La alcaldesa de la
capital catalana anunció el pasado día 8 al primer ministro de Israel, Benjamin
Netanyanhu, que Barcelona suspendía sus relaciones institucionales con Israel y
rompía su hermanamiento con Tel-Aviv. Ada Cola dijo que “hay que hacer un gesto
contundente para invitar a trabajar por la paz. En este sentido hacemos esta
suspensión de relaciones con el Estado de Israel, que confiamos que sea
temporal”. La primera edil de Barcelona recordó el número y la gravedad de las
violaciones de Derechos Humanos documentadas por los organismos internacionales
en territorios palestinos e Israel e Israel tildó de “lamentable” la decisión de
Colau “en contra de la opinión de la mayoría de los ciudadanos de Barcelona”.
La iniciativa, que fue
calificada por el PSC de “gravísimo error”, era una crítica contra las
actuaciones de Israel en el conflicto con Palestina, y abogaba por la ruptura
de relaciones con Israel, e implicando la ruptura del hermanamiento trilateral
de 1998 firmado por Barcelona. La situación del conflicto palestino-israelí,
sin embargo, motivó a desdeñar el acuerdo. Y la Federación
de Comunidades Judías de España (FCJE) consideró la ruptura “incongruente”,
ya que separa a dos ciudades “cosmopolitas” y “abiertas al mundo”. Según la comunidad
judía, la decisión del Ayuntamiento se tomó sin pensar en la población
barcelonesa. Y María Royo, portavoz de FCJE (Federación de Comunidades Judías
de España), lamenta esta iniciativa de ruptura, ya que Barcelona es un enclave
crucial para el turismo israelí: la
capital catalana recibió, solo de Tel Aviv, 431.000 visitantes el año previo a
la pandemia.
Cuatro Premios Nobel y un
total de 50 personalitades internacionales defienden que Barcelona suspenda
relaciones con Israel. Por su parte, la alcaldesa defiende su gestión ante el
propio Financial Times, y apunta a que ha logrado la doma del “capitalismo
desbocado” que dejó su predecesor, Xavier Trias. “Ya no estamos en una ciudad
que sólo apuesta por la especulación inmobiliaria, llena de coches y
contaminación, con un turismo fuera de control”, sotiene Colau, defendiendo
logros como poner freno a la expansión de los apartamentos turísticos de Airbnb
o priorizar la vivienda pública. Medidas que, sin embargo, no le granjearon el
apoyo de los votantes, ya que ocupa, en las últimas encuestas de la carrera por
la alcaldía, el segundo o tercer puesto.
Cabe, finalmente, evocar la
reacción de personajes como la aristócrata Carmen Lomana quien carga duramente
contra la alcaldesa de Barcelona. “Colau, de repente, rompe relaciones con el
Estado de Israel. Pero, ¿quién es esta para romper nada?”, criticó
duramente Lomana en el programa de Cristina López Schlichting de la Cadena
Cope. “Cataluña es uno de los mayores asentamientos de judíos en España
desde antes de la Edad Media, sobre todo en el norte”, añadió Lomana,
remarcando que, en La Garrocha, comarca española, situada en la provincia de
Gerona, existe un pueblo, Besalú, que “hay que ir a verlo” porque “es una
maravilla”. “En Besalú tienen los baños medievales, una sinagoga fantástica, un
cementerio. Es un sitio de peregrinaje del pueblo judío”, subraya. “Y ahora
hace eso”, lamenta la aristócrata, en alusión a la decisión de Colau. “La
mayoría de los apellidos de la burguesía catalana son de origen judío”,
apostilló.
Igualmente, cabe recordar las reacciones de Ayuso en su última etapa en solitario al frente del gobierno de la Comunidad de Madrid. La presidenta madrileña se esforzó en proyectar su agenda internacional con viajes al extranjero y, como reacción a Colau, viajó esta semana al país israelí, apretando lazos y abrazando su política. Por cierto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometió, hace unos años, reconocer al Estado de Palestina, pero todavía no ha dado ese paso. Por su parte, el alcalde de Madrid tachó de “antisemita” la iniciativa de ruptura de Barcelona con Israel y Tel Aviv, y criticó a la izquierda que apoya la causa palestina.
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