miércoles, 25 de noviembre de 2009

Nadie quiere la imagen desnuda de Carla Bruni.



La imagen de Carla Bruni-Zarkozy, la actual esposa del presidente francés, sufrió un fracaso estrepitoso al ser expuesta en París el pasado viernes en una subasta. Por muy alto que llegara en su relación con Nicolas Sarkozy, su fotografía no logró tentar a nadie. Un coleccionista alemán que había adquirido su desnudo en 1993 ofreció la instantánea en blanco y negro. La casa de subastas Piasa estimaba la obra del fotógrafo Michel Comte entre 6.000 y 9.000 euros, pero su precio de salida fue sólo de 4.000. En 90 segundos, alcanzó una puja de 5.800 euros. Pero, al ser inferior al precio de la reserva (el precio mínimo que reclamaba el vendedor), no se aceptó.

En abril de 2008, en Nueva York, por la fotografía de otro desnudo, se llegaron a pagar 91.000 dólares (unos 60.000 euros). Y, un mes más tarde, se subastó en Berlín otro desnudo, “Bruni en la cama”, realizado por la artista Pamela Hanson, alcanzando13.090 euros. Eran fotografías realizadas en 1994, cuando Bruni era modelo con nombre, con sólo 25 años y compartiendo su corazón con la leyenda del rock Mick Jagger Su carrera como cantante y artista subió rápidamente, pero, desde que se convirtió en Primera Dama francesa, la cotización de sus desnudos ha ido descendiendo.

“Soy una niña. A pesar de mis 40 años. A pesar de mis 30 amantes. Soy una niña”. Reza la letra de una de las canciones que lanzara en un álbum, en julio del 2008. Canciones que sí consiguieron atraer a sus cada vez más numerosos forofos. Su romance con el líder de los Rolling Stones la convirtió en una de las mujeres más famosas del mundo de la moda, sobre todo cuando a él le costó la ruptura de su matrimonio con la modelo y actriz Jerry Hall. Entre sus sonadas conquistas están sexagenarios como el magnate Donald Trump, el actor estadounidense Kevin Costner, así como los músicos Eric Clapton y Bob Dylan. “Si no hubiese aprendido de ellos sería una tonta”, decía Bruni, al ser consultada sobre estas relaciones”. Hija de un compositor y de una pianista concertista, a finales de los noventa decidió lanzarse como cantante, consiguiendo vender dos millones de copias. Entró en el terreno de la política. Primero con el ex premier de Francia, el socialista Laurent Fabius; luego, con el presidente galo, el derechista Nicolás Sarkozy, con quien se casara.
Entre las frases pronunciadas por esta diva del amor, resalta algo que está incluido en su último y polémico disco: “Que se me maldiga o se me critique, a mí me da igual”. Ahora, su cuerpo desnudo ha debido enfrentarse con la humillación de ser rechazada en una pública subasta. Pero, como no hay mal que por bien no venga, la cantante y ex modelo, ha confirmado que ha aceptado la oferta del cineasta estadounidense Woody Allen para trabajar en su próxima película. ¿Tendrá la misma aceptación que sus desnudos?

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