jueves, 3 de octubre de 2013

El diputado Albendea, del PP, dice que los toros disfrutan cuando los matan.

 
Para José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte, los toros son un "patrimonio cultural inmaterial".
 

El PP ha reconocido en el Congreso las corridas de toros como “patrimonio cultural inmaterial”, tras rechazar cinco enmiendas a la totalidad presentadas por Izquierda Plural, ERC, CiU, Compromis y UPyD. El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, justificó el apoyo a las corridas apelando, entre otras cosas, al turismo, y sorprendió al negar nuevas ayudas estatales al sector. “No es riguroso –dijo– y no responde a la verdad decir que los toros gozan de régimen de subvenciones, ayudas o cualquier otro tipo de impulso económico en los Presupuestos Generales del Estado”. La diputada catalana, Laia Ortiz, reprochó al ministro que, como bien de interés cultural, todas las comunidades autónomas estuvieran obligadas a dedicar dinero a la tauromaquia y alertó de que ya se detraen recursos por ejemplo del Ministerio de Agricultura.

El giro retórico de Wert no oculta lo obvio, que la tauromaquia, en efecto, está sostenida con dinero público a través de diferentes ministerios, como el de Interior o Agricultura. La Comisión Europea también otorga, dentro de la PAC (Política Agrícola Común), ayudas a la cría del toro de lidia que, en 2011, ascendieron a 73 millones de euros. Ante la falta de transparencia, es difícil aclarar el monto de las mismas pero ERC difundió recientemente un informe en el que estima que las administraciones españolas destinan en ayudas a la tauromaquia más de 571 millones de euros y la Unión Europea no menos de 129,6 millones de euros. Además de las ayudas estatales o europeas, las comunidades y los ayuntamientos destinan también importantes cantidades de dinero público a salvaguardar este espectáculo sangriento, lo que está causando dolorosos agravios comparativos en esta época de recortes en los servicios sociales. Cinco millones de euros fueron destinados al Museo Taurino de Málaga. Y algunos alcaldes populares, como el de Valladolid, destinaron hasta 180.000 euros a subvencionar eventos taurinos.

Juan Manuel Albendea, diputado del PP y presidente de la comisión de Cultura del Congreso, afirmaba hace unos días que los toros podrían llegar a sentir placer en su “enfrentamiento” con el torero en la plaza. Albendea utilizó este argumento, entre otros, para defender la ILP que pide que las corridas de toros sean declaradas Bien de Interés Cultural en todo el estado español. Albendea dijo que los animales sienten placer cuando los matan en la plaza: “Durante la lidia, el toro libera diez veces más hormonas del placer que no un ser humano y siete veces más que durante el transporte”.
Albendea también aseguró que si se perdían los toros se perdería parte de la lengua española y de los términos que ha desarrollado en conjunción con el espectáculo taurino.

El ministro Wert tendió la mano a UPyD para encontrar un acuerdo que permita proteger los toros “respetando las competencias de las comunidades”. En un arrebato cultural, Wert ensalzó la tauromaquia como un rasgo de la “marca España”, convirtiendo las corridas en un espectáculo cultural. Aunque muchos siguen pensando que maltratar y consentir el maltrato hasta la muerte de un pobre animal a fuerza de golpes y de puyazos es una simple cuestión de crueldad y cobardías colectivas, no una cuestión de libertad. Y justificar ese maltrato, aduciendo una supuesta importancia turística y económica, es un cinismo intolerable.
 
Este vídeo inicial fue sido retirado de YouTube. Pero se pudo ver en un reportaje de La Sexta, con imágenes de un activista dentro de la plaza.

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