domingo, 14 de octubre de 2018

Catástrofe en Mallorca.


Trece personas murieron por la catástrofe mallorquina de Sant Llorenç de Cardassar, tras el desbordamiento de un torrente, en la comarca de Levante, donde se registraron más de 230 litros de lluvia por metro cuadrado. Los equipos de rescate no descartan que se incremente la cifra de personas en paradero desconocido. De la docena de fallecidos ya han sido identificados seis españoles, tres alemanas, dos británicos y una holandesa. Bernat Estelrichfue encontrado sin vida, en su casa. Entre el resto de víctimas, Joana Lliteras, madre de Artur, un niño de cinco años que permanece desaparecido; Gabriel Mesquida, herrero de la localidad de Sant Llorenç; Joana Ballesteros, octogenaria, hallada en las afueras del pueblo; Rafael Gili, exalcalde del municipio colindante de Artá; Juan Grande, taxista que transportaba en su vehículo a los pasajeros escoceses, Antoni Bernon Green y Delia Mari Green y la ciudadana holandesa Tine Noig. Los especialistas peinan el terreno a conciencia para encontrar a Artur. A los 900 efectivos de los servicios de emergencias se sumaron cientos de voluntarios que continuan los trabajos de limpieza para despejar las calles de lodo, de coches y de todo tipo de enseres arrastrados por la corriente. Las instituciones ultiman ya las primeras ayudas sociales y económicas a los damnificados y empiezan a reconstruir las infraestructuras arrasadas. Se trabaja con ahínco para que el pueblo recobre lo antes posible la normalidad. En calles y casas, los vecinos y los equipos de emergencias redoblaron los esfuerzos para retirar el barro, los vehículos y muebles arrastrados, y los animales anegados por la riada.


El pasado jueves, recordábamos en estas páginas: “De la isla de la calma descubierta durante la primavera de 1893, en la que un artista y literato fue seducido por ella, a la isla tocada por la catástrofe de hace dos días media más de un siglo. La Mallorca que fue fuente de inspiración de Santiago Rusiñol tanto para la pintura como para la literatura es hoy arrastrada por la ola catastrófica que rompe con la imagen de sosiego labrada a lo largo de decenios. De la idílica imagen rusiñoliana llegamos a la otra cara de la naturaleza que se abalanzó violentamente sobre la isla, aciaga y desastrosa que hoy nos ocupa, en la que cientos de profesionales de distintos servicios de emergencias buscan a los heridos y desaparecidos tras una riada que asoló la localidad de Sant Llorenç (de 8.000 habitantes) al desbordarse el torrente”. Hoy, cuatro días después de esta catástrofe en Mallorca, recopilamos el tema, ampliando y profundizando su contenido. La Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) asegura que, en la zona de San Pere, se acumularon más de 230 litros por metro cuadrado en un solo día, más de un tercio de lo que suele llover en todo el año. Las precipitaciones intensas registradas el martes en Baleares fueron “extraordinarias”, muy localizadas, poco frecuentes e históricas. Rubén del Campo, portavoz adjunto de la Aemet, explica que, aunque las medias fueron “un valor teórico”, en la zona más afectada se recogieron más de 200 litros por metro cuadrado, cuando lo normal en el conjunto del año es de entre 600 y 800 litros por metro cuadrado. “En un día -subraya-, cayó un tercio de lo que llueve en todo el año o incluso más”. Y señala que, en torno a las 21.30 horas, el riesgo se intensificó y se emitió un aviso rojo (extremo) al preverse una acumulación de más de 200 litros por metro cuadrado en algunas zonas. Era el nivel máximo de aviso. 


