el yernísimo y la ya menos queridísima hermana rompieron la cristalería, el emérito superó todos los límites imaginables bajo el lema heráldico de hago lo que hago delante de todos porque soy quien soy, vean mi corona, que así actúo porque me da la real gana”.
Izquierdo continúa: “Mal, muy mal tanta felonía, que permitiría a los ciudadanos someter a la lupa de una investigación solvente toda la carrera del emérito, y poner en el tapete desde sus primeros años con Franco hasta sus amistades con los militares y un pormenorizado análisis de aquellas horas vespertinas, con un detallado repaso a los días anteriores, del 23 de febrero de 1981. Es legítima la desconfianza, que el rey simpático y dicharachero nos ha mentido y engañado hasta la náusea. Porque ya se sabe que se empieza asesinando y se acaba robando un bibelot de la vitrina de la abuela, como descubrió Thomas de Quincey (…) Y ahora, ¿qué hacemos con tan oprobiosa presencia? Ya nos ha contado ayer el emérito que ha decidido seguir sufriendo en las ardientes arenas de Abu Dabi. Nos dice, también, que no nos preocupemos por su estancia en España, que, si se le ocurriera venir a cumplir algún mandado, no hace falta que le guardemos lugar en palacios, que ya vivirá en lugares privados. Lo mismo esperaba que los ciudadanos, agradecidos, le reserváramos un ala entera de La Zarzuela. Estaremos atentos. Advertía Santos Juliá en 2014 con muy buen criterio y acierto premonitorio lo siguiente: ‘Es un lugar común decir que, sin ser ni sentirse especialmente monárquica, la mayoría de los ciudadanos fue, al menos, juancarlista’. Y veloz, él mismo sacaba la siguiente conclusión: ‘Por parecida razón, y una vez la democracia consolidada, bastaría que la mayoría de la gente dejara de ser o sentirse juancarlista para que pasara de la aceptación tácita de la Monarquía a la desafección o desapego, primer paso de una creciente hostilidad contra la institución’. Mi buen amigo José K. se sirvió un día de esas palabras y añadió el siguiente comentario: ‘¿Los republicanos confesos debemos entonces convertirnos de juancarlistas a felipistas?’ Y hoy, el Ojo añade: ¿tendremos que ser también leonoristas, tanto si es listísima o quizá un poco distraída la hoy heredera adolescente, alumna en carísimo colegio extranjero, para mantener a los Borbones donde están? Indaguemos más: ¿y así hasta cuándo? ¿Cuántos hijos, nietos, bisnietos, tataranietos han de pasar, insignes unos, es posible, piratas otros, que también es posible, para librarnos de este sindios de la monarquía?”.
Gerardo Tecé, en el artículo “Juan Carlos, el rey que merecemos”, publicado el pasado miércoles en ctxt.es, confirma que, tras salir impune de décadas de corrupción con la prescripción de sus delitos y la aplicación de la figura de la inviolabilidad, Juan Carlos ha querido ajustar cuentas con su hijo, ese que se desligó públicamente de sus trapicheos, le quitó la paga y vio con buenos ojos la operación para alejarlo de España. “No busquen más interpretaciones al mensaje emitido hace unos días, porque no las hay. Juan Carlos, libre ya de todo riesgo judicial, reivindica su posición. Si me quedo en Abu Dabi es porque yo quiero. Si quiero volver a España, volveré cuando me dé la gana. Y no necesito pedir permiso ni cobijo de Zarzuela. Pedro Sánchez, alineado con el nuevo rey, no ha llegado a comprender que todo esto se trata de una disputa familiar y pide que el rey emérito se disculpe ante los españoles por la ristra de delitos demostrados. La pregunta es: ¿por qué debería hacer algo así? Las disculpas las recibe quien merece respeto y la historia nos dice que el pueblo español, testigo plácido de este tipo de trapicheos y disputas familiares, lleva siglos renunciando a ser respetado. Desde Fernando VII, tratado como un héroe por salir por patas y luego volver en volandas para castigar a quienes ganaron la guerra por él y pretendieron modernizar el país con La Pepa, hasta la España de hoy, la del PSOE al frente de las maniobras de la Fiscalía para lograr archivar las causas penales de su rey corrupto. El emérito volverá más temprano que tarde y espero, en honor a la historia de este país, que lo haga por la puerta grande. Podría el emérito Juan Carlos desfilar por la Gran Vía saludando desde el descapotable de algún amigo jeque y a su paso, no tengamos dudas de ello, se agruparían multitudes aplaudiendo con sentido agradecimiento. En el palco de autoridades, satisfechos de que todo haya salido finalmente bien, además de invitados como Don Rafael Nadal Parera, Fernando Alonso y algún que otro torero de postín fumándose un puro, habría desde directivos del Ibex agradecidos por los servicios prestados hasta testaferros internacionales, pasando por líderes del PSOE, republicanos, pero juancarlistas de los pies a la cabeza. También abogados del Estado, jueces y militares. Estos últimos sabiendo bien que uno puede disfrutar de misiones especiales en el extranjero, llámese Suiza, Panamá o Abu Dabi, sin por ello dejar de amar a España”.
