sábado, 14 de marzo de 2015

Impuestos culturales, mequetrefes y recordando a Montlló.


El Gobierno de Mariano Rajoy sigue manteniendo los impuestos que gravan los productos culturales, negándose a la bajada en las entradas de cine, teatro y otros espectáculos y continúa imponiendo un 21%. Según el diario ABC, Mariano Rajoy está buscando el momento para anunciar una rebaja fiscal del 10% que no pudo llegar al Debate del Estado de la nación. Se trata de una demanda del sector de la cultura desde el principio de la legislatura que, a la postre, apenas significaría un impacto presupuestario de 200 millones de euros. Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, podría haber puesto finalmente sobre la mesa esta vieja demanda por el escaso impacto en las cuentas públicas. Una de las medidas más reivindicadas en los últimos años, desde que, el 11 de julio de 2012, el Ejecutivo aprobara los recortes y subidas de impuestos para lograr un ajuste de 65.000 euros en dos años y librar a España del rescate. La cultura fue uno de los sectores que más subió. Del 8% se pasó al 21% en los espectáculos culturales. Sólo libros, periódicos y revistas se quedaron en el 4%. Según datos de la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industrial Cultural Española, el año 2013, primer ciclo en el que se aplicaba el IVA cultural, fue uno de los peores registrados, con un descenso de público en un 30%, un 16% menos de recaudación bruta y un 22% menos de recaudación neta. De nada sirvieron las reivindicaciones expuestas y exigidas frente esta medida impopular, denunciada sistemáticamente por todos, especialmente en grandes acontecimientos como los Premios Goya, en donde el mundo de la cultura dejó claras y patentes muestras de sus protestas.  El Gobierno, en especial, Mariano Rajoy y el ministro de Cultura, Educación y Deporte, José Ignacio Wert, se mantuvieron firmes como si las quejas no fueran contra ellos. Pero ahora que necesitan ganar las elecciones el PP se muestra preparado para ceder ante las protestas. A esto se le llama hacer pura demagogia. Claro que este Gobierno es un experto en ella.


Al parecer, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya habría tomado la decisión de anunciar la bajada en el momento más propicio. Para ello, piensa explicar, de nuevo, la delicada situación financiera del país y las presiones de los socios europeos que le obligaron, en contra de su programa electoral, a subir el IVA, el impuesto más sensible ante los cambios fiscales. El tipo general aumentó tres puntos, del 18% al 21%, y el reducido pasó del 8% al 10%. El super-reducido de libros, periódicos y revistas se mantuvo en el 4%. El de los espectáculos culturales pasó del 8% al 21%.  Rajoy insistió en que bajaría los impuestos cuando la situación lo permitiera.  Esta, según él,  parece haber llegado, justamente cuando las elecciones se acercan. De ahí que quiera volver a la situación anterior al 1 de julio de 2012. Frente al mensaje de “Baje ya el IVA cultural”, exhibido y exigido por empresarios y trabajadores del sector, el Gobierno hizo caso omiso. Según los datos aportados por la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Española, en 2013, el primer año completo de aplicación de la subida del IVA, el sector cultural español sufrió la mayor caída de los últimos años, con un descenso que les dejó tiritando: 30% menos de público; 16,33% de recaudación bruta y un 22% de recaudación neta. Pero, a pesar de estas pérdidas, el Gobierno se mantuvo, impertérrito. Dicen que  rebajar la presión impositiva sobre cines, teatros y conciertos era una de las propuestas que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, puso sobre la mesa de Mariano Rajoy para que el presidente la anunciara en el pasado Debate sobre el estado de la Nación. Pero antes, el presidente Rajoy decidió que familias y autónomos puedan liberarse de sus deudas, aplicando el plan del Gobierno. De esta forma, las familias recibirán alguna compensación que alivie la presión fiscal o ayudas directas que palien el esfuerzo para superar la crisis económica. Y ahora, a menos de un año de la cita electoral, Rajoy busca otro gesto para atraerse votos. Pero la pregunta que cabe hacer es ¿por qué, si Francia, Holanda y Portugal, tomaron la decisión de rebajar el IVA cuando vieron las consecuencias negativas, España se opuso a ella? ¿Y por qué ahora es el momento para cambiarlo? Claro que a nadie se le olvida que Rajoy necesita agraciarse con estos sectores en el momento de elecciones. 


