sábado, 23 de marzo de 2013

Corinna, “la tierna amiga del rey” que se coló en la vida del monarca.


La “princesa Corinna” y la “amiga del rey” son las dos formas más habituales utilizadas por los medios de difusión españoles, cuando se refieren a Corinna Sayn-Wittgensteir. Aunque otros, como La Voz de Galicia, la llaman “la imponente rubia” y “Vanity Fair” la identifica como “la conseguidora”. La prensa internacional matiza aún más la sonada amistad con el monarca. La prensa francesa se refiere a ella como “la gran amiga de Juan Carlos” o como “la tierna amiga del rey”. Descripciones similares a las empleadas por la prensa italiana, en donde se utilizan titulares como “La amiga afectuosa del Rey”. La Stampa la identifica como “esta rubia imponente”, “la princesa rubia que hace temblar a la monarquía española” o “la alemana que avergüenza a Juan Carlos”. La prensa alemana dice que es “algo más que una amiga para el monarca”. Pero, es en las entrevistas de Corinna, publicadas estos últimos días en la prensa, en donde ella se define a sí misma: “Estoy acostumbrada a moverme en un mundo de hombres, sin embargo, en ningún caso soy esa mujer fatal con la que se me ha querido identificar”. O, como ella mismo confiesa para El Mundo, “Soy mujer y además, rubia, lo cual complica aún más las cosas”. Así se conoce a esa mujer rubia con trato de princesa en la prensa que, desde hace unos años, aparece en algunos planos, colándose directamente detrás del rey.


Corinna, en un viaje oficial con el rey a Stuttgart. La amiga personal y acompañante de don Juan Carlos en algunos de sus viajes públicos y privados.

En ciertos medios, se hizo popular la idea de que, en España, había dos reinas: Sofía, la oficial; y Corina, la oficiosa, provocante y rubia princesa. La primera pista la daba el diario italiano La Stampa, en un artículo aparecido el 18 de abril del 2012, firmado por Gian Antonio Orighi. “En España hay dos reinas: la oficial, Sofía, de 73 años, casada, desde 1962, con el rey Juan Carlos; y la oficiosa, la provocante y rubia princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de 46, separada y amante, desde hace cuatro años, del soberano más tombeur de femmes de Europa”, rezaba la controvertida noticia. “Corinna Larson –proseguía el periodista–, nombre plebeyo de soltera, nació en Ditzingen, y se  volvió de sangre azul en el 2000, gracias a su segundo matrimonio con el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein. Vivió unos años en Madrid con sus dos hijas. Era la aristócrata que acompañaba al Rey en los viajes y hasta lo representaba en el extranjero”. La Casa Real desmintió que Corinna representara al rey. De acuerdo con el artículo, se conocieron en 2006, en un banquete en honor del monarca cuando visitó Ditzingen, un pueblo del sur de Alemania. Después, ella viajó a Mallorca y a Valencia, para las competiciones de la Copa del América de vela, donde coincidió nuevamente con el rey. La información era incluso citaba por el diario monárquico ABC, quien decía que su estrecha e íntima amistad con Corinna “había dejado de constituir un rumor para convertirse en certeza”. En Alemania, el Bild se preguntaba si la “compañera” del rey podría costarle el trono a don Juan Carlos. La información iba acompañada de una foto en la que aparecían ambos en Stuttgart. La princesa alemana había acompañado a Don Juan Carlos en un viaje oficial a Arabia Saudí en el mismo avión militar, un Airbus A-310, en el que voló la reinta Sofía, dos ministros del Gobierno –Moratinos y Montilla– y representantes de 11 empresas españolas, entre ellas Repsol, Cepsa, ACS y Ferrovial. La amiga del monarca se desplazó en calidad de “consejera estratégica” del jefe del Estado, integrándose en la delegación empresarial que visitó junto a los Reyes la capital saudí, Riad, del 8 al 10 de abril de 2006. La comitiva fue recibida en la base aérea de la capital por el rey saudí, Abdullah bin Abdulaziz. Pero Sayn-Wittgenstein sí compartió con el rey algunos de los actos programados exclusivamente para el monarca. Le acompañó, por ejemplo en su visita a la Agencia Saudí de Inversiones Internacionales (SAGIA, en sus siglas en inglés), donde el rey se dirigió a un auditorio compuesto por autoridades y empresarios de ambos países que animaron a sus anfitriones a invertir en España. El rey y la princesa Sayn-Wittgenstein también mantuvieron un encuentro con el príncipe Alwaleed bin Talal, sobrino del rey Abdullah, presidente de Kingdom Holding Company y uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.  Don Juan Carlos le envió una carta de felicitación, tras el archivo, en la Audiencia de Palma de Mallorca, de una denuncia por violación, presentada en Ibiza contra Alwaleed bin Talal por una joven modelo, en el verano de 2008.