“Al meu país, la pluja no sap ploure: o plou poc o plou massa; si plou poc és la sequera, si plou massa és un desastre” (en mi país, la lluvia no sabe llover: o llueve poco o llueve demasiado; si llueve poco es la sequía, si llueve demasiado es un desastre), canta el valenciano Raimon para referirse a las riadas que periódicamente anegan las costas del Mediterráneo tras los meses de calor y escasez de agua. Del Campo admite que es “muy difícil predecir una precipitación tan intensa y tan localizada”. Y añade que “con la tecnología actual es muy difícil afinar más la predicción”. Indica que esta precipitación fue “muy local” y la define como “excepcional” en cuanto a la cantidad y la duración. De hecho, añade que el departamento de Climatología de la Aemet ha estudiado cada cuánto tiempo puede ocurrir una cosa así. “De acuerdo con este estudio del periodo de retorno, en la estación más próxima a la colonia de San Pere, donde se recogieron 233 litros por metro cuadrado, esto puede suceder una vez cada más de mil años”, e insiste en que este fenómeno es “muy poco frecuente”. En Artá, donde se recogieron 161 litros por metro cuadrado, el periodo de retorno es de 80 años. Por otra parte, Víctor Romero escribía el jueves en ElConfidencial, bajo el título “Barro y rabia en Sant Llorenç”, que la ubicación y el urbanismo del pueblo fueron su trampa. “Los habitantes del pueblo están tan desconcertados que todavía están tratando de entender por qué la naturaleza tuvo el capricho de castigarles con tanta crueldad… Sant Llorenç es la zona cero de la tormenta perfecta que el martes descargó más de 200 litros de agua por metro cuadrado en apenas un instante. Un hecho insólito. Hay casas arrasadas, comercios destrozados, garajes con las puertas de persiana reventadas por el agua y barro, mucho barro. Tanto, que el asfalto ha desaparecido de sus calles bajo un manto de color ocre sobre el que es imposible caminar sin quedar marcado por encima de los tobillos. Como si el pueblo hubiera retrocedido un siglo, a las travesías de polvo y tierra que enlodaban las lluvias del otoño”. 

      Vista de una calle durante la riada.

“El torrente de Ses Planes (el canal que debía canalizar el agua procedente de las montañas y laderas circundantes) fue ampliado y mejorado hace tres décadas, cuando otra riada dio el primer aviso. Ahora se ha revelado insuficiente. La ubicación del pueblo fue su propia trampa. Podría decirse que el urbanismo de travesías estrechas, la situación orográfica de la trama urbana, justo al final del pequeño valle, pegada a la orilla del barranco, o un canal demasiado angosto están detrás de la tragedia, con 12 muertos ya contados aquí y en las localidades cercanas de s'Illot y Artà. Serán 13 cuando aparezca el pequeño”. Los fallecidos son seis hombres y cuatro mujeres, y tres de ellos son extranjeros, una pareja de británicos y una mujer holandesa. Todas las víctimas mortales son personas de mediana o avanzada edad. Además, hay un niño de cinco años que continúa desaparecido. Su madre es una de las fallecidas. La mujer iba en un coche con sus dos hijos menores de edad en el momento en el que fueron alcanzados por la riada, y consiguió salvar a su otra hija). Podría buscarse el error humano -prosigue Víctor Romero-. La alerta llegó tarde; falló la predicción meteorológica. Pero en Sant Llorenç miran al cielo. ‘El canal se amplió 16 metros en los años ochenta, más incluso de lo que recomendaban’, afirma un policía local. ‘La gente que se acuerda sabe que la otra que hubo no fue como esta. Esta ha sido distinta. Lo que ha ocurrido es una barbaridad’, dice María Antonia, como refiriéndose a algo sobrenatural. Es la rabia contra la lluvia. La pregunta es cómo es posible que un pueblo esté construido en plena rambla. Sant Llorenç des Cardassar lleva ahí más de dos siglos… Los vehículos retirados, inservibles, destrozados, magullados, se van amontonando en un descampado en la calle de acceso al pueblo y en un depósito improvisado cerca de la estación. Es como un desguace, con la diferencia de que hace apenas 24 horas todos estaban aparcados delante de las puertas de las viviendas de un pueblo del interior de la isla que vivía tranquilo de la agricultura, del comercio local y, fundamentalmente, del turismo de los hoteles de las playas, las calas y los puertos deportivos a poca distancia…Cristina no puede reprimir las lágrimas mientras saca barro y agua a la calle desde el rellano de su casa, a pocos metros del barranco de Ses Planes. ‘Pasó y ya está. Estamos vivas’, se resigna. Ella y sus dos hijas subieron al tejado por temor a que el torrente de agua, que se elevó por encima del metro de altura, las arrastrase. Cristina aún no sabe quién pagará los daños de su vivienda. ‘No me he parado todavía a pensarlo. Supongo que el Consorcio de Compensación de Seguros’. Otro vecino lo pone en duda: ‘Si lo declaran zona castatrófica, los seguros no pagarán nada. Tendremos que buscar todos los papeles que podamos para poder recibir ayudas’”.

 Rafa Nadal colabora en las tareas de limpieza.