El pasado martes, desde Guatemala, Mariano Rajoy, aseguraba  que “a fecha de hoy, no se va a tomar la decisión de rebajar el denominado IVA cultural”, pero añadía que “no es algo que se descarte de cara al futuro”. Para el presidente no es “prudente aventurar” cuándo se va a producir esta rebaja. Tras afirmar que “no todo el IVA de la cultura” está en ese porcentaje, añadió que si seguía el crecimiento económico y la creación de empleo, el Gobierno podría hacer “más cosas en materia fiscal”, aunque “a fecha de hoy no toma esa decisión”. Recordó que la subida del IVA se había producido en un contexto “no habitual en España”, cuando el país estaba “al borde de la quiebra” y del rescate por parte de la Unión Europea. Y añadía que el Gobierno tuvo que tomar decisiones que no le gustaban, como subir los impuestos, pero que han comenzado “a surtir efectos” y por eso ha podido bajar el IRPF y el impuesto de Sociedades que, explicó, tendrán “otra rebaja”, en 2016. Rajoy preve, además, un millón de empleos en dos años y promete “otra” bajada de impuestos. Claro que los españoles ya saben el valor que tienen sus promesas. 


Recordemos que los empresarios culturales enviaron en julio del año pasado una carta al presidente Rajoy, pidiéndole claramente: “Señor presidente, rectifique ya” y dándole dos meses de plazo para que bajase el IVA del 21 al 10 %. La carta al presidente estaba firmada, entre otros, por Juan Diego Botto, Alberto San Juan, Anni B Sweet, Soledad Lorenzo, Pedro Almodóvar, Nuria Espert, Mario Gas, Miguel Abellán y Paco León. Y arrancaba así: “Señor Presidente, debemos transmitirle una vez más nuestra frustración, indignación y angustiosa preocupación sobre el IVA cultural español, el 21%, el más alto de toda la industria de toda la zona euro”. Representantes de la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Española la entregaron en la sede del Gobierno. En septiembre se cumplieron dos años de la subida  y todas las cifras presentadas  mostraban un panorama desolador. La Unión de Asociaciones, que agrupa a 4.000 empresas del sector y a 150.000 trabajadores, aseguraba que ellos siempre habían mantenido “una actitud leal y responsable respecto al Gobierno en la discrepancia constructiva” sobre el IVA, pero que hasta aquí habían llegado: había una “pérdida constante de público”, cifrada en un 30% en estos dos años; “una drástica disminución de la capacidad de producir nuevos contenidos”, “una pérdida, difícilmente recuperable, del tejido empresarial”, y un continuo cierre de empresas que demuestra “nula eficacia de una medida tan absurda como involucionista”. “En Francia, el tipo impositivo fue del 5%; en Grecia, del 9% y en Portugal, del 13%. “Lo que demuestra que no es Bruselas quien impone los tipos y otros países intervenidos lo mantienen reducido”.

El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, dice que no hay nada que anunciar respecto al IVA Cultural.