“Al paso de la comitiva –concluye Gerardo Tecé–, masas de votantes de ultraderecha ondearían sus banderas gritando que Viva el Rey con el mismo entusiasmo con el que gritarían que Viva Franco. También ciudadanos de a pie que, sin importar la ideología de cada cual, no dudarían en responder ante las cámaras de Antena3 y Telecinco que sí que, por supuesto tienen claro que, si en España tenemos democracia, para envidia de Portugal, Francia o Italia, es gracias al rey. Y, muy importante, aplaudiendo a la comitiva estaría también el futuro de este país. Desde los jóvenes ganadores del concurso ‘qué es un rey para ti’ hasta las juventudes del PP celebrando a pie de calle el archivo de la causa judicial y la vuelta a casa. Exigiendo vehementemente, y con gran acierto, que los críticos con el emérito se pongan en fila para pedirle perdón, de uno en uno, por el mal rato provocado. Juan Carlos debería perder el miedo, si es que alguna vez lo tuvo, y volver lo antes posible. Es lo que su país se merece. Durante décadas, algunos pensamos que aquel mantra repetido mil veces que decía que la monarquía era la mejor representante posible del pueblo español era erróneo. Claramente nos equivocamos. El archivo de la causa por los delitos de Juan Carlos y la nula reacción social confirman que es tal cual”.
Por otra parte, la guerra en Rusia-Ucrania y las fuertes presiones de la Unión Europea y del Reino Unido hacia los oligarcas del país han hecho que Roman Abramovich, magnate ruso muy relacionado con Putin, tras hacerse con el Chelsea, el club de fútbol profesional de Inglaterra que disputa la Premier League, máxima competición futbolística de ese país, quiera ahora echarse a un lado. De vivir en una de las mansiones más lujosas de Londres y poseer uno de los clubes más poderosos de Reino Unido, ha pasado a querer vender el club inglés a toda prisa y salir del país. Las sanciones y la posibilidad de ser embargado han surtido efecto en el magnate, que mantiene una estrecha relación con Vladimir Putin, optando por abandonar el país donde ha vivido casi dos décadas y dejar atrás todas sus propiedades, incluido el club ‘blue’. Mario Cortijo describe en Vozpópuli cómo el multimillonario está intentando deshacerse de todas sus propiedades, ya que son varios oligarcas rusos los que están viendo cómo se están embargando sus bienes. “El temor de Abramovich, cuyo nombre ya salió con motivo de las sanciones en Reino Unido –luego lo registraron como un error y rectificaron– es quedarse sin muchas de sus posesiones más preciadas. El precio del Chelsea es de 3.000 millones de libras y ya han salido a la palestra algunos interesados, como el excéntrico luchador de artes marciales mixtas, Conor McGregor. Abramovich lo compró hace 20 años por 200 millones de libras, por lo que el valor del club ha aumentado exponencialmente durante sus años de mandato. Hay prisa por vender, ya que el magnate le ha condonado la deuda de 1.800 millones de euros que tenía el club con su todavía dueño. Lo que ha sorprendido a casi todo el mundo es el ‘bofetón’ que Abramovich ha propinado al presidente de Rusia. En un comunicado, además de confirmar que el Chelsea está en venta, ha afirmado que todo el dinero que obtenga del traspaso irá destinado a ayuda humanitaria en Ucrania. Abramovich, con este gesto, se alinea con todos aquellos que se han manifestado en contra de la invasión rusa y silencia a aquellos que le han tratado de atacar desde el inicio del conflicto, especialmente desde el sector político británico. La relación entre Putin y Abramovich siempre ha sido bastante estrecha, aunque la trayectoria del magnate también indica que no se casa con nadie salvo consigo mismo y su familia. En el pasado, no dudó en apostar por Putin –y alejarse de Boris Yeltsin– cuando era una figura emergente de liderazgo en el país y ahora, con el mundo puesto en su contra, tampoco dudará en echarse a un lado, tal y como está demostrando con sus últimas maniobras”.
