martes, 14 de diciembre de 2010

Julian Assange, enemigo público número 1, según todos los Estados .

Manifestaciones pro Wikileaks en Madrid.

En Zaragoza.


En Sevilla.


Las imágenes de las concentraciones recogidas el sábado pasado por nuestra geografía demuestran cómo Julian Assange consiguió captar la atención del mundo entero. Desde Madrid, Zaragoza y Sevilla, todos pidieron la libertad del director de Wilikeaks, detenido en Inglaterra desde hace unos días, mientras políticos y diplomáticos de partidos y de estados diversos le persiguen sin cesar, los mismos que, en la viñeta de Bokbluster, le toman por el enemigo público número 1. Con lo que ha quedado patente la obsesión incómoda y casi enfermiza de los norteamericanos por defender a ultranza los intereses exclusivos, presionando al máximo a los gobiernos de los países de destino y “utilizando el palo y la zanahoria”. Así como el logro de Assange quien ha conseguido lo que ningún evento lograba en la historia de la humanidad: poner de acuerdo a todos los gobiernos del mundo.

Este es el manifiesto elaborado por los defensores de todas las libertades:
1. Reclamamos la puesta en libertad de Julian Assange en el territorio de Reino Unido.
2. Reclamamos el restablecimiento del dominio de Wikileaks (wikileaks.org) el cual apuntaba a la IP número: 213.251.145.96.
3. Que sea repuesta la cuenta en la entidad financiera PostFinance en Suiza, dado que a Assange le ampara una solicitud de asilo en dicho país y la presunción de inocencia que todo ciudadano posee.
4. Dado que nadie ha demostrado la culpabilidad de Assange por los delitos que se le achacan, ni la organización Wikileaks está imputada en ninguno de ellos, reclamamos le sea restituido el servicio en las redes de VISA y Mastercard para el movimiento de dinero que tengan a bien realizar libremente.
5. Expresamos nuestro deseo de que cesen las acciones orquestadas por parte de todos aquellos poderes gubernamentales que, mediante coacciones y ataques, están librando un conflicto contra dicha organización, temerosos del uso que ciudadanos anónimos hagan de su legítimo derecho a la libertad de expresión y al esclarecimiento y difusión de la verdad.
6. Consideramos que la transparencia es un bien fundamental a preservar en cualquier sociedad que se haga llamar a sí misma democrática y por ello estamos dispuestos a defender iniciativas que, como Wikileaks, suponen una ventana abierta a la libre información.
7. Reclamamos el inicio de un proceso judicial sobre aquellos responsables que, si se demostrase la veracidad de los hechos, cometieron crímenes o graves delitos revelados por filtraciones publicadas en Wikileaks. Con el fin de evitar la corrupción y que sigan ejerciendo el poder en detrimento de nuestras libertades.
8. Y reclamamos la petición de repulsa por parte de todos nuestros dirigentes por los actos de terrorismo de Estado que Wikileaks ha descubierto.

Sólo alguna personalidad, como Lula da Silva, se atrevió a salirse de la senda marcada por Estados Unidos y, en vez de culpar a quien había divulgado estos documentos, manifestó su protesta contra este atentado a la libertad de expresión. “Estoy espantado –dijo el ex presidente del Brasil– ante la falta de manifestaciones en defensa de Julian Assange".

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