viernes, 20 de septiembre de 2013

Senén Pousa, alcalde de Beade, un franquista sin vergüenza.

 Alcalde popular de Beade (Ourense), Senén Pousa, Senén Pousa (PP). Efe
 
Posando con el retrato de Franco entre sus manos.
 
Senén Pousa, alcalde de Beade (Ourense) durante cuatro décadas,  presume de tener grabado en su móvil el “Cara al sol” como sintonía principal e himno de Falange Española y colocó en su despacho un retrato de Franco que muestra sin ningún rubor. A estas alturas de la democracia, Senén no sólo no se avergüenza de su ideología sino que asegura que, gracias a ella, le han elegido varias veces y se enorgullece de ello. Es de los pocos alcaldes de la España democrática que se confiesa abiertamente franquista y admirador de la figura y obra del general Franco. Esta confesión la hace sin rodeos y, como él dice, “sin complejos”. Milita en el PP desde su fundación y, entre sus iconos, se encuentran Manuel Fraga, el presidente de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar, la propia Esperanza Aguirre y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez. En su despacho cuelga una foto de gran tamaño del general Franco, vestido con capa y con bastón de mando de capitán general, así como un retrato del ex presidente, José María Aznar, que dedicó con su firma al alcalde. Quien no está, ni se le espera es don Juan Carlos I. Pousa dice que no es monárquico y que prefiere a Franco a su lado que al actual jefe del Estado. Coincide en esta animadversión al monarca con militantes de la extrema derecha.

Anova, de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), critica los “desmanes fascistas” a quien acusa de “presumir” de su ideología, un hecho que “no se puede permitir”, porque es hacer “apología del fascismo y del dictador”, y recuerda que, a partir del próximo 1 de diciembre, podrán ser sancionados los Estados que no penalicen el fascismo. Anova exige la dimisión de Senén Pousa así como la retirada de subvenciones al Ayuntamiento hasta que no se solvente esta situación y “se respete la Ley de Memoria Histórica” por un alcalde que es “conocido” en la provincia, entre otras cuestiones, por presenciar misas en honor de Franco y tener un retrato del dictador en su despacho. Para las Xuventudes Socialistas de Galicia (XSG), “en una democracia, no se puede consentir que un municipio esté en las manos de un hombre que tiene un retrato de un dictador en su despacho y se jacte de haber pagado misas en los aniversarios de su muerte”. En el mismo sentido, el BNG anuncia que presentará una iniciativa en el Parlamento de Galicia para pedir la reprobación de este alcalde. Según Tereixa Paz, la diputada del BNG en la provincia de Ourense, es “lamentable” que se sigan aceptando este tipo de manifestaciones, que representan prácticamente “apología” del régimen franquista. Y muestra su “sorpresa” por la “permisividad” de la dirección del PP de Galicia al no condenar este tipo de actitudes que “no son aisladas” en el seno del partido.                                                                                                                                                
El alcalde, en cambio, se lo toma con calma y se resiste a entrar en la polémica, que, según afirma, ha sido creada “por unos cuantos”. Senén Pousa advierte a los críticos que él también “podría responder a algunos de forma ofensiva”. Y asegura que no le “preocupa lo que se pueda decir” de él. Altos cargos del PP desligan al partido de los gestos franquistas de varios dirigentes de Nuevas Generaciones que han circulado por las redes sociales. También Juan Parejo, coordinador general de Presidencia en el Gobierno de J. A. Monago y secretario general adjunto del PP extremeño, se retrató en sus tiempos de adolescencia con atuendo skin y haciendo el saludo fascista y, al ser descubierto, se justificó hablando de un error de juventud. Sin embargo, este alcalde de Beade ni se avergüenza de su pasado, ni oculta sus convicciones. Es austero, partidario de la disciplina y del orden, amante de la familia tradicional, defensor a ultranza de las fiestas populares gallegas que tienen una simbología que sobrepasa lo religioso. Habla siempre en lengua gallega, utiliza con destreza la ironía y el sarcasmo, no es afectado, ni admira la posmodernidad. Y, aunque no lo confiesa, rechaza el márketing electoral. “Yo no pego carteles –explica Pousa–, ni hago campaña electoral, eso conmigo no va, no hace falta”.  Y, sobre todo, siente ganas de volver a ganar para seguir siendo el alcalde de un pueblo que duerme entre montañas y que existe, con costumbres de ayer en la España de hoy.

“Jamás  en la vida –afirma– nadie del partido me ha dicho nada por pensar así. Y mejor, porque no acepto imposiciones”. Sin embargo, no está de acuerdo con los miembros de Nuevas Generaciones que ensalzan simbología fascista: “Estas cosas que hacen los jóvenes -confiesa- no me gustan nada  y está bien que los expedienten”. El vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, afirmó en agosto que “quienes cometen la estupidez de fotografiarse haciendo gestos nazis o fascistas no merecen formar parte del partido”, pero la reprimenda pasa de puntillas por Beade. Fuentes de la dirección del PP de Galicia aseguran “desconocer” qué tiene Pousa en su despacho. “Nuestra postura quedó clara en el Parlamento con una condena expresa al franquismo”, matizan mientras este alcalde insiste: “Si me dijeran algo, seguramente me iría. No consiento que me recriminen mi forma de pensar”.

Pousa afirma que “hay mucha gente en el PP que respira igual que yo, pero luego no dicen nada”. Para él, el mayor error de Franco fue ir a la Guerra Civil. No obstante, insiste en que no se puede eliminar la historia de un plumazo: “Hay que dejar las cosas buenas y borrar las malas, pero quitar nombres de calles que ya estaban ahí puestos son venganzas cerdas”. Cree que a Franco, al morir, se le trató “más mal que bien”. Y advierte que, “si me llaman y estoy con uno del PSOE o el BNG, que también son mis amigos, dejo que el timbre del teléfono suene un rato para joderlos”. Asegura que muchos que vivieron muy bien gracias a él, renegaron después. Eso está muy feo”. Y dice que corrupción la hay en todos los partidos. Y que quien las hizo que las pague. Senén Posa es un jubilado por la agraria que dice llevar en política toda la vida, sin cobrar salario como alcalde. Cuenta con el carnet número uno de Alianza Popular en Ourense y otro rojigüaldo de la asociación de amigos de la bandera española. A sus 74 años, no piensa dejar la alcaldía, aunque tiene claro que no tendrá herederos políticos: “El franquismo murió con Franco, así que no creo que su foto colgada moleste a nadie. El día que yo me marche de aquí, sacaré todas las cosas”.

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