"La soledad de la reina", libro de Pilar Eyre.
 
En su libro “La soledad de la reina”, publicado en enero de 2012, Pilar Eyre se refiere a ella con nombre y apellidos: “Sabíamos perfectamente por qué la reina no quería ir a Barcelona. Las razones se reducen a una y tenían nombre de mujer: Corinna”. Pilar Eyre cuenta cómo doña Sofía se entera de la primera infidelidad de su marido, poco después de que El Caudillo falleciera. Pilar Eyre cuenta: “Cuando ésta se produjo, pusieron dormitorios separados y no volvieron a funcionar como matrimonio nunca más. Tras ese episodio, se fue a la India con su madre y sus hijos con la intención de separarse. Luego volvió y aceptó su destino, a pesar de que desde entonces cada uno hace su vida”, prosigue la escritora y experta en Casa Real.  Según Eyre, tanto el rey como la reina tuvieron amores anteriores a su matrimonio. “Doña Sofía estuvo relacionada con armadores griegos, tal vez casándose con uno de ellos le hubiera ido mucho mejor. Sofía y Juan Carlos son muy distintos como muy bien ilustran dos fotos que recoge el libro donde la reina asiste a una cacería y a una corrida de toros, a pesar de que  repudia ambas actividades”. En marzo de 2010, en “La Otra Crónica”, de El Mundo, aparece el artículo: “La bella princesa que triunfa en España. La novia alemana del rey”, publicado por el periodista Raúl del Pozo. En febrero del 2012, el monarca comunica a sus hijos su especial amistad, según el diario elpulso.es, publicado en Internet, asegurándoles, en una cena íntima, en el restaurante madrileño El Landó, la importancia de esta mujer en su vida. Y la señala como su representante, citando al respecto el diario árabe Middle East Times Internacional: “El príncipe saudí recibió, en 2007, a la princesa Corinna, amiga muy cercana de don Juan Carlos, como representante del rey”. En abril del 2012, Jose Antonio Zarzalejos, ex director de ABC, informa, en elconfidencial.com, de la “estrecha e íntima amistad” del rey con Corinna, y añade que el monarca estaba abrumado por “los problemas familiares”, y que era “público y notorio” el “fracaso de su matrimonio con doña Sofía, de la que vivía prácticamente separado”. Las especulaciones sobre posibles problemas entre el rey y la reina crecen cuando ésta, en su primera visita al monarca, tres días después de su accidente en Botsuana y su operación, sólo estuvo 24 minutos en el hospital. La Casa del Rey no hizo comentarios sobre Corinna, aseguró “20 minutos”. Y Mábel Galaz señala en El País: “Don Juan Carlos mantendrá una mayor discreción con respecto a las amistades que lo acompañan en sus actividades particulares”. Y añade que el rey no renunciaría a esas amistades, que incluyen a Corinna.


El director del CNI, el general Félix Sáez Roldán (i), a su llegada a la comisión de Secretos Oficiales en el Congreso.

La princesa Corinna se mueve a sus anchas en España, según el general Félix Sanz, jefe del CNI, quien acude al Congreso el martes pasado, admitiendo que, “por casualidad”, ha coincidido con ella en varias ocasiones. Pero elude facilitar cualquier dato que pueda comprometer al rey. El máximo responsable de los servicios de inteligencia llega a la comisión de secretos oficiales con la lección bien aprendida. Tan pobre resulta su información sobre las actividades de la “amiga entrañable” del monarca que el portavoz de CiU, Josep Antoni Durán i Lleida, un poco molesto por tanta prudencia y escasez de nuevos datos, llegs a espetarle: “General, ¿tiene algo que contarnos sobre Corinna?”. El general confirma que la princesa nunca se benefició de la protección de sus agentes, asegura que el Centro no conoció los lugares donde residió durante su estancia en Madrid, ni mucho menos tuvo la tentación de encargarle trabajo “delicado” alguno. Según distintos relatos, estos tropiezos “casuales” entre Corinna y el general surgieren cuando, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo contacta con la bella consultora para que apacigüe a los inversores árabes que se sentían maltratados por el Gobierno español después de la reducción de las ayudas a las renovables. Pero el director del CNI también evita pisar este charco. Y, aunque los grupos parlamentarios integrados en esta comisión de secretos oficiales guardan las formas, no todos ellos asumen como veraz, al menos en privado, las afirmaciones del general. Ni Izquierda Unida, ni UPyD, cuestionan públicamente las explicaciones de Félix Sanz, pero piden en el Congreso la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo.

