martes, 22 de julio de 2014

‘El Huffington Post’ censura viñetas sobre la Monarquía española.

  Las viñetas censuradas sobre la Monarquía en el Huffington Post.
La versión castellana del periódico norteamericano, The Huffington Post, lanzado el 9 de mayo de 2005, como un colector de comentarios y una alternativa “liberal”, desembarca en España el 6 de junio de 2012, y PRISA Noticias participa en ella con el 50%.[] El HuffPost tiene también versiones en Francia y Gran Bretaña e Italia, desde el 25 de septiembre de 2012. El 20 de octubre de 2013 comenzó a salir la versión alemana. The Huffington Post ganó su primer Pulitzer, en 2012, en la persona de David Wood, categoría de reportaje nacional. Según Technorati Authority, al 15.06.2012 The Huffington Post ocupaba el primer lugar en los Top 100 Blogs (el ranking se actualiza una vez al día). Pero las últimas noticias de este periódico que hacen referencia a España dejan bastante que desear.

Nos referimos, por supuesto a las viñetas de Iratxe Fernández  “AtxE” y Laura Santolaya ‘p8ladas’, dos jóvenes viñetistas que colaboraban con El Huffington Post, de manera gratuita, consiguiendo ”visibilidad” hasta que una circunstancia ajena a la relación, rompió ese matrimonio de “conveniencia”. El día que Juan Carlos I anunció que abdicaba, Laura envió una viñeta al periódico. Al día siguiente lo hacía Iratxe. Ninguna de las dos vio su viñeta publicada.

“A los dos días de la abdicación –explica Eratze Fernández a Silvia Padrón, de Cuartopoder.es– subí la viñeta a la plataforma de la web. Pasaron dos semanas y no la publicaron, entonces recibí un correo de Laura (Santolaya) preguntándome si había tenido algún retraso en la publicación de viñetas, lo comentamos y decidimos escribir a la responsable de la web y a la directora, Montserrat Domínguez. Recibí una respuesta de la responsable de la web diciendo que la directora no la había visto adecuada y no se iba a publicar.” Iratxe Fernández explica a Cuartopoder la reacción del diario digital y su consiguiente incredulidad: “En otra ocasión –concluye– mandé una viñeta y me pidieron que la cambiara para que no aparecieran símbolos religiosos. Lo entendí, pero esta vez no, fue una autocensura, porque ya había mandado más viñetas de la familia real española”. Lo mismo le ocurrió a Laura Santolaya, que incluso consiguió que una viñeta suya sobre la infanta fuera viral. “Era una viñeta en la que se veía a la infanta Cristina vestida como un ladrón. No sólo no la desaprobaron sino que le dieron mucha difusión. En esta ocasión la directora me contestó que era una pena que entendiera como censura lo que sólo era una “línea editorial”. No le contesté máscontinúa–, mi viñeta no era hiriente, era de mi estilo, irónica”.

Ninguna de las dos dibujantes se encontraba cómoda trabajando sin cobrar. “Nunca he estado a gusto, vi una oportunidad para darme conocer, no me arrepiento pero no me he sentido orgullosa”, dice AtxE después de año y medio de colaboración con el medio. “Yo –explica Laura– al menos esperaba que la contraprestación por no cobrar fuera tener libertad para expresarme, pero si ni siquiera tenemos eso. Y no quiero seguir colaborando”. Tampoco creen que la orden de no publicarles fuera de la directora, sino “de más arriba” pero se sienten un poco decepcionadas con El Huffington Post, al que consideraban un periódico “independiente”. Un periódico que sigue teniendo el apoyo de El País, del que ya hace algunos meses me di de baja.

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