En 1986, Guinness coronó
a un nuevo campeón en la categoría de limusina más larga del mundo, otorgando
el título a un Caddilac de más de 100 pies de largo llamado The American
Dream. El vehículo era el colmo del lujo,
con una cama de agua, un jacuzzi, televisores y dos motores. Pero, como vemos
en la imagen inferior, ser el más grande, el más malo, el más largo o el mejor
no siempre es lo más importante, sobre todo, si se trata de una limusina.
No había forma de lidiar
con el mantenimiento monumental de este vehículo gigante, por lo que The American Dream
se pudrió. Sin embargo, por fortuna, alguien lo compró y será renovado para
exhibirlo en un museo de automóviles.
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