Alberto Garzón pregunta al Gobierno.
 
Tras conocerse a través de los medios de comunicación que García-Margallo ha mantenido al menos dos encuentros con Corinna, amiga y colaboradora del rey, José Luis Centella, portavoz parlamentario de IU, pide que el ministro acuda al Congreso para que “informe sobre estas reuniones”. Por su parte, Alberto Garzón, diputado del mismo partido por Málaga, plantea una serie de preguntas para que el Ejecutivo del PP detalle si Corinna cobró por beneficiar a empresas españolas. Inquiere si “tiene conocimiento sobre si Corinna zu Sayn-Wittgenstein, conocida como princesa Corinna, actúa como intermediaria en operaciones comerciales en el extranjero que afectan a empresas españolas y si recibe alguna remuneración por la intermediación”. Inquiere: “¿Tiene el Gobierno esa información? Si es falsa, ¿piensa el Gobierno tomar algún tipo de medida judicial contra esta persona?”. La batería de cuestiones planteadas al Ejecutivo por el parlamentario de IU se completa con otras que quedan en el aire: “¿Ha abierto el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) cuentas en territorios offshore o paraísos fiscales a nombre de identidades operativas? ¿Ha abierto el CNI cuentas en Suiza? ¿Conoce el Gobierno el hecho de que Corinna utiliza dos cuentas corrientes en Suiza, en los bancos Bank of Scotland de Zurich y en Private Bank en Ginebra, en las que recibe dinero como pago por la intermediación entre empresas españolas y extranjeras? ¿Sabe quién más tiene acceso a esas cuentas corrientes? ¿Conoce el Gobierno si existe relación entre la compañía Rhone Gestion, registrada en Suiza, y la princesa Corinna? ¿Conoce el si existe relación entre el gestor de fondos Arturo Fassana y la princesa Corinna? ¿Viajaba el Rey D. Juan Carlos en los vuelos privados que salían desde la base de Torrejón y en transporte propiedad de la compañía NetJets, según han indicado fuentes periodísticas? ¿A cargo de qué cuenta corriente se abonaba el coste del transporte en el que viajaba la princesa Corinna y otros pasajeros, en las misiones de intermediación entre empresas españolas y empresas extranjeras? ¿Es cierto que el Gobierno, a través del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, se ha reunido recientemente con la princesa Corinna? Si es así, ¿con qué fin? ¿Tiene relación con la mediación entre el Gobierno y algunos inversores extranjeros?”.


El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, durante una intervención en el Congreso.