¿Habrá o no bajada  “fantasma” del IVA Cultural? Si bien el lunes la prensa adelantaba la medida, el Gobierno del PP no pudo dejarlo tan claro. En primer lugar, el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, indicaba que “no hay nada que anunciar” y añadía que el tratamiento fiscal actual es “especialmente beneficioso” para las producciones de las industrias culturales”. Sin embargo, horas después, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, recordaba que esa rebaja “cumple con el programa electoral”. Aunque dejaba sin aclarar cuál sería el momento oportuno. Algo significativo, teniendo en cuenta los pocos meses que restan de legislatura y que aún está en el aire el hecho de que el gobierno de Rajoy vaya o no a presentar unos Presupuestos para 2016, a sabiendas de que no tendría tiempo para aprobar las cuentas antes de las elecciones. “Hay que ver la foto globalmente”, dijo Ferre en el transcurso del desayuno informativo, en el que respondió también a una pregunta escrita planteada por el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva (PP), quien  reivindicó en numerosas ocasiones la necesidad de rebajar el IVA Cultural. “Es una gran noticia que haya cargos peleones –explicó–, para eso estamos y es muy sana esa ambición de cambiar las cosas”  Ferre reconoció que no había tenido éxito al intentar trasladar a la sociedad que la fiscalidad de la cultura “es algo muy amplio”. Para el secretario de Estado la “apuesta” del Gobierno era que la industria cultural tuviera “un mejor tratamiento fiscal como actividad empresarial”, al establecer beneficios fiscales para la producción de películas o espectáculos teatrales y para atraer rodajes procedentes del extranjero. De hecho, en las declaraciones previas a los medios de comunicación, Ferre catalogó a España como un “auténtico escenario natural” que puede atraer inversiones extranjeras en el ámbito cultural. Distintas fueron las palabras de Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior quien aseguró que el anuncio de rebajar el IVA cultural, pasando del 21% al 10%, “cumple con el programa electoral” del PP. Una forma de dejar abierta la puerta a una medida tremendamente popular, aunque no puso fecha para hacer efectiva la rebaja. Fernández Díaz señaló que la subida de este y otros impuestos iba “en contra del ADN del partido” pero recordó que la situación económica del país les obligó a ello. “Estábamos al límite del rescate y tuvimos que elegir entre lo malo y lo peor para evitarlo”. Aseguró que “el país está saliendo de la recesión y el PP, en condiciones de cumplir su programa electoral, rebajando impuestos, como el cultural”. Y añadió que la supuesta rebaja del IVA cultural sería una “muy buena noticia” para el sector, que lo reivindica desde hace tiempo, y para la sociedad en general.

Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes.

Por su parte, Luis Ayllón, asegura que el Gobierno estudia bajadas de impuestos como la del IVA que pagan las actividades culturales, una vez que se inicia el crecimiento de la economía, pero asegura que la decisión no es inminente. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes explica que el Gobierno tiene “la voluntad” de tomar medidas fiscales aplicadas a sectores concretos de la actividad económica, una vez que, en enero de 2015, ha entrado en vigor una decisión que alcanza a una mayoría de españoles, la rebaja del IRPF. Aunque subraya que no está prevista “ninguna decisión inminente”. Y Luis García Montero escribe en Público.es, bajo el título “La Vergüenza nacional”, en la sección “La realidad y el deseo: “Aunque es grave ser el hazmerreír y el sainete de la comunidad internacional, mucho peor es soportar el aire cotidiano de la vida interior, la tristeza de volver con paso acelerado a la España del caciquismo, la prepotencia y los desmanes. Parece que la historia no va a acabar nunca con la avaricia y el deshonor del ruedo ibérico, la corte de los milagros y el cortijo de la escopeta nacional”. Y, tras hacer un minucioso examen en algunos síntomas del esperpento hispánico, termina recordando: “Son algunos acontecimientos en los que se mezcla de todo: la corrupción económica, la falta de escrúpulos políticos, los policías tocados, los jueces consentidores y la violación de los derechos cívicos. La España de charanga y pandereta, la España de la corte de los milagros, la España de Jarapellejos vuelve a imponerse con las mentiras, los silencios y las cloacas del PP en Madrid. La luz del amanecer cae todas las mañanas sobre la conciencia como un grito de desolación y de rabia. Los que van de españolistas nunca han respetado a España. Esto no es ser de derechas… esto es otra cosa”.


