Alberto Rodríguez, el
exdiputado que se vio obligado a abandonar su escaño, tras ser condenado por
atentado contra un agente de autoridad, y a quien Unidas Podemos aún le guarda
el sillón, ha anunciado su decisión “irrevocable” de encabezar la lista
autonómica de Proyecto Drago. Rodríguez ha manifestado que tiene la intención y
la voluntad inequívoca de aglutinar bajo dichas siglas a otras formaciones de
izquierda y colectivos sociales con el objetivo de hilvanar una candidatura de
unidad. Desde hace semanas, las conversaciones están abiertas, canalizadas en
una mesa negociadora entre Podemos e Izquierda Unida. Rodríguez sería el mejor
candidato de IU, aunque existen reticencias en Podemos. Al dejar su escaño, el
canario lamentó que no percibió todo el apoyo que debiera de su propio partido,
Unidas Podemos. De hecho, acusó a los suyos de haberle atacado y de haber
perdido un representante en el Congreso.
El exdiputado en el
Congreso acusó a principios de este año a Unidas Podemos de “atacarle” y “culparle”
de que su escaño vacante en el Congreso siguiese vacío después de tres meses
sin relevo, algo que calificaba de “gravísimo”. Y atribuyó al espacio
confederal “presiones” a él y a su entorno para que su plaza en la Cámara Baja
tenga un sustituto pronto, en vez de enfrentarse a la presidenta del Congreso,
Meritxell Batet, y al PSOE ante la decisión de retirarle el escaño tras la
sentencia “injusta” del Tribunal Supremo, que le condenó a 45 días de prisión
por delito de atentado a autoridad. Es más, enfatizó que se le retiró el escaño
por parte de Batet sin que, a su criterio, esa resolución indicara la pérdida
de su condición de diputado, y que, tras consumarse su marcha del Congreso,
decidió dejar la formación, algo de lo que se alegra «cada vez por más
razones».
Durante más de un año,
Rodríguez se ha reunido con asociaciones y colectivos de todo el archipiélago,
pulsando las sensaciones de la ciudadanía en relación con los principales
problemas que tiene planteados y la posibilidad de afrontarlos desde el plano
social y desde las instituciones. Y definió el Proyecto Drago como “una
herramienta sociopolítica de obediencia canaria, transformadora, valiente,
soberana, sin ataduras, de progreso, confederal; un instrumento con el
compromiso de impulsar una verdadera política canaria nueva”.
Tanto Proyecto Drago como
él se pondrán a disposición de lo que decidan los canarios el próximo mes de
mayo. Asegura que “lo haremos sin rencor y con la nobleza de la que siempre
hizo gala la sociedad canaria”. Y ha advertido que se presenta “sin complejos”
a las próximas elecciones al Parlamento de Canarias y que acepta el “envite”
que muchísimas personas le lanzaron (tanto dentro como fuera de nuestro
espacio), que no es otro que el de encabezar la lista autonómica como candidato
al Gobierno de Canarias. “No me taparé tras una lista insular que me dé
seguridad; nuestro proyecto quiere ser una fuerza de Canarias y su candidato lo
será también en todas y cada una de las Islas”, señala Rodríguez. Y anuncia que
la intención de Proyecto Drago es “la de abrirse a la confluencia con todos
aquellos espacios políticos y sociales de Canarias cuyos objetivos puedan ser
conciliados en una propuesta electoral que se decida en las islas y que no
tengan miedo a cambiar el modelo de desarrollo” de Canarias.
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