Tras la batería de preguntas de IU dirigidas a La Moncloa, se mantienen ciertas dudas sobre las cuentas que habría podido abrir el CNI en paraísos fiscales para pagar los servicios “clasificados” de la princesa. Tampoco se aclaran los movimientos de Corinna en el Bank of Scotland de Zurich y en el Private Bank de Ginebra con los nombres de quienes tienen acceso a las mismas, ni sobre las reuniones que mantuvo ésta con el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, confirmadas por uno de sus portavoces sin precisar demasiado su contenido. Pero, es improbable que el PP y el PSOE voten favorablemente para que Margallo vaya al Congreso a hablar de estos asuntos porque sigue vigente el acuerdo entre los dos grandes partidos para sofocar el incendio de la Corona. Al mismo tiempo, se comparte la idea de que si el Rey no pone más de su parte y controla a la princesa, la discreción de que hace gala en los asuntos más espinosos puede resultar completamente inútil. “Nosotros –asegura en tono de reproche un alto cargo del PSOE que tuvo responsabilidades de Gobierno– tenemos claro que no vamos a contribuir a desgastar a la Corona, pero no estaría de más que el Rey controlara mejor sus amistades”. Pero la princesa confiesa a la revista española del corazón por excelencia:  “Trato de conectar personas, plataformas e instituciones para crear un valor sostenible y ofrecer unos resultados excepcionales. Trabajo para empresas que quieren expandirse globalmente. He trabajado para el Gobierno español, cuando se me ha pedido. Ha sido siempre delicado, confidencial. Son asuntos clasificados, situaciones puntuales que yo he ayudado a solucionar por el bien del país”. La princesa barniza la campaña con una capa de victimismo. “Siempre he actuado de manera profesional y apropiada y ésta es la primera vez en mi vida que se me pone en cuestión. Soy mujer y encima rubia, lo cual complica más las cosas… Las especulaciones que siguieron al viaje a Botsuana me dolieron, fueron innecesarias y dañinas…”. Ante estas palabras, “es evidente que esta señora está embarcada en una campaña de autopromoción personal para engordar su factura”, afirma un dirigente del PP. En este partido se recuerda que la Casa Real tampoco ha hecho un gran esfuerzo para neutralizar el escándalo. De hecho, desde Zarzuela, se explicó que, a partir la famosa cacería de elefantes en la que don Juan Carlos se fracturara la cadera, mantendría una mayor discreción en sus actividades particulares, pero sin renunciar a sus amistades. Algo que empieza a generar un silencioso malestar entre quienes se han comprometido y se están esforzando, desgaste político mediante, en amparar las apariencias de la Corona.

Corinna vivió varios años en un chalet de El Pardo.
 
Corinna zu Sayn-Wittgenstein se movió a sus anchas durante las largas temporadas que pasó en España bajo la protección real. Ni el CNI, ni la Guardia Civil, ni la Policía controlaron los movimientos de la princesa alemana, alojada en una residencia de El Pardo, propiedad de Patrimonio Nacional. Vivió en la finca La Angorrilla, situada en una zona de acceso restringido muy cercana al palacio de La Zarzuela. Pese a que la aristócrata alemana de origen danés llegó a viajar con el rey, con varios ministros y con una delegación empresarial española a Arabia Saudí en visita oficial, y a que hay pruebas de que ha actuado en varias ocasiones como representante del monarca ante gobiernos y empresarios extranjeros, Sanz Roldán asegura que el CNI jamás ha investigado a Corinna. Es más: da su palabra de que el Gobierno nunca le ha encargado que la vigilase o siguiera sus pasos. Por su parte, García-Margallo reconoce que se reunió con Corinna tras haberlo negado. El ministro de Asuntos Exteriores, no aclara cuál era su versión definitiva sobre sus posibles encuentros con Corinna y los posibles encargos del Gobierno para que la “amiga entrañable” del rey mediara ante los Emiratos Árabes. Y, después de que El Mundo revelara los encuentros con Corinna, un portavoz autorizado de García-Margallo reconoce que efectivamente se reunió con la princesa alemana. El Mundo desvela que García-Margallo recurrió a la amiga del Rey para que mediara ante Abu Dabi hace apenas unos meses, con el fin de intentar calmar a los inversores árabes tras la rebaja de las ayudas a las energías renovables por parte del Ejecutivo. El primer encuentro habría tenido lugar en noviembre pasado, fuera de la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. El segundo, más breve, fue en diciembre. En ambas reuniones mantenidas con Corinna le habría entregado a la princesa documentos del Ministerio de Industria, entre los que se incluían manuscritos del ministro José Manuel Soria, para preparar la posición española ante la cumbre energética de Emiratos Árabes. Pero Soria niega haber entregado la  documentación a Margallo, “ni Margallo me la pidió a mí”.

La finca de La Angorrilla.
 