Gómez Fabra, empresario de cine, insiste en que, en 2013 se cerraron en España 61 cines, que suponen 212 pantallas menos, la taquilla cayó un 22%, la asistencia, un 15% y se perdieron un 12% de puestos de trabajo. “Hubiéramos aceptado la subida general de 2 puntos pero no los 13 que impusieron a la cultura. La situación es angustiosa. El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, habla de nosotros de forma despectiva. Y el Ministro de Cultura ni está ni se le espera. Por un plato de lentejas, por 60 millones de euros en el caso de la exhibición cinematográfica, están matando el futuro”. Cimarro incidió en que le daban dos meses al Gobierno para recapacitar y “parar este maltrato”, y le recordaba a Rajoy que hay miembros del PP –los presidentes autonómicos de Castilla y León, Extremadura y Madrid– que han declarado públicamente apoyar esta bajada. “Incluso la vicepresidenta del Gobierno reconoció por dos veces que estaban estudiando ese descenso”. Emilio Santamaría, representante de los técnicos habló de “arcas exhaustas”, de un Gobierno “que tiene la sensibilidad de un grelo”, y que, en estos días, alguien como Andrés Segovia, el genio de la guitarra “hubiera acabado tocando en la calle”. “Aún así no podemos tirar la toalla. No somos el mundo del glamur, sino los trabajadores cuya labor supone el 4% del Producto Interior Bruto”.Los presentes mostraron su enfado porque “destruir es fácil, construir es muy difícil y serán décadas de desierto cultural”. Y reflexionaron en alto sobre los intangibles de la cultura, cuyos mayores logros son difíciles de medir: “Somos una gran potencia cultural, pero nos marginan y castigan. Pagamos una crisis que, en su mayor parte, han creado los mismos políticos”. Los empresarios culturales no concretaron qué harían cuando se acabasen los dos meses de reflexión: Colom apostó por “medidas creativas”, Cimarro dijo que “estamos trabajando en ellas”, y Gómez Fabra habló de la dificultad de poner tanta gente de acuerdo. Todos ellos explicaron que, con la subida del IVA, resurgió la economía sumergida que “tanto nos ha costado erradicar”,  señalando directamente como culpable a Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda. Y Colom adujo: “No puede ser lo mismo ver un lope de vega que comprarse un bolso de lujo en la madrileña calle de Ortega y Gasset. Los ciudadanos españoles no se merecen este IVA".

Los madrileños cines Tívoli, cerrados y a la venta. 

En la carta, se reflexionaba sobre el hundimiento del sector cinematográfico. Ramón Colom, como jefe de los productores, recordaba que las ayudas  –“ayudas y no subvenciones, porque por cada euro que da el Gobierno, la industria del cine le devuelve dos”– en España han pasado de 49 millones en 2012 a 39 en 2013 y a 33,7 millones en este año. Y daba cifras de las ayudas en otros países: en Italia, el Estado da 70,4 millones de euros; en Reino Unido, 120 millones; en Alemania, 340 millones, y en Francia, 770 millones. “¡Claro que Ocho apellidos vascos ha recaudado 55 millones de euros, de los cuales unos 15 irán directos al Gobierno por el IVA! Pero, ¿alguien se plantea cuánto hemos perdido?”, contaban los del cine. “El IVA ha aumentado las arcas del Estado estos dos años, pero son pan para hoy y hambre para mañana, porque cierran las empresas, desaparecen ingresos impositivos y cotizaciones de trabajadores, aumentan los subsidios para parados...”. Otros datos aportados por FAPAE aseguraban que el presupuesto de las películas españolas sigue descendiendo: solo 18% de los rodajes cuentan con un presupuesto alto (a partir de 5 millones de euros). El presupuesto medio, en 2014, era de 1,5 millones (datos provisionales). En 2013 fue de 1,6 millones y en 2009 era de 3 millones. Y según los productores, una película filmada en 2013, con un presupuesto alto de siete millones de euros, recibió del Estado 1,2 millones. Ya antes de su explotación comercial solo con sus pagos por IVA, IRPF y Seguridad Social, le retornó al Estado 1,7 millones de euros. Aseguraban, aunque no decían el nombre del filme, que esta película realizó 1.624 altas de trabajadores: algunas de 3 meses y otras de días.


Pérez-Reverte presentó “Hombres buenos”, su última novela, un viaje a finales del siglo XVII por una España “a punto de caramelo” en la que el progreso y la ilustración parecían al alcance de la mano. "La pijocultura de Zapatero -apunta el escritor- que era superficial y absolutamente facilona, y los del PP que, con un desprecio olímpico, se están cargando la cultura, lo que nos deja en una situación muy delicada respecto al futuro. Sin cultura somos democracia de baja calidad”. Se trata de un libro en el que se ven las caras dos Españas con tres siglos de separación, un país con una patológica tendencia al fracaso cuyo diagnóstico el académico lo tiene claro: “Antes, los hombres buenos estaban callados por el trono y el altar, los dos grandes frenos que detuvieron esa gran esperanza que suponía el siglo XVIII, ahora los frena la demagogia, la estupidez, el ruido mediático y la profunda incultura”.  En ese canto a la ilustración Pérez-Reverte se remonta a una España todavía capaz de ilusionarse con un nuevo tiempo de esperanza, con la idea de dejar atrás siglos de oscuridad siguiendo la estela del país vecino, una Francia entregada a la renovación del pensamiento y convertida en un auténtico polvorín cuya ansia de libertad hacía tambalear tronos y mundos establecidos. “Sentí una tristeza enorme mientras escribía el libro y también la necesidad de huir, de querer ser francés, inglés, alemán o ruso. No quiero sentirme vinculado afectivamente a un país tan vil con sus hombres brillantes”. Arturo Pérez-Reverte sostiene que “no hay verdadera democracia si no hay cultura, si tenemos a un pueblo analfabeto”. Para el escritor, un pueblo analfabeto es más manipulable, más prisionero de determinados discursos. “Ahora mismo nos hacen falta más hombres buenos que nunca”. Pérez-Reverte considera que el actual Gobierno está desmantelando “de forma criminal” la cultura.