Son Cervera, Manacor, Son Carrió… Sufrieron las lluvias torrenciales, pero sin tanto castigo. Familiares, amigos y vecinos trabajaron día y noche bajo con los focos de las máquinas. El tenista Rafael Nadal cedió sus instalaciones deportivas en Manacor, en donde reside, para dar refugio a quienes no podían dormir en sus casas. Y se acercó al lugar del siniestro, en donde cogió una pala, como uno más.  El tenista, que vive en Porto Cristo, a once kilómetros de la zona, se trasladó hasta Cardassar y se pasó varias horas ayudando en las labores de limpieza. Nadal cambió las zapatillas y la raqueta por unas botas de goma y un cepillo y se puso a achicar lodo y agua de un taller mecánico de Sant Llorenç. El número uno mundial del tenis llegó en torno a las 15.00 horas y estuvo colaborando con las labores de limpieza buena parte de la tarde. El miércoles, reiteró su ofrecimiento. “Tal y como hicimos ayer, volvemos a ofrecer hoy las habitaciones del Rafa Nadal Sport Centre y de la Rafa Nadal Academy para todos los afectados que necesiten alojamiento”, comunicó el jugador en sus redes sociales. En su perfil de Twitter, declararía: “Día triste en Mallorca. Mi más sincera condolencia a los familiares de los fallecidos y heridos por las graves inundaciones en San Llorenç”.

Nadal, en la portada de Times.

El jueves, Rafael Nadal fue el protagonista de la portada del diario inglés 'The Times', después de hacerse pública su participación en los trabajos de limpieza tras las trágicas inundaciones. El tenista español apareció en un taller de Sant Llorenç para ayudar a limpiar, y, en cuanto saltó la noticia, los medios se agolparon a la puerta. El deportista intentó pasar desapercibido, evitó a la prensa y no hizo declaraciones, pero su presencia no pasó desapercibida. Nadal ofreció las instalaciones de su centro deportivo en Manacor para “todos los afectados que necesiten alojamiento. Su centro deportivo alojó en la noche del martes cerca de 50 personas, que acudieron tras las intensas lluvias y el desbordamiento del torrente. Nadal se empeñó en no hacer ninguna declaración sobre el suceso, convencido como estaba de que su presencia en el pueblo no debía opacar el asunto en torno al que todo debía pivotar. El tenista insistió en negarse a ser el protagonista de la luctuosa jornada y pidió que no se le grabase. Pero todo su intento cayó ensaco roto. La fotografía de Times dio la vuelta al mundo. Las muestras de admiración y respeto hacia el deportista español sirvieron como acelerada réplica a su implicación en las tareas de limpieza de un taller en el que el agua había alcanzado un nivel próximo a los dos metros de altura. Ricky Rubio, Marc Márquez o Carlos Sainz Junior fueron algunos de los que se pronunciaron con elogios hacia el deportista de Manacor. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la presidenta del Gobern Balear, Francina Armengol, en Sant Llorenç de Cardessar.

El mismo jueves, el Consejo de Ministros inició los trámites para la declaración de zona catastrófica de la comarca del Llevant de Mallorca tras las inundaciones por las lluvias torrenciales del martes que dejaron una decena de muertos. Así lo había anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que visitó la zona afectada y aseguró que las ayudas económicas se pondrían en marcha de manera inmediata. Tras dar el pésame a las familias y trasladarles todo el “cariño y empatía” del Ejecutivo, el presidente Sánchez destacó que “lo importante es dar certezas de que el Gobierno volcará todos los recursos necesarios para que los afectados puedan recuperar su día a día”. El Gobierno balear lamentó la “catástrofe natural” y eludió toda responsabilidad, al tiempo que anunció que mañana mismo desplegaría un equipo de trabajadores sociales para evaluar “casa por casa” los daños sufridos. El rey Felipe VI telefoneó a la presidenta balear, la socialista Francina Armengol, para interesarse por el estado de los heridos y las familias de los fallecidos. Pero hasta el viernes, tras el desfile, no “se hizo la foto” en el pueblo con las víctimas de la catástrofe. El presidente del PP, Pablo Casado, también se desplazó a la zona, acompañado por el representante regional, Biel Company. Casado apeló a la “unidad” de todos y recalcó que “en esto no hay partidos ni colores”. Sin embargo, los diarios hicieron alusión a errores de coordinación que agravaron la tragedia y a deficiencias urbanísticas. Los bomberos del Consell de Mallorca denunciaron falta de instrumental adecuado para acceder a las zonas inundadas o de difícil acceso, así como falta de coordinación que provocó escasez de efectivos en un primer momento y un “exceso” después. Los Bomberos de Palma criticaron que el Govern no les llamó “para ahorrar”. Según el Colegio de Geólogos, el riesgo en la zona “era conocido”, pero no se tomaron “medidas de precaución”. “La tragedia de Mallorca revela graves errores de coordinación y urbanísticos”, tituló “El País”. “Una catástrofe no tan inevitable”, lamentó El Mundo. Según ABC, “Armengol no movilizó a los bomberos de Palma de Mallorca”. “¿Una tragedia inevitable?”, se preguntó La Razón. 