Según El Confidencial, el rey pagó con fondos públicos las obras de mejora y reforma de la finca La Angorrilla, en la que durante casi cinco años ha pasado largas temporadas la princesa Corinna, íntima de don Juan Carlos, y uno de sus hijos. La lujosa vivienda se levanta sobre una antigua casa forestal, en una zona vigilada y de acceso restringido, y su rehabilitación fue financiada en gran parte con cargo a los presupuestos de Patrimonio Nacional, el organismo público que custodia los bienes de titularidad estatal al servicio de la familia real. En el espacio natural de El Pardo –en cuyas 16.000 hectáreas se ubica también el palacio de La Zarzuela–, al lado del pantano, con un acceso vigilado y alejado de miradas furtivas, se encuentra la La Angorilla. La casa ha sido remodelada y dotada de apreciables comodidades materiales a lo largo de los últimos años, coincidiendo con el momento en que la relación entre el jefe del Estado y la aristócrata alemana se hace más estrecha. Entre 2006 y el 10 de febrero de 2009, se realizan cambios muy apreciables: se construye una piscina de verano en las cercanías del chalé, se arregla el tejado y se transforma el jardín, y la pradera situada enfrente de la vivienda es adecentada y presenta ya un aspecto mucho más frondoso. Entre 2009 y el 28 de febrero de 2012 se producen nuevos arreglos. Se amplía la piscina de verano, transformándose en una gran pileta cubierta para su disfrute durante todo el año, con una estructura rectangular. También se levanta un garaje, con acceso directo a la casa, en lo que antes era una explanada de tierra; se construye una nueva piscina circular para el verano, algo más alejada de la vivienda; los jardines siguen perfectamente cuidados, y las carreteras de acceso a la finca están ahora asfaltadas, demostrando un uso habitual. La memoria de Patrimonio Nacional revela que en 2004 se invirtieron 288.964,20 euros en “actuaciones de conservación y mejora en las casas forestales del monte de El Pardo”. La memoria del año siguiente no detalla la cifra total invertida por Patrimonio Nacional, pero aclara que se “efectuaron obras concretas de conservación” en las casas forestales de La Angorrilla, Águila Alta, La Quinta, Somontes, Casa Quemada y Delegación. En la vivienda que más tarde ocupó Corinna se gastaron ese año 16.445,95 euros.


Portadas de Paris Macht y Hola en febrero pasado.

El alojamiento de Corinna enrarece, según informa la periodista Pilar Santos en El Periódico de Catalunya,  la relación entre el Gobierno y la Corona. En la portada de este diario barcelonés se puede leer: “Uso de un inmueble del Patrimonio Nacional. Corinna tensa la relación entre Gobierno y Zarzuela”. El Periódico señala que un portavoz del monarca dijo que la Casa del Rey “no comenta estos temas” y no quiso ni desmentir ni confirmar si la empresaria alemana se había alojado en la finca. Tampoco si el Rey ha ordenado obras en ese inmueble.  Por su parte, el semanario Tiempo difunde que Corinna, después de la cacería de elefantes en Borsuana, se fue a Río de Janeiro y con pasaporte diplomático, al parecer no español. En este caso, fue a ver a otro amigo suyo, el potente empresario brasileño Marcelo Carvalho de Andrada. El 28 de febrero, el semanario francés, Paris Match, dedica su primera página a los Príncipes de Asturias. Se esperaba que Corina, que había salido en portada en “Hola”, también lo sería en la revista francesa. Pero Leticia y Felipe eran para este medio “la esperanza de España”. Aunque también se hacía mención a los “escándalos, corrupción e infidelidades”, así como a “Juan Carlos, el rey en la tormenta”. La periodista Carmela Ríos escribe en Terra sobre esta portada y la entrevista que la alemana ofrece en este semanario. “Me han utilizado” confiesa. En esta entrevista revela que fue el propio Urdangarín el que, en 2004, contactó con ella para que le ayudara a conseguir un puesto en la Fundación Laureus: “Fui muy clara con Urdangarín sobre su remuneración: un salario de base muy modesto, ya que se trataría de una organización sin ánimo de lucro. Tras ocho meses de negociación, rechazó el empleo para mi sorpresa”. Corinna también se refiere a don Juan Carlos: “Se trata de una personalidad única en nuestra historia reciente”. Y, como ya dijo en El Mundo y en ¡Hola!, asegura que su condición de mujer rubia y guapa en el mundo de los negocios le ha perjudicado “Es un medio masculino, donde hay que aguantar firme la posición con la presión de mantener siempre una apariencia irreprochable”. El diario El País aseguraba que la alemana sería portada de Paris Match, situación que al final no se había producido. Algunos medios aseguran que el semanal cambió la foto de portada de la revista y habría optado al final por la fotografía de archivo de los Príncipes de Asturias.


