El pasado sábado el juez
José Castro concedió al programa laSexta Noche una entrevista presentada por
José Yélamo, en la que habló de sus confesiones en su libro “Barrotes
retorcidos”, de Ediciones El Plural. Y reconoció que durante la investigación
del caso Nóos hubo “una vinculación” con el rey Juan Carlos I. Durante las pesquisas de este caso, José
Castro entendió que “Iñaki Undargarín no pudo bajo ningún concepto defraudar
dinero público sin la ayuda indispensable de su suegro y de su esposa”. Sin
embargo, no pudo “llevar a cabo esas hipótesis de trabajo que ya estaba
afianzada con datos al papel para iniciar una línea de investigación”, porque,
“investigar a quien está por encima de la ley es hacer el ridículo y no sirve
absolutamente para nada”. No obstante, admitió y reiteró que “había datos”. El juez
Castro respondió que no pudo seguir porque “en el artículo 56.3 de la Constitución
se le ha dado una interpretación diferente por parte del Tribunal
Constitucional y Tribunal Supremo”. Al finalizar su intervención, el magistrado
se mostró contundente y crítico: “La justicia se administra en su nombre y es
una paradoja. No tiene encaje lógico ninguno”.
El juez José Castro dijo
en el mismo programa que “la reunión del señor Urdangarín con el señor Matas se
hizo en el palacio de Marivent. Si alguien quiere actuar de espaldas al monarca
no hace la reunión allí”, defendió Castro, quien habló abiertamente de las
líneas que indicaban la importancia del emérito en este caso. “Hay correos
donde se acredita que el rey intercedía, que llamaba por teléfono para decir
'trata bien a mi yerno’”, confesó. Sin embargo, no pudo llevar esa “hipótesis
de trabajo” sobre el papel, una línea “afianzada con determinados datos”.
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