Cardesaar, después de la tragedia.

El torrente de Ses Planes, que se desbordó en la tarde del martes debido a las fuertes lluvias, provocando un dramático desenlace, presentaba desde hace tiempo graves problemas de mantenimiento, con maleza en su cauce e incluso árboles en las riberas. OKDiario denunció: “Desde la llegada al poder del gobierno social-independentista de Armengol -con apoyo también de Podemos– el torrente no ha sido limpiado ni una sola vez. Los expertos señalan que, dado el volumen de agua -hasta 220 litros por metro cuadrado en lluvia torrencial- las consecuencias habrían sido inevitables. Aunque menores, eso sí, si la conservación fuese la adecuada, si los cauces hubiesen estado limpios. La zona cero de la catástrofe es especialmente complicada por su orografía, lo que ayudó a la desgracia. Pero a ello contribuyó también, y muy especialmente, el precario estado del cauce y la canalización deficiente, de hormigón, que hizo que la localidad de San Lorenzo se viese anegada en cuestión de minutos. Las imágenes mostraron cómo la corriente, descontrolada, invadía rápidamente las calles, arrasándolo todo a su paso. En septiembre del año pasado, la consellería de Medio Ambiente aprobó un contrato por valor de 2,4 millones para limpieza y adecuación de torrentes, de aplicación insuficiente, según la oposición. Según admitió Medio Ambiente, el plan de inversión solo permitía adecuar anualmente un 10 por ciento de la red de torrentes. Es decir, hasta 2027 no podrían estar en condiciones. Una circunstancia que los expertos consideran insólita: el mantenimiento debe ser continuado”.

       Un tercio de Sant Llorenç se construyó en zona inundable.

El primer aviso desde San Lorenzo se produjo, según OKDiario, sobre las seis y media de la tarde. “Por entonces, el torrente ya se había desbordado y el agua avanzaba imparable. En aquel momento, la presidenta Armengol y buena parte del Govern se disponían a acudir a la inauguración de una exposición fotográfica organizada por el diario ‘Última Hora’. “La presencia de Armengol estaba prevista a las siete y media de la tarde, cuando ya los bomberos se encontraban en la zona y los servicios de emergencia, activados. Por las redes circulaban imágenes dantescas de la localidad. Pese a ello, el gobierno regional permaneció en el evento. La presidenta balear no se comunicó con el Ejecutivo central hasta las once de la noche del martes, cuando se había confirmado ya la existencia de un primer fallecido. El miércoles, Armengol no visitó la zona hasta las doce de la mañana, momento en que compareció por primera vez ante los medios. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegó dos horas después. A estas quejas se sumaron en las últimas horas las de los Bomberos de Palma, que criticaron con dureza al gobierno balear por no movilizarlos ante la tragedia”. 

Las quejas de los bomberos.

La Agrupación Profesional Bomberos de Palma (APBP) y la Agrupación Cultural y Deportiva (ACiE) de dicho cuerpo de emergencias se ofrecieron voluntarios para acudir a ayudar a la zona afectada por las inundaciones y expresaron su “impotencia” por no haber sido activados. “El Govern no ha mandado a todos los medios de emergencia”, aseguraron en un comunicado en sus redes sociales. Ellos mismos tuitearon: “Desde @BombersPalmAPBP, nos vamos a organizar como voluntarios para que nos envíen a Sant Llorenç. Estamos para ayudar y mucha gente necesita ayuda. Ya que no nos movilizan lo haremos nosotros”. Posteriormente, añadieron que acudieron al parque de bomberos de Son Malferit de Palma “voluntarios de todos los turnos”. “Tanto el alcalde como la regidora y el jefe nos aseguran que han ofrecido recursos a la coordinación del siniestro, pero que DG Emergencias dice que no”.  Por su parte, la ACiE tuiteó: “Como bomberos profesionales comprometidos, sentimos vergüenza y mucha impotencia”. “Todas estas bombas deberían estar achicando agua en la zona afectada desde hace horas. Siguen paradas en Palma”.  

      Un tercio de Sant Llorenç se construyó en zona inundable. El cauce de hormigón proporcionó una “falsa sensación de seguridad”.