“La manada de mequetrefes con despacho y coche oficial –titula Pep Roig en su escrito que publicó el pasado domingo en el diario Ultima Hora, de Palma de Mallorca–. El humorista no se limita a plasmarlo en ese titulo sino que va más allá y se lía con el humor de la Real Academia Española, que lo define escueta y correctamente: mequetrefe es el hombre entremetido, bullicioso y de poco provecho. O sea: el político, o muchos políticos, o algunos, por lo menos, de los que nos ha tocado en mala suerte, en España, en Baleares, en Europa o en el mundo entero. “Es –se atreve el dibujante isleño a generalizar– la abundancia de mequetrefes que con demasiada proliferación ocupan áreas importantes del poder políticos, es decir, las que nos afectan directamente y pagamos las consecuencias los ciudadanos, es lo que propicia este desastre social, cultural y económico a gran escala internacional, por culpa de esos entrometidos con cartera negra de cuero, despacho y coche oficial a los que los ciudadanos irresponsables les cedemos la potestad de decidir sobres nuestros cuerpos, almas y haciendas, a cambio de absurdas promesas que no entendemos y que nunca cumplen, a derecha, izquierda o centro. Yo, que soy un mequetrefe, fui tentado por un determinado partido político para ejercer de mequetrefe en las tareas de la campaña electoral y un posterior y bien pagado cargo de mequetrefe oficial, una vez alcanzado el Gobierno. Rechacé la oferta, porque no me considero lo suficientemente mequetrefe como para ejercer mi “mequetrefería” con garantías. Tal vez, de haber aceptado, ahora sería un mequetrefe compartiendo celda en el conocido edificio con rejas de la carretera de Sóller. Porque si en lugar de mequetrefes, los que ocupan las plazas de mando políticos fueran gente solvente, consecuente y respetuosa, nos estaríamos padeciendo esa permanente política basada en la propaganda y la descalificación, y si podríamos hablar de eficacia”.  


El voto en contra del PP y la abstención del PSOE y de los nacionalistas de CiU y del PNV impidieron aprobar el martes pasado, en el Pleno del Congreso, una moción de Esquerra Republicana (ERC), apoyada por Izquierda Plural y UPyD, que pedía eliminar los coches oficiales que no sean necesarios por motivos de seguridad y los viajes de políticos en clase preferente.


Otros fotomontajes del momento:





La portada de Internacional New York Times del miércoles pasado aparecía con esa fotografía de Pablo Iglesias y un reportaje sobre “La nueva izquierda sacude la política en España”. En el texto se recordaba que él  “ha prometido reestructurar la deuda. Ha dicho que es el momento de cambiar las leyes ‘que permiten a los ricos seguir robando’. Ha prometido que Bruselas ‘no nos puede poner en peligro’ y que ‘no queremos más jefes de Gobierno que obedezcan en vez de negociar’. No es en Grecia –añade el diario que entrevista al líder de Podemos –. Es en España”.


Veinte años después de la desaparición de Ovidi Montlló (muerto el 19 de marzo de 1995), recordamos este personaje, que aparece en la web “La lamentable”. Esta es la memoria gráfica del cantante valenciano de la Nueva Canción y actor, a través de una fotógrafa catalana, Pilar Aymerich Puig, especializada en el reportaje y el retrato. Su trabajo gráfico ha ido apareciendo a lo largo de los años en diversas publicaciones periódicas como Triunfo, Destino, Cambio 16. El País, Fotogramas, Qué leer… A finales del año 2004, realizó una exposición destacada en el Museo de Historia de Cataluña. “Memoria de un tiempo. 1975-1979” trata sobre la transición española en Cataluña. Pilar Aymelirch ocupa diversos cargos en el Colegio de Periodistas y en otros órganos del periodismo gráfico. En 2005, recibió la Cruz de San Jordi. En cuanto a Ovidi Montlló, confieso abiertamente que es uno de los cantautores catalanes que más me gustó en los finales del siglo XX. Y me sigue gustando al escuchar sus canciones. Tres de ellas las incluyo al terminar esta web. Contó con 12 álbumes editados y con la participación en medio centenar de películas, 30 montajes teatrales y varios programas de televisión.  
Pilar hizo esta fotografía, en 1969, tiempo de las primas canciones de Ovidi Montlló. 

Ovidi Montllor, en la plaza del Rei, en el mismo año. Así le fotografió Pilar para un reportaje de Monserrat Roig, publicado  en la revista Serra D’Or. Se titulaba “Otras voces, en otros ámbitos” y hablaba de la imposibilidad de crear en la época franquista. Muchos de los recitales de Ovidi se le prohibieron. Con el teatro cerrado, marchaba con su guitarra y se dirigía al restaurante de Can Pere para cantar a sus amigos.

Concierto ofrecido en 1967 en el Centre Catòlic d’Horta. Ovidi comenzaba así:
Si em permeteu l’expressió:
Visca la revolució!

Després d’aquestes paraules,

molta gent s’esverarà.

D’altra potser no s’esvere,

D’altra no em coneixerà.
Si em permeteu l’expressió
Visca la revolució!


En las montañas de Castelldefels, en 1979, después de un incendio. “Esta fotografía   –recuerda Pilar Aymeirch –le  gustaba mucho. Yo  le decía que se parecía a Alain Delon”.

Actuación en  Celeste, el año 1973.
En el Park Güell, con Toti Soler, el 1973. 

Con Francesc Pi de la Serra (1992). Una foto tomada para ser publicada en la colección de libros “Diàleg a Barcelona”, del Ayuntamiento de Barcelona.


Portada del disco “Uno entre tantos”. Para la canción “La fera ferotge”. “Al subirse a un escenario –recuerda Pilar Aymerich–, se convertía en esto, en una fiera feroz : combativo, político, defensor de la Justicia. Cantanto o recitando, nos hacía sentir que, al salir a la calle, podíamos cambiar el mundo… Pero, de pronto, le salía la ternura, recitando un poema de Vicent Andrés Estellés o cantando “Teresa”. En otros momentos, sus ojos reflejaban la ironía  y socarronería valenciana”.


En el estudio. Mis vacaciones.
Tot ben senzill

i ben alegre.

Em creureu mort.

Jo no hauré mort.

Faré vacances!



El humor de esta semana, en la prensa: Forges, El Roto, Asieryjavier, Peridis, M. Fontdevila, Macías-Monsalvet, Pat, Franchu, Malagón…












Pep Roig, desde Mallorca, dibujó esta semana: Dios santo, que estás en el BOE,  José Ramón Bauzá (Presidente de las Islas Baleares y titular de una de las farmacias de su municipio de residencia), cofrade mayor, Decencia in, Sabe los que les sostiene y La mala di  gestión. 






Recordamos el frustrado intento de eliminar los coches oficiales que no son necesarios por motivos de seguridad y los viales políticos en clase preferente. El voto en contra del PP y la abstención del PSOE y de los nacionalistas de CiU y del PNV impidieron aprobar el martes en el Pleno del Congreso una moción de Esquerra Republicana (ERC), apoyada por Izquierda Plural y UPyD, que pedía precisamente esto. A propósito del mismo, presentamos el primero de los siete vídeos que hoy ofrecemos, El príncipe pobre.

 



   

Jon Bilbao entrevistó a Manuela Carmena, una jueza atípica y una de las primeras españolas que ocupó ese cargo del Estado. Se jubiló en 2010, pero sigue muy ligada a la justicia. La llaman Manuela, la justiciera.

 



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