El rey Felipe VI en su discurso de Nochebuena.
El discurso real de este
año recibió el apoyo expreso del PP y Vox. Alberto Núñez Feijóo apuntó que “el
Rey Felipe VI ha defendido la vigencia de la Constitución como único garante de
la convivencia y de un futuro con certidumbre para todos. Fuera del respeto a
la Constitución y a las instituciones no hay ley sino arbitrariedad”. Isabel
Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, manifestó que “fuera de la
Constitución “no hay una España en paz y libertad”, añadiendo que “fuera del
respeto a la Carta Magna no hay democracia ni convivencia posibles”. Y el
partido de Santiago Abascal, reprodujo una frase literal del monarca en la que
dijo que “España seguirá adelante”.
El Rey reivindicó la
Constitución, la unidad de España y la Corona frente a la supuesta amenaza del
Gobierno. El resto de partidos lamentó que el jefe del Estado haya evitado cuestiones
de calado internacional, como la guerra de Israel contra Palestina y la
invasión rusa de Ucrania. Pasó, además, por alto temas clave que han marcado la
política nacional en los últimos meses, como la ley de amnistía y el aumento de
la violencia ultra en las protestas contra el PSOE por la norma. Aunque no es
la primera vez que Felipe VI obvia mencionar cuestiones de calado: el último
año tampoco se refirió, por ejemplo, a la masacre de la valla de Melilla, a la
crisis climática, o a la violencia machista. Felipe VI se aferró al
inmovilismo, a la Constitución y al régimen del 78 en medio de una fractura
institucional inédita.
El discurso navideño de
Felipe VI concitó las primeras reacciones de algunos partidos y dirigentes
políticos. Tanto Sumar, Podemos, ERC como el BNG criticaron el relato del jefe
del Estado, que se ha limitado a reivindicar el régimen del 78 en medio de un
contexto de fractura institucional inédita. Desde Sumar, el partido encabezado
por Yolanda Díaz, lo calificaron de “decepcionante”. Ione Belarra, secretaria general
de Podemos, reprocha la completa ausencia del genocidio en Palestina: “Cada vez
más convencida de que la monarquía se ha quedado definitivamente atrás y de que
Felipe VI va a ser el último”, afirma la líder de los morados. En la misma
línea reaccionaron las formaciones nacionalistas ERC, Junts y BNG. Gabriel
Rufián, portavoz de los republicanos en el Congreso, publicó una foto del
monarca de niño saludando a Franco con el siguiente mensaje: “Lo que había
cuando no había Constitución”.
El secretario general de
Junts, Jordi Turull, calificó el discurso de absolutamente irrelevante y
contradictorio y criticó al rey por sembrar “la semilla de la discordia” en su
discurso posterior al 1 de octubre. “Sólo actúa cuando está en riesgo aquello
del 'Atado y bien atado”, dijo el dirigente independentista. Marta Garsaball, vicepresidenta
de Òmnium Cultural, subrayó que el relato de Felipe VI está “muy alejado de los
consensos mayoritarios de la sociedad catalana”, puesto que “niega los derechos
de forma sistemática” a los catalanes. Mientras que Néstor Rego, diputado del
BNG, ve en el discurso de “Felipe de Borbón” una “toma de posición con los
sectores más reaccionarios e inmovilistas del Estado”. Y lamenta que “no intente
siquiera empatizar con los problemas de la mayor parte de la sociedad”.
“Sonó antiguo, añejo,
inmovilista —comenta Juan Tortosa en Púbico—. Demasiadas ambigüedades,
demasiados lugares comunes, demasiadas obviedades, ni una mención al momento
que vive el mundo, a los conflictos en Oriente Medio o Ucrania, ninguna alusión
al calentamiento global, ningún guiño a la sensibilidad media, ninguna búsqueda
de complicidad: hieratismo, palabras huecas, ambivalencias”...
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