viernes, 28 de marzo de 2014

El primer robot español con ‘alma’.


 Diego García, de Aisoy Robotics, junto a su nueva creación.

La empresa española Aisoy Robotics, ha desarrollado “el primer robot social”, un artilugio “capaz de experimentar emociones” y “colaborar con los humanos”.  No se trata de un proyecto ‘made in USA’ o ‘made in Japón’, sino totalmente español que ha sido galardonado por el Premio Emprendedores de la Fundación Everis. Es el  “primer robot social” o “el primer robot con sentimientos”, lanzado en el 2013 y diseñado para mantener diálogos fluidos, coherentes y totalmente razonado con seres humanos o con otros robots. Y, aunque todavía no tienen exactamente la misma capacidad de diálogo de una persona, sienta las bases de lo que serán los sistemas de diálogo que harán que, en un futuro muy cercano, los robots se expresen igual que cualquier ser humano.

La fundación Everis apoyó el desarrollo y el lanzamiento de este autómata, capaz de aprender de su entorno y de los comportamientos que tienen las personas con ellos. Son robots inteligentes y emocionales que no responden de la misma manera a alguien que les trata con cariño que a un interlocutor que actúa de forma inapropiada. Suponen una herramienta educativa muy versátil porque al aprender de su entorno, son capaces de dar las respuestas más adecuadas a cada persona. Asimismo, estos autómatas funcionan sobre la programación de AIDIA, otra herramienta muy visual con una sencilla interfaz, mediante la que se arrastran iconos a una paleta de trabajo, que permite enseñar a los robots a comportarse de una forma establecida por el usuario.

Los Aisoy 1 pueden estar interconectados entre sí a través de la nube (cloud computing) y van recabando toda la información a lo largo de su vida útil, así como los programas que sus dueños les van cargando en sus unidades de memoria. De esta manera, se genera una inteligencia colectiva y, cuando uno de ellos aprende algo, esa información se pone a disposición de los demás robots. De hecho, los Aisoy 1 tienen un comportamiento social que les confiere la capacidad de cooperar e incluso de competir con otros robots y personas. En este sentido, los autómatas de Aisoy Robotics están más que conectados al Internet de las Cosas Afectivas”.  


En el siguiente vídeo es el propio Diego García, responsable de Producto de la empresa, el que nos desvela algunos pormenores de la creación:

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