Irene Montero es, según Aníbal
Malvar en un artículo en Público, la izquierda de bambú, a la que el viento
dobla como si fuera débil pero nunca consigue quebrar. Una especie no protegida
en España. Ni en el mundo. No solo pasa en este delicioso país. Toda la
izquierda mundial parece tenerse más miedo a sí misma que a la derecha.
“Irene Montero se mantuvo
fiel a su ley sin que le importaran los votos ni las consecuencias. Hubiera sido
muy cómodo para ella hablarlo con Belarra y dar un paso atrás. Incluso, cuando
estaban a un paso del precipicio, ese paso atrás no lo dieron. Y yo creo que
las consecuencias electorales de aquella trifulca las intuían. La ley del sólo
sí es sí podía hundirles electoralmente, como ha ocurrido. Pero pactar con el
PSOE tiritas para las violadas hubiera hundido la ética de Podemos en el más
profundo y cenagoso saco de mierda. Lo prometido hay que cumplirlo, e Irene
Montero cumplió hasta el final.
“Yo, aparte de no ser
legislador, soy un muchacho algo bruto e iletrado, así que no os puedo
profundizar sobre los aciertos y errores de la ley del sólo sí es sí. Pero
cuando envuelvo el pescado con la prensa internacional a veces me encuentro con
artículos que me dicen que la comisaria europea de Igualdad cree que la ley de
Irene Montero se debería aplicar en toda Europa, o que juristas muy
prestigiosos rebaten las formas en que algunos jueces estaban aplicando la
norma para joder al gobierno”.
Así lo cree Aníbal Malvar
en ese artículo en ese momento en que está por ver si Irene Montero puede ser o
no parte importante de la candidatura de Sumar. “Yo creo que la van a vetar, y
con razón. Sumar es un frente de izquierdas que nace con el temor de sentirse
de izquierdas, e Irene Montero no sabe asumir ese papel. Como no lo supo asumir
Pablo Iglesias. Desde un idealismo parvulito, que es el que practico yo,
siempre pensé que las estrategias eran lacayas de las ideas. Pero ya estoy
viendo que no. Para ganar, hay que tener más estrategia y menos ideas. Qué
pena. Podemos era calle e idea. Sumar es despacho, sonrisa y estrategia, que
tampoco está nada mal. Y más en esta izquierda de país que, ya se ha dicho,
tiene más miedo a ser de izquierdas que a combatir al fascismo con ideas firmes
y no con pactos líquidos. Dicen que Irene Montero, tras las autonómicas y
municipales, tendrá que apartarse porque así lo marcan las reglas de urbanidad
de la izquierda cuquiguai. Es demasiado radical, o sea. Como en España ya no
hay movimiento obrero ni puta base, habrá que conformarse con esta nueva
izquierda sin irenes monteros. La izquierda volverá a los platós de Ferreras y
a la hipocresía. No me parece mal. Quizás es necesario. Pero yo a Irene Montero
le dedico un Bella Ciao”.
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