Hasta principios del 2012, Corinna zu Sayn-Wittgenstein era una casi desconocida para los alemanes. En abril de ese año, sale en la portada del Bild Zeitung y muchos de ellos se preguntan si es cierto que el Rey de España ha perdido la cabeza por esta plebeya que, gracias a su segundo matrimonio, consiguió un título aristocrático que todavía conserva. Su padre, Finn Bönning Larsen, de nacionalidad danesa, era el representante en Europa de las líneas aéreas brasileñas Varig. Fue una persona respetada y querida en la capital económica de Alemania. Tuvo dos hijos, Sven Erik y Corinna. El lado frívolo y mundano de Corinna, que se manifestó muy pronto, no era, al parecer, muy bien aceptado por su padre, una persona con conciencia social y con espíritu de mecenazgo. Tuvo que admitir que su única hija se casara muy pronto con un empresario británico, Phillip Atkins, con quien tuvo, en 1992, una hija, Nastassi. El matrimonio no duró mucho y pronto llegó un sustituto: Gert-Rudolf Flick, 'Mick' para los amigos, millonario con residencia en Suiza, nieto del fundador de uno de los grandes consorcios industriales de la República Federal y que cuenta con tres matrimonios en su haber. Corinna no consiguió comprometerse con 'Mick' y pronto encontró a un aristócrata once años más joven que ella, Casimir zu Sayn-Wittgenstein, 'Cassi'. En el año 2000, se casaron por lo civil, en Londres, a pesar de la fuerte oposición de la familia. El matrimonio religioso tuvo lugar un año después, en la ciudad austríaca de Salzburgo, una vez lograda la anulación del enlace británico. Pero, ese segundo matrimonio apenas duró seis meses y, cuando nació el hijo común, Alexander, la pareja hizo vidas separadas, para mayor desesperación de los zu Sayn-Wittgenstein, que se habían resignado a aceptar a la plebeya mucho mayor que 'Cassi' y que aportaba una hija extra al matrimonio. El divorcio llegó cinco años después, en 2005. En mayo de 2006, la recién divorciada coincidía por vez primera con el rey de España en la entrega de los Premios Laureus, en Barcelona. En los últimos años, Corinna zu Sayn se había dado a conocer en los salones y eventos de la jet set europea, presentándose como princesa ya que había conseguido mantener su título nobiliario tras el divorcio. En ciertos círculos, se la consideraba como una mujer con aspiraciones, deseosa de codearse con lo mejor de la sociedad y muy dispuesta a buscar cercanía con todo lo que supusiera riqueza, dinero o posición. Todo hace indicar que ha logrado muchos de esos objetivos.
 

El rey Juan Carlos y la princesa Corinna, en un acto oficial.

¿Qué quiso decir el rey cuando, en abril de 2012, tras admitir públicamente que se había “equivocado”, añadió que “no volverá a ocurrir”? ¿Pretendía decir que, en su agenda privada, sería, a partir de ahora, más transparente? ¿Era un compromiso de que, en el futuro, antepondrá siempre sus responsabilidades como jefe del Estado? ¿O quería  decir que pondría fin a su amistad con Corinna zu Sayn-Wittgenstein, que le acompañó a Botsuana?  Don Juan Carlos no lo aclaró. Y justo en ese momento salía a la calle el periódico Bild Zeitung, el de mayor circulación de Alemania, con una portada explosiva que conmocionó a La Zarzuela. Sobre sendas fotografías del Rey y Sayn-Wittgenstein, el titular: “¿Ama a esta princesa alemana el rey Juan Carlos?”. Para más inri, el diario El País aseguraba, citando fuentes oficiales, que el monarca “no renunciará” a sus “amistades personales”, entre ellas “la que mantiene desde hace años” con la princesa Corinna, a la que se refería, como “empresaria y organizadora de safaris”. El reportaje publicado por el rotativo alemán Bild Zeitung causó alarma en La Zarzuela. “¿Cómo no nos va a preocupar?”, se preguntaron fuentes de la misma que, a continuación, desmintieron rotundamente la información difundida por El País: “Es falso, sencillamente porque la Casa del Rey jamás hace comentarios sobre la vida privada de Su Majestad”. El diario de Prisa sostenía que tras la profunda crisis provocada por la cacería en Botsuana, que había sacudido los cimientos de la Corona, la Casa del Rey iba a imprimir un “cambio de rumbo” en la agenda privada de don Juan Carlos, que pasaría por “dar explicaciones de dónde está aunque para ello no sea necesario decir con quién”. Una afirmación que fue también rechazada de plano por el mismo portavoz de La Zarzuela.Es impensable que el Rey abra y dé a conocer su agenda privada”, puntualizó. “Lo que estamos estudiando es una fórmula para que el Gobierno sepa en todo momento dónde está Su Majestad, pero esa información no será pública”.


