viernes, 23 de septiembre de 2011

Nadie sabe dónde caerá el satélite UARS sobre la Tierra


Se preve que UARS, el satélite artificial de investigación atmosférica caerá hoy sobre la Tierra. Los técnicos de la Nasa explican que fue puesto en órbita, en 1991, por el transbordador Discovery, a una altura de 600 metros sobre la superficie terrestre, y que dejó de operar hace 6 años, comenzando a perder altura, fuera de control. Mide 10,7 metros de largo por 4,5 metros de ancho, y tiene una masa aproximada de 5.600 kg, aunque, al entrar en la atmósfera, se irá desintegrando y quedará reducida a unos 500 kg, repartidos en varios trozos. La agencia espacial norteamericana habla de pedazos que, en conjunto, alcanzarán unos 532 kilos y que el fragmento de mayor tamaño bordeará los 150 kilos. Bastante menos de las seis toneladas, capaces de causar daños importantes al estrellarse a tan alta velocidad. Pero ¿dónde caerán y exactamente a qué hora? Nadie, ni siquiera los técnicos de la Nasa lo saben a ciencia cierta.

Para tranquilizarnos, nos dicen que el riesgo para la población es extremadamente bajo y, al entrar en nuestra atmósfera, el rozamiento hará arder y desintegrarse el satélite, a la manera de cómo sucedió con el transbordador Columbia a su regreso a la Tierra, en 2003. Con un tamaño de un autobús, el UARS caerá probablemente en la Tierra, de acuerdo a las últimas proyecciones de la NASA. Nos aseguran que no es extraño que los restos del cohete puedan caer de forma descontrolada. Pero añaden que sólo existe una probabilidad entre 3.200 de que impacten sobre una persona, aunque consideran que ese escenario es extremadamente remoto. En 1997, por primera, un trozo de un cohete espacial cayó sobre el hombro de una mujer de Oklahoma, Lottie Williams, hiriéndola. Es el único accidente de este tipo conocido. Y nos recuerdan que, entre 100 y 200 objetos de un tamaño mayor que una pelota de baloncesto caen cada año sobre la tierra.

Los expertos de la NASA predicen que 26 grandes fragmentos del satélite sobrevivirán a las elevadas temperaturas al contacto con la atmósfera. Nos recuerdan que el 75% de la Tierra está cubierta por océanos y que existe una alta probabilidad de que el satélite haga su ingreso sobre un área de mar o una porción de suelo remota, no habitada. Pero no son capaces de predecir en dónde caerá exactamente. Dicen, a lo sumo, que la zona de caída de los escombros del satélite podría ser en cualquier lugar entre las latitudes norte de Canadá y sur de América del Sur.

Según Don Kessler, asesor del Gobierno de EEUU en materia de basura espacial “puede ser el mayor satélite caído en la Tierra en 30 años”. Cuando impacte contra las capas más externas de la atmósfera terrestre, se frenará y gran parte de su fuselaje quedará reducido a cenizas en una llamarada espectacular. Los componentes hechos de titanio, berilio y acero no se derretirán con las temperaturas de miles de grados. Estos fragmentos suman media tonelada y el pedazo mayor pesará 150 kilos. Pero “sólo sabrán dónde caerán los pedazos minutos antes del impacto”.

Los países de la UE dependen de la NASA para ser avisados de una colisión en su territorio. En caso de que la NASA alerte de que el UARS caiga en España, será el INTA (Instituto Nacional de Tecnología de Aeroespacial) quien reciba el aviso y lo transmita a Protección Civil. Pero, hasta el momento, no se ha activado ningún dispositivo de asistencia. “Estamos a expensas de los datos de EEUU”, reconoce José Torres, jefe de programas espaciales del INTA. Torres, que es de Formentera, señala que ni España ni ningún otro país de la Unión pueden hacer un seguimiento equiparable al estadounidense. “La ESA y la Agencia Europea de Defensa están desarrollando una red de seguimiento, pero aún está lejos de estar operativa”, reconoce. Yo, por si acaso, pienso permanecer todo el día en casa, fuero el peligro de que me caiga algo encima. Aunque de nada serviría que me cobijara bajo techo, porque en donde caiga un resto del UARS, seguro que sólo quedarán restos de cenizas.

1 comentario:

  1. "Un minuto antes del fin del mundo, alguien dirá, -es técnicamente imposible-"
    Peter Ustinov.


    chiflos.

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