“Roman Abramovich fue parte del partido de Vladimir Putin e incluso llegó a presentarse a unas elecciones para ser gobernador bajo petición del actual presidente ruso. Lo hizo en una de las zonas más inhóspitas y frías de Rusia, en Chukotka, el área más al noreste del país, donde tan solo viven 50.000 personas. Sin haber pisado esa área en su vida, logró, según sus biógrafos, arrasar en las urnas y lograr el mandato. Estuvo cinco años al frente y, en 2008, cuando Putin exigió que los cargos públicos debían tener su fortuna en Rusia, dimitió. Ahora, su imagen pública como uno de los ‘hombres de Putin’ se ha resquebrajado por completo con su comunicado oficial. Su hija Sofía ya había dado un avance del ideario familiar en sus redes sociales. Mostrando su rechazo a la guerra y afirmó que ‘la mentira más grande y exitosa de la propaganda del Kremlin es que la mayoría de los rusos están con Putin’. Aunque este testimonio parecía que podía ser un quebradero de cabeza para Roman y su papel de ‘mediador’ entre rusos y ucranianos, resulta que refuta su auténtico pensamiento. Con la puesta a la venta del Chelsea, Roman Abramovich rompe casi del todo los vínculos que le unían con Reino Unido. Las sanciones que le impuso el gobierno británico por sus relaciones con el gobierno ruso le impidieron entrar al país durante dos años y pese a haber cumplido ya la sentencia, no ha vuelto a dejarse ver por tierras británicas. Espera ‘poder despedirse’ de su público antes de abandonar el barco –o en este caso, venderlo–, según reza el comunicado emitido por los ‘blues’. Para Abramovich, vender el Chelsea es doloroso, ya que para él se había convertido en un auténtico hobby. Desde su llegada en el año 2003, el multimillonario –llegó a estar en el puesto 11 de la lista Forbes– ha convertido a un club de media tabla en uno de los mejores equipos del mundo, hasta el punto de conquistar dos Champions League. Roman fue uno de los grandes pioneros de lo que es hoy la Premier: una liga dominada por élites económicas con capacidad de fichar a la ‘crème de la crème’ del fútbol mundial. Bajo su mandato, el club se ha convertido en una potencia global, gracias a que ha logrado en los últimos 20 años, además de las dos Champions, dos Europa League, cinco Premier League, un Mundial de Clubes, una Supercopa de Europa, cinco FA Cup, tres Copas de la Liga y dos Community Shield. En la actualidad, por sus vínculos políticos y financieros con Vladimir Putin, presidente de Rusia, los activos de Abramovich han sido congelados. “Las restricciones de congelación de activos también se aplican a todas las entidades que son propiedad o están controladas por Roman Abramovich. ‘Esto significa que el Chelsea Football Club está ahora también sujeto a una congelación de activos en virtud de las sanciones financieras del Reino Unido’, explica el gobierno británico a través de un comunicado”.
Sergiy Stakhovsky,
extenista ucraniano, ha compartido con sus seguidores en su cuenta de Instagram
el mensaje solidario que le envió Novak Djokovic tras conocer que se unía a las
tropas de su país para luchar contra Rusia. “Stako, ¿cómo estás en el campo de
batalla? Pienso en ti. Espero que todo se calme pronto. Dime a qué dirección
puedo enviarte la ayuda... ayuda financiera o cualquier tipo de ayuda...”, dice
el mensaje que el tenista serbio le envió a Stakhovsky a través de WhatsApp y
que el exdeportista publicó en su cuenta de Instagram. Sergiy Stakhovsk se
retiró a los 36 años, tras participar a principios de este año en el Abierto de
Australia, y decidió acudir a Kiev para participar en la defensa armada contra
la invasión rusa perpetrada por el presidente ruso, Vladimir Putin. El extenista
ha entrado en un ejército de la reserva en la capital ucraniana y ha dejado a
su familia en Hungría. En declaraciones a la BBC afirmó: “Sé cómo utilizar las
armas y, si tengo que hacerlo, lo haré”. En otras declaraciones, en La Stampa,
Stakhovsk expresó su decepción por no haber recibido el mismo apoyo de otros
tenistas, como Rafa Nadal y Roger Fededer: “Djokovic me mandó un mensaje de
apoyo, incluso chateamos un poco. Intenté contactar con Federer y Nadal. Siento
que hayan preferido el silencio. Les comprendo, no es su guerra. Tenemos el
apoyo de grandes personalidades. Espero que dure”. Sergiy Stakhosky alcanzó el
puesto número 31 del mundo tras una victoria contra Roger Federer en la segunda
ronda del torneo de Wimbledom de 2013 y cuenta con cuatro títulos ATP. En su
cuenta de Instagram, el jugador ucraniano pide ayuda, denuncia la invasión rusa
y muestra sus armas. Además, envía un mensaje a su familia: "Todos estamos
luchando por el futuro de nuestros hijos para el mundo en el que hay un futuro.
Espera un poco más... Vamos a sobrevivir a ellos. Correrán tras el barco ruso y
yo volveré a ti”. Otros deportistas ucranianos también han dado el paso de
tomar las armas para defender su país, como el doble campeón olímpico de boxeo
Vasiliy Lomachenko y el excampeón mundial de los pesos pesados de boxeo
Oleksandr Usyk.
Otras imágenes, fotomontajes y fotos sorprendentes:
Este es un monumento que marca un momento histórico, conocido como Holodomor. Pero, ¿qué es el Holodomor y qué delito recuerda este monumento en general? Después del final de la Primera Guerra Mundial, Ucrania era un estado independiente, pero, en 1919, la Unión Soviética lo “absorbió” en la comunidad de estados soviéticos. Los ucranianos, que ya entonces se consideraban un pueblo de Europa Central como los polacos y no de Europa del Este como los rusos, intentaron restaurar la independencia de Ucrania. No queriendo perder el control del granero principal de Europa, en 1932 Stalin recurrió a una de las formas más atroces de terror contra una nación. En el proceso de nacionalización, les quitó a los campesinos ucranianos la tierra productora de cereales, pero también todas sus pertenencias.... creando así una hambruna artificial. Su objetivo era “enseñar a los ucranianos a ser inteligentes” para que ya no se opusieran al Moscú oficial. Así, las personas que más cereales producían en Europa se quedaron sin una miga de pan. Y, en la primavera de 1933, 17 personas en Ucrania morían de hambre cada minuto, más de 1000 cada hora y ¡casi 24.500 cada día!... Y el gobierno soviético anuló el censo, destruyó la documentación del mismo y los que protestaron, fueron fusilados o enviados al gulag para ocultar completamente la verdad. En 1932-1933, entre siete y diez millones de personas fueron asesinadas por el hambre, más que judíos en la Segunda Guerra Mundial. Su gas venenoso era el hambre, su Hitler era Stalin, su Holocausto fue el Holodomor”. (Manuel Sainz de Vicuña)
"¡La guerra es una locura! ¡Para, por favor! ¡Mira qué crueldad! En Ucrania corren ríos de sangre y lágrimas. No se trata sólo de una operación militar, sino de una guerra, que siembra muerte, destrucción y miseria. El número de víctimas aumenta, al igual que las personas que huyen, especialmente las madres y los niños” (Papa Francisco).
El coche más largo del mundo tiene 24 ruedas, piscina y helipuerto. Mide 30,54 metros de longitud y aparece en el Libro Guinness de los Récords.
El humor, en la prensa de esta semana: Iñaki y Frenchi, El Roto, Peridis, Eneko, Vergara,Manel F., Enrique, Indígoras y Pachi, Antón, Flavita Banana, Malagón, Miliki y Duarte…
El humor mallorquín de
Pep Roig:
La primera en la frente.
Los vídeos de esta
semana:
El Rey emérito dice que
volverá con frecuencia a España, pero continuará residiendo en Abu Dabi.
Fecha de regreso del
emérito, el pacto que Feijóo ofrecerá a Sánchez y guerra híbrida de Rusia
PODCAST | ¿Y ahora qué
hacemos con Juan Carlos I?
El antiguo magnate ruso
del petróleo y crítico del Kremlin, Mikhail Khodorkovsky conversó con Nina dos
Santos de CNN. Durante la entrevista Khodorkovsky dijo que el presidente
Vladimir Putin es "el enemigo de la humanidad".
Roman Abramovich buscaría
la paz entre Ucrania y Rusia | Telemundo Deportes
13 días de GUERRA en
UCRANIA | Las BOMBAS sobre un HOSPITAL en Mariupol | EL PAÍS
Zelenski llama la
atención de Europa ante el "genocidio" de Rusia en Mariupol
Zelenski: "Encontraremos
a todos los cabrones que han disparado contra nuestra gente"
Maduro – Polònia
Polònia - Polònia - Ningú
parla del rei
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