martes, 18 de septiembre de 2018

“P. Sánchez renuncia a defender los derechos humanos, si eso supone un riesgo económico”.


Pedro Sánchez, a manos de Ana Pastor.

Con este titular de Iñigo Sáenz de Ugarte en Eldiairo.es, el presidente socialista hace un balance de sus primeros 100 días en el cargo, tratando de explicar y justificar su actuación en los momentos más conflictivos. “La entrevista de Ana Pastor a Pedro Sánchez, en La Sexta, la noche del domingo, nos ha permitido confirmar dos hechos básicos en la decisión del Gobierno español de autorizar la venta de bombas a Arabia Saudí para su uso en la guerra de Yemen. Hubo una amenaza directa del Gobierno saudí de poner fin a las relaciones económicas con España, y toda esta crisis se originó por lo que fue un error de la ministra de Defensa, según la versión ofrecida por Sánchez.

“Hay algo más que admite varias interpretaciones, pero que Sánchez dejó claro en una de sus respuestas. Está muy bien tener una política de derechos humanos, pero no tanto si eso pone en peligro inversiones y puestos de trabajo. Una guerra en la que han muerto decenas de miles de personas es algo terrible, pero un Gobierno puede colaborar con ella, aunque sea de forma reducida, y no sentirse responsable. ¿Por qué? Tiene mucho dinero que perder. En varios medios de comunicación, se informó de que el Gobierno saudí había protestado por la decisión de Margarita Robles de suspender la entrega de bombas guiadas por láser en un contrato aprobado por el anterior Gobierno y ya pagado por el cliente. El Gobierno no se atrevió a concretar mucho más. Los saudíes, a diferencia de la crisis que han tenido con Canadá, prefirieron optar por la discreción y no hacer público su enfado. Seguro que pensaban que este era un problema que podían arreglar sin levantar la voz.

Sánchez -explica Sáenz de Ugarte- fue bastante claro en la entrevista: “El dilema que tenía este Gobierno era romper las relaciones comerciales, económicas y políticas con un tercer país, con el impacto que eso podía tener en determinadas zonas de este país, por ejemplo, la bahía de Cádiz, o cumplir con un contrato que firmó la anterior Administración”. El peligro consistía en perder el contrato de construcción de cinco corbetas por valor de 1.800 millones de euros en las instalaciones de Navantia, en Cádiz y Ferrol. Esa fue la amenaza que llegó de Riad. La ministra de Defensa quedó completamente desautorizada. Fue señalada como la causante de esta crisis. Sánchez dijo que Robles no fue consciente de las dimensiones comerciales de esa decisión, con lo que hay que suponer que la tomó sin consultarla con Exteriores, Economía o Moncloa. Cabe la posibilidad de que esto no haya sido así, pero los comentarios de Sánchez hacen pensar que el Gobierno tuvo que reaccionar ante una situación creada por Defensa”. Sáenz de Ugarte lo constata en la frase: “No es lo mismo ser ministro que presidente –eso lo sabemos todos–, pero la humillación política sufrida por Robles es de las que dejan huella”. Y resume: “Los derechos humanos, para los que se los puedan permitir. Aunque esto no lo diga la legislación”. La periodista acabó la entrevista con un agradecimiento irónico hacia el presidente: “Gracias por cumplir, 5 años después, su promesa de venir”.

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