Casi un más tarde de que Bild Zitung pusiera a la Corona española en una situación más que delicada, abriendo la veda en la prensa española para toda clase de información real, la revista Interviú revelaba que “la amiga del rey recibía los pagos a través de un sistema de documentación falsa, pero legal que utiliza el CNI y que impide dejar rastro”. Corina, la amiga del rey y empresaria alemana, cobraba en cuentas suizas las comisiones millonarias que recibía por sus trabajos para empresas españolas beneficiadas por grandes contratos. Estas comisiones, según la publicación semanal, ascendían a un 3% de los beneficios obtenidos por las entidades. Interviú aseguraba que las dos cuentas pertenecen a las entidades bancarias Bank of Scotland de Zúrich y Private Bank de Ginebra, ambas gestionadas por “un conocido bróker helvético relacionado con los fondos de varias fortunas españolas en Suiza” y añadía que, a través de este sistema (utilizado para pagar un rescate o financiar investigaciones sobre ventas de armas a ETA, por ejemplo), el dinero no deja rastro, de modo que resulta imposible para un juez seguirle la pista o vincularlas al nombre de Corinna. Además, el nombre de la amiga personal e íntima del monarca aparece relacionado con Iñaki Urdangarin en varios correos que el ex socio del duque, Diego Torres, entregó al juez que instruye el 'caso Nóos'.



Corinna zu Sayn-Wittgenstein

“Como Mata Hari, como Cleopatra, como muy pocas otras mujeres, Corinna es un misterio insondable –escribe David Torres, bajo el título ‘Cosas que pasan”, de Público. es–,  Cuanto más sabemos de ella, más ignoramos. Me recuerda a aquella chica hermosa e inocente que respondía al nombre de Juliana y de quien un amigo se enamoró al primer golpe de vista. Mi amigo cometió el error de casarse con ella y entonces empezó a desconocerla día a día hasta que llegó el divorcio y no tenía ni pajolera idea de con quién había compartido la vida, la cama y la cuenta corriente. Incluso se enteró, gracias al juez, de que su ex ni siquiera se llamaba Juliana. Cosas que pasan… Entre las jugosas revelaciones de Interviu está la historia de que Corinna usaba una documentación falsa pero legal, no como la de otros, que es legal pero más falsa que un euro con la cara de Bárcenas. Para sus amistosas correrías entre jeques árabes, la princesa Corinna (quien, por cierto, tiene de princesa lo que de Juliana tenía la ex de mi amigo) manejaba documentación del ministerio de Exteriores y de Industria aunque nadie ha podido explicarnos todavía cómo es que tales documentos obraban en su poder. Si hemos de hacer caso al ministro Margallo, cuando se reunía con Corinna mayormente se dedicaban a almorzar. Cosas que pasan".



La Algorrilla, donde viviera Corina.


A principios de este mes, 13TV (la televisión de la Conferencia Episcopal) hizo un gran despliegue para asegurar que la amiga del Rey Corinna zu Sayn-Wittgenstein y su hijo habían vivido en los últimos cuatro años, cuando venían a España, en La Angorrilla, "una vivienda con acceso restringido al público en el recinto de El Pardo, muy próxima al Palacio de la Zarzuela". Ocurrió en el programa "Más Claro Agua" de Isabel Durán, en el que dio voz a Alfredo Perdiguero, portavoz del Sindicato Independiente de la Policía Española (SIPE), quien habló de "irregularidades en la utilización de medios públicos" porque algunos compañeros policías le habían echo saber que trasladaban y protegían de manera habitual a la alemana. La noticia provocó "el enfado de La Zarzuela con la Conferencia Episcopal", según asegura El Semanal Digital, desde donde insisten en que "la Casa Real ha mostrado, de forma oficiosa, su hondo malestar a ciertas instancias eclesiásticas". Juan Carlos I ya tuvo un serio desencuentro con la Conferencia Episcopal cuando la cadena COPE, dirigida en su momento por Federico Jiménez Losantos pidió la abdicación del rey, básicamente por el Estatut de Cataluña. El monarca incluso expresó en público su malestar. Aunque Rouco defendió a Losantos, las presiones de otros miembros de la Conferencia Episcopal, preocupadas por el tono general del locutor y sus ataques a la dirección del PP, provocaron finalmente su salida de la COPE. Las relaciones entre los medios episcopales, la Corona y Génova 13, vivieron desde entonces una renovada luna de miel, alterada ahora por la irrupción de Corinna.

