David Bollero escribe en
Público un artículo así titulado en el que habla de la aparición del
vicepresidente de la Junta de Castilla y León, el ultraderechista Juan García
Gallardo (Vox), en el programa de TVE Masterchef Celebrity. “La polémica –dice
Bollero– está servida: las acusaciones de blanquear el fascismo con dinero
público inundaron las redes sociales y saltaron al plano político, con duras
críticas por parte del secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis
Tudanca o el que fuera vicepresidente de la Comunidad en la anterior
legislatura, Francisco Igea. Decididamente, estamos empachados de Vox”.
Bollero advierte que “quizás
es preciso matizar que, en ocasiones, nos zampamos una ración de extrema
derecha y es nuestro propio organismo el que se encarga de rumiarlo, de
deleitarse con un reflujo gástrico forzado… Mi colega Miquel Ramos aporta un
amplio abanico de motivos por los que es una mala idea publicitar a García
Gallardo. Sin embargo, si echamos la mirada atrás, Masterchef acostumbra a dar
pábulo a políticos y adinerados empresarios en sus programas, del mismo modo que
otros muchos medios, públicos y privados, dan altavoz a voces de cuestionable
interés... pero la audiencia y la polémica generada que la amplifica parecen
justificarlo.
“En la edición anterior,
cuando se grabó el programa también en Segovia, fue el turno para el popular
Jorge Llorente, viceconsejero de Desarrollo de la Junta de Castilla y León.
Asimismo, cuando la prueba de exteriores se rodó las Fallas de Valencia, allí
estaba el socialista Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, que no
perdió la oportunidad de salir en horario de máxima audiencia en la televisión
pública. Lo queramos o no, el pueblo castellanoleonés ha elegido a García
Gallardo como su vicepresidente. Mientras Vox sea legal, así es la democracia.
Nadie lo lamenta más que esa región, que este verano ha visto buena parte de su
riqueza calcinada por las llamas, en gran parte, por la ineptitud de quienes
han elegido que les gobiernen. Es muy posible que cuando vuelvan a las urnas
olviden selectivamente los miles de hectáreas reducidas a cenizas, pero
mientras se quejaban por ello, la ciudadanía castellanoleonesa que no votó a
los ultras, al menos, tenía a su favor que no apoyó a quienes claramente han
empeorado la situación.
“Así pues, que aparezca
García Gallardo en Masterchef conociendo la trayectoria del programa no parece
tan grave como que la televisión pública hiciera previamente un seguimiento a
cómo una abogada del Estado –Macarena Olona– recorre el Camino de Santiago con
un séquito que poco menos que la llevan a la sillita de la reina. Imagino que
todo suma y de ahí el empacho, tan habitual que ya ni siquiera vomitamos, más
bien regurgitamos la ponzoña fascista.
“Vox se desinfla y no hay
apariciones en Masterchef que remedien eso. No es que resulte un alivio
absoluto, pues que los de Santiago Abascal hayan tocado techo no implica que su
peligroso ideario se esfume, más bien vuelve al hogar del PP. Al menos ahí queda más diluido. Por ello, especialmente la clase política autonómica –pero
también el conjunto de la ciudadanía– debería conseguir hacer notar su
oposición más por sus críticas políticas que por el afán de autopromoción de
los ultras. Entrar en ese juego, prolonga la indigestión y, con ello, retrasa
el momento de acudir al trono y tirar de la cadena de una vez por todas”.
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