Tiene 85 años e insiste
en llevar la mano de su esposa donde quiera que vayan. Cuando le preguntaron
por qué su esposa seguía mirando hacia otro lado, él respondió: “Porque tiene
Alzheime”. Ellos porfiaron: “Se preocupará tu esposa si la dejas ir?” Entonces respondió:
“Ella no recuerda nada, ya no sabe quién soy. No me ha reconocido durante años”.
Sorprendidos, insistieron: “Sin embargo, tú has continuado guiándola cada día,
aunque ella no te reconozca”
El anciano sonrió. Nos
miró a los ojos y dijo: “Puede que ella no sepa quién soy, pero yo sí sé quién
es ella, el amor de mi vida”....
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