Corina en Vanity Fair.


 
La princesa alemana Corinna se  convierte en España en “asunto de Estado” tras la proliferación de publicaciones y comentarios sobre las reiteradas y públicas infidelidades del monarca.  El origen de la polémica es la cacería de elefantes en Botsuana, en abril de 2012, en la que, además de ser fotografiado con quien los medios de comunicación llaman “su amante”, el monarca se cae y se rompe la cadera. Un nuevo escándalo de la casa real que, en los últimos dos años, ha despertado la indignación de la sociedad debido a la participación de Iñaki Urdangarin, yerno del rey, en un caso de corrupción. La princesa alemana Corinna pasa desde entonces a convertirse en un personaje más de la vida diaria de los españoles. Todos los medios de comunicación, desde los “serios” hasta los llamados “del corazón”, publican fotografías del rey Juan Carlos, acompañado de esta misteriosa mujer, a quien la prensa alemana y británica señala como la “amante” del monarca español. Y, a partir de ahí, se destapa lo que hasta ahora ha sido un secreto a voces. Se habla, ya sin tapujos, de Juan Carlos y de su esposa, Sofía, que duermen en habitaciones y plantas separadas, del simple “contrato”  de su relación y de las numerosas infidelidades del monarca. La revista “Vanity Fair” publica un amplio reportaje sobre la historia y la personalidad de esta misteriosa mujer, “arribista” para unos, y “lista, atractiva y divertida. La cita perfecta”, para otros. En la investigación periodística se dan las supuestas razones por las que el monarca español y la princesa alemana coinciden en la cacería. La revista publica también la opinión que tienen de ella algunas personas que la han conocido de cerca: “Corinna empezó cobrando por la organización de safaris de lujo. Luego, como los conocía, ponía en contacto a algunos de los hombres más poderosos de Estados Unidos, Oriente Medio y Europa. Invitados que desarrollaban allí futuras transacciones. Acabó por cerrar los tratos en los países de origen y llevarse así suculentas comisiones”. Y aporta otras descripciones. “Entre la aristocracia inglesa y alemana –comenta– se habla de ella desde hace varios años. Siempre se ha comentado que se casó para obtener un título y un pequeño principito”. Su amiga, Bonnie Young dice que “la princesa Corinna lleva muchos años viajando con el rey. Y que es una especie de asesora”. Según fuentes del entorno del monarca, éste podría haber cancelado cualquier tipo de relación con ella para frenar la polémica desatada desde la cacería. El escándalo real coincide con la celebración de los 50 años de casados de los monarcas –el 14 de mayo del 2012–, que deciden no celebrarlo “por razones de agenda”.


Cambiamos de tercio, que no de tema. Y nos adentramos en la parte humorística del mismo, empezando por las portadas de la revista El Jueves, tan prolíferas, críticas y certeras con la Corona.


 

Erlich, un humorista de pocas palabras, nos hace pensar con la sonrisa en el borde de los labios.





 
 
Otros dibujos sobre el tema en cuestión. Jesús, Ferrán Martí, Asier y Javier, así como Ramón y Forges, presentando la primavera y otros.












Pep Roig nos ofrece su Circo judicial, Transparencia, y más sobre la enquistada, fiera e impenitente cloaca.






Terminamos ya con dos vídeos. En el primero, el Sindicato Unificado de la Policía asegura que el CNI conocía a la amiga del Rey, que pasaba largas estancias en Madrid y que los servicios de seguridad prestaron servicio en El Pardo en varias ocasiones. También desvela que contaba con la protección de la Policia, el CNI y la Guardia Civil.
 En la Zarzuela, el rey Juan Carlos y la reina Sofía también sufren recortes. Les han rebajado el presupuesto hasta el punto de que deben prescindir de una de las dos infantas. Ni Elena ni Cristina quieren ser las elegidas. 

2 comentarios:

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