La crispación ha sido la
gran protagonista del debate televisivo de ayer, en el que Sánchez y Feijóo chocaron
constantemente en todos los bloques. A lo largo de cien minutos, Sánchez y
Feijóo chocaron en economía, política social e igualdad, pactos y
gobernabilidad, y políticas de Estado. Únicamente
se pusieron de acuerdo en dos cosas: interrumpir a su adversario e ignorar la
presencia y las advertencias de los moderadores. Las continuas interrupciones
de ambos contendientes hicieron imposible entender los mensajes lanzados, así
como declarar a uno claro vencedor del otro. Un debate que acabó en combate,
según Esther Palomera. “Sánchez y Feijóo se enzarzan con Vox y Bildu en un
tenso cara a cara falto de ideas y salpicado de reproches, en el que el
aspirante salió a la ofensiva y el presidente tuvo serias dificultades para
imponerse en un formato sin apenas moderación…Feijóo acudió con intención de
destrozarlo, dicen en el PSOE, ‘ante la imposibilidad de ganarlo’, que no se
trata de ganar o perder, sino de embarrar el campo. Y lo logró.”
Pedro Sánchez perdió, según
Juanlu Sánchez, la iniciativa en el mismo arranque del debate y a partir de ahí
estuvo a la defensiva. “Algo que, claro, en realidad es lo lógico: el candidato
de la oposición juega al desgaste y el candidato que es presidente se defiende.
Pero Sánchez venía de encadenar varias entrevistas hostiles con éxito y Feijóo
llegaba inseguro por sus continuos lapsus y enredado en las negociaciones con
Vox. Esperábamos otra cosa.
“Feijóo estuvo sólido,
sí, aunque se hartó de dar datos falsos. Y esa es la clave: el debate a ratos
parecía una cascada de argumentos de Feijóo, casi todos con alguna mentira, trampa
a la que Pedro Sánchez no podía evitar reaccionar indignado con pequeñas pullas
sin recorrido. Un caos. Con el paso de los minutos, el candidato socialista
pudo mostrarse más contundente al hablar de los líderes de Vox machistas y
xenófobos aupados por gobiernos del PP, al reivindicar su honestidad y limpieza
o al afearle al presidente del PP el lema “que te vote Txapote” por frivolizar con
un asesino de ETA. Por su parte, Feijóo en todo momento intentó no decir nada
que pudiera molestar a Vox, tampoco sobre violencia machista, y se empeñó en
ofrecer un pacto para que gobierne la lista más votada, algo a lo que Sánchez
también tardó mucho en responder con contundencia.
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