La extrema derecha ha
ganado la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia. La
Agrupación Nacional, partido de Marine Le Pen, consiguió el 33,5% de los votos.
El triunfo de la ultraderecha provocó que el presidente Emmanuel Macron y
numerosos líderes de la izquierda y del centro hicieran llamamientos a la
unidad para evitar que el partido de Le Pen consiga la mayoría absoluta en la
segunda vuelta. Pero el Nuevo Frente Popular superó la coalición de centro del
partido de Emmanuel Macron (Juntos por la República) quien se quedó en tercer
lugar. Y anunció que la izquierda retirará las candidaturas que quedaron en el
tercer puesto.
Miles de personas se
concentraron en la Plaza de la República, epicentro de las protestas de la
izquierda. Entre banderas y pancartas que llamaban a derrotar a Le Pen y Jordan
Bardella en las urnas, una multitud acudió a una convocatoria conjunta del
Nuevo Frente Popular, la coalición progresista lanzada por ecologistas, la
Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, el Partido Socialista y el Partido
Comunista. Con el grito “aquí estamos
los antifascistas”, unas 5.500 personas se concentraron en la plaza. Al
escenario de la plaza se congregaron varios representantes del Nuevo Frente
Popular, “Hoy es el fin del macronismo. Los resultados son estos” añadió Manuel
Bompard, de Francia Insumisa. “No hay salida, aquí estamos: son ellos o
nosotros, no hay nada en medio”, clamó el fundador de los insumisos. “Y no
estamos aquí sólo para estorbar, para estar codo con codo con nadie o para
estar en contra de nada. Estamos porque queremos cambiarlo todo”.
Jean-Luc Mélenchon, el
fundador de Francia Insumisa, anunció la retirada de los candidatos que quedaron
terceros en las circunscripciones en las que la extrema derecha se puso en
cabeza. “Ni un voto más, ni un escaño más para AN. Nuestras instrucciones son
claras”, dijo Mélenchon, señalando que el país “debe elegir”. “¿Agravará lo
peor de sus divisiones, las de las desigualdades sociales y las diferencias
religiosas, o se unirá para formar un solo pueblo, consagrado a la ayuda mutua
y al bien común sin condiciones previas?”, preguntó en un discurso en el que
celebró la “dura e indiscutible derrota” infligida al bando de Macron.
Por su parte, desde el
patio del Hôtel de Matignon, residencia del primer ministro, Gabriel Attal (que
pertenece al partido de Macron) advirtió que “la extrema derecha está a las
puertas del poder”. Attal afirmo que el objetivo de ahora en adelante es
“impedir que AN consiga una mayoría absoluta en la segunda vuelta, que dominen
la Asamblea Nacional y que gobiernen el país con el proyecto funesto que es el
suyo. Ni un voto debe ir a AN en estas circunstancias. Francia merece que no
dudemos”.
“¿Y ahora qué? -se
pregunta en ‘Al día’ Juanlu Sánchez-. Esto no son elecciones
presidenciales, no es que ahora se enfrenten dos candidatos a presidente a ver
quién gana. Lo que va a pasar, simplificando, es que el 7 de julio se repiten
estas mismas elecciones, pero solo se pueden presentar en cada circunscripción
los que hayan tenido más del 12,5% de los votos. Pero lo que pueden hacer los
candidatos de Macron es retirarse, aunque estén por encima del umbral y pedir
el voto para la confluencia de izquierdas, para sumar fuerzas contra Le Pen. La
pregunta para la segunda vuelta es: ¿Qué harán los votantes del partido de
Macron? Van de liberales y, de hecho, Macron ya ha hecho un guiño… Pero ¿y los
votantes? ¿Devolverán el apoyo? ¿O estamos ante el momento en el que ese
partido que se define como liberal, como pasó con Ciudadanos en España, acabe
siendo una máquina de fabricar votantes de derechas de marca blanca? Quedan
unos días para averiguarlo. París, de momento, se ha tirado a la calle”.
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