David Torres advierte en
su artículo en “Público” que, en concreto, el hermano de Ayuso es un poco como
esas partículas subatómicas invisibles al microscopio o esos planetas
misteriosos que nadie ha visto pero cuya trayectoria se adivina por la órbita
de contratos y comisiones que va arrastrando a su paso. “En enero, tras una
exhaustiva investigación, lo localizaron desde el laboratorio de Pablo Casado
gracias al rastro de 283.000 euros distribuidos en cuatro facturas de una
comisión por un contrato adjudicado a dedo, el método habitual en la casa.
Casado y García Egea se las prometían muy felices porque creían que con ese
descubrimiento cósmico habían hecho saltar por los aires el gobierno autonómico
de Isabel Díaz Ayuso, pero no hicieron bien los cálculos y quienes saltaron por
los aires fueron Casado y García Egea. Dicen que la semana pasada el hermano de
Ayuso finalmente concedió una entrevista telefónica a El País, pero sus
respuestas fueron tan evasivas que era difícil concluir si al otro lado del
teléfono había un contestador automático, una güija o una máquina de tabaco.
Para empezar, explicó que el tipo que aparece en una foto junto a la presidenta
–los dos en pose deportiva delante de una camiseta del Atleti– en realidad no
es él sino un primo suyo al que los paparazzi han tomado entre ojo y ojo. Por
lo visto, el hermano de Ayuso resulta más difícil aún de fotografiar que de
entrevistar y ahora asegura que ni es del Atleti ni va en pantalones cortos a
ningún sitio”.
El Español advierte que
la foto publicada no corresponde a su hermano Tomás, sino su primo Mario Ayuso
Lahoz. “Mientras unas publicaciones lo presentan como administrador de Simédica
S.L. y Gala Médica S. L., así como representante de ventas de una empresa
especializada en instalación de LEDs, otras especifican que Gala Médica S. L.
es una chatarrería ubicada en Dos Hermanas. El nombre de la localidad quizá sea
simbólico, vete a saber. Ambas versiones no sólo son compatibles, sino que
probablemente son ciertas. ‘Los Ayuso siempre somos unos gitanos’ comentó el
hermano de Ayuso al respecto. ‘Tenemos siempre que estar jodiéndola y vendiendo
guarrerías. Nunca lo hacemos bien’. El tono, probablemente, era irónico, pero
también auténtico cien por cien. Sin embargo, eso de compararse con unos
gitanos que andan jodiendo, vendiendo guarrerías y haciendo todo mal suena
bastante feo además de racista. Espera que la comunidad gitana no le meta una
querella, sobre todo por llamarlos Ayuso”.
“Como es natural –concluye
Torres–, ambos hermanos se quejan de la envidia y las bajas pasiones que
despierta su vínculo carnal: Isabel, porque la importancia de su puesto está
perjudicando el trabajo de Tomás; Tomás, porque el eco de sus contratos está
afectando el aura de honradez de Isabel. Desde Alfonso Guerra en adelante,
pasando por María Dolores de Cospedal, Rodrigo Rato o Leopoldo Calvo Sotelo,
son legión los casos de familiares de políticos beneficiados por una simple
carambola genética o conyugal. La cultura del esfuerzo, tan alabada por Ayuso y
sus ilustres predecesoras en el cargo, jamás se habrá demostrado con tanta
vehemencia como mediante el esfuerzo de nacer en la familia correcta. Hay gente
que lleva esforzándose desde que corría junto a otros miles de espermatozoides
mucho menos espabilados. Su comisión, gracias”.
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