Los jugadores de EEUU,
Bélgica, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Suiza, Inglaterra o Gales llevan
días debatiendo entre ellos sobre cómo debían salir al terreno de juego esta
semana en Qatar. Algunos capitanes ya han deslizado que saldrán con un brazalete
arcoíris como señal de condena a la violación de los derechos LGTBI en el país
anfitrión del Mundial. Pero, en el último momento, empujados por la FIFA, convertida
en la policía política qatarí, advirtiendo de sanciones y consecuencias
deportivas, renunciaron a hacerlo.
Pero no pocos jugadores
se han mantenido firmes en sus manifestaciones. La población alemana, desde los
inicios, ha sido la más reacia a seguir este Mundial de Qatar y una última encuesta lo ha demostrado. El 70%
de los alemanes aseguran que no verán el evento mundialista por toda la
polémica que rodea a la competición y por el poco interés que levanta la actual
selección. El sondeo, elaborado por la agencia de sondeos en línea Civey,
indica que hay dos razones para que la mayoría de los consultados no tengan
intención de seguir por televisión la transmisión de los encuentros del
campeonato, que comenzó el pasado lunes y se disputará hasta el 18 de
diciembre. La primera es el país en el que se disputa: “La situación en
relación con los derechos humanos es difícil, especialmente por la explotación
de trabajadoras y trabajadores inmigrantes en el emirato”, lo que suscita las
críticas de los consultados, según “Spiegel”.
Para el 57 % de los consultados
esa es la razón principal para no ver los partidos. En segundo lugar, está el
poco entusiasmo que suscita la selección alemana, puesto que el 55 % indicó que
no tiene interés alguno en el equipo. La razón más mencionada es la “comercialización”
del equipo, criticada por el 72 % de los consultados.
Al Marri acudió ante la
subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo para participar en un
debate sobre las condiciones laborales de los trabajadores migrantes en el país
en la década previa al torneo, después de que una investigación de The Guardian
cifrara en 6.500 los fallecidos en esas tareas desde 2010. El ministro catarí
considera “un deber ético” compensar a las víctimas migrante y a los
trabajadores que han sufridoqabusos en los últimos años. Asegura que su país ya
tiene mecanismos para ello y afirmó que, desde 2018, se han desembolsado 350
millones de dólares de compensación.
“No queremos disfrutar
una Copa así”, comenta Bernd Beyer, miembro de la iniciativa Boycott Qatar, a
The Associated Press. “Los aficionados no se identifican con esto y están
diciendo que no quieren tener nada que ver”. La falta de entusiasmo ha tenido
también un impacto comercial. Los establecimientos minoristas han capitalizado
el revuelo de los mundiales previos mediante ofertas relacionadas con la
selección alemana.
Pero la Asociación de
Minoristas Alemanes de Deportes, informa que la venta de artículos entre los
aficionados ha bajado en comparación con los mundiales previos. “Hasta ahora,
esto no ha llegado siquiera a la mitad de lo que usualmente se vende en las
tiendas durante los grandes eventos de este tipo”, indicó el presidente de la
Asociación, Stefan Herzog, en declaraciones al grupo periodístico RND.
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