viernes, 24 de diciembre de 2010

Los bomberos madrileños parodian al alcalde.


Bomberos municipales protestan ante el Ayuntamiento de Madrid.

Cabalgata de bomberos.

El pasado lunes, medio millar de bomberos, embutidos en sus trajes de faena, se manifestaron entre la madrileña Puerta del Sol y la Cibeles, Los apagafuegos, que repartían globos y entregaban a los viandantes billetes de 50 euros con la efigie del alcalde Gallardón, parecían dispuestos a incendiar cuanto encontraran a su paso. En el reverso de los billetes, constaba la explicación a todo: “Madrid está en peligro, bomberos bajo mínimos. Gallardón: los bomberos no tienen que pagar las consecuencias de tu derroche y ambición. Queremos más bomberos, vehículos y medios materiales; mejor formación; menos jefes; tener agua caliente en los parques, y no convivir con ratas y cucarachas”.

Los funcionarios municipales parodiaban las obras faraónicas del alcalde, realizadas durante sus dos mandatos, y la proporcional disminución de efectivos y materiales que sufrían. Era el enésimo acto reivindicativo del cuerpo, encabezado esta vez por un sosias de Gallardón, transmutado en faraón entronizado, con sus esclavos y su séquito. Críticos con la subida de impuestos y con sus condiciones de trabajo, los bomberos se quejaban del olvido de su alcalde que había prometido para este año un aumento de su número. Renegaban de las horas extras y pedían que se ampliara el número de funcionarios para poder atender sus obligaciones. Y, más que dinero, que no pedían, exigían una mejora de sus condiciones. “Nos gustaría que el alcalde tomara cartas en el asunto – se lamentaba Juan Gonzáles, de UGT– y que no esperara a las elecciones ni que Madrid sufra algún percance”.

Al final, los bomberos leyeron un manifiesto que era una reproducción de un cuplé dedicado al alcalde, inspirado en el aria para soprano del tercer acto de la zarzuela “La corte de Faraón”, pero con una letra para la ocasión: “Ay ga, Ay ga / Ay Gallardón qué despilfarro / Ay ga, ay ga / Ay ganas dan de enviarte al paro”. Uniformados y con el casco reglamentario, los bomberos exigieron nuevas plazas –no se convocan desde 2007 y trabajan con vehículos y bombas de agua obsoletos, de entre 20 y 30 años. “Hace quince años que no se construye un nuevo parque –explicaba Ángel Lara, portavoz adjunto del grupo municipal de Izquierda Unida– y, sin embargo, ahí están los desarrollos urbanos, lo que provoca que la atención a un siniestro tarde más de lo debido. Esta gente está supliendo con su entrega y sacrificio las carencias del Ayuntamiento en materia de seguridad. Habría que preguntarle a Gallardón dónde están los 1.885 bomberos que prometió para el 2010”.

No es la primera vez que los bomberos protestan por sus condiciones laborales. “Estamos bajo mínimos –se han quejado en diversas ocasiones ante la sede del Ayuntamiento– Hay jubilaciones y las plazas no se cubren. Hay que aumentar el personal, renovar los equipos e instalaciones, etcétera. El 80% de los vehículos tienen más de 20 años de antigüedad. El 60% del material móvil, está obsoleto. El 57%de las escalas, en desuso. Apenas se ha invertido. Faltan 600 bomberos”. Insisten en la cita con pitos y bocinas, con pancartas, con una metrópoli apocalíptica, pasto de las llamas, por un convenio que no se firma. Y repiten hasta la saciedad el lema “Madrid en peligro, bomberos bajo mínimos”, que luce en sus camisetas, dispuestos a dar la nota en la campaña electoral en la que Gallardón tendrá que salir de su escondite. Cansados de esta situación y decididos a no hacer ni una hora extraordinaria más, han dejado la pelota en el tejado del Palacio de Telecomunicaciones, que alberga la sede de la alcaldía. Otros están convencidos de que el Partido Polpular se juega la reelección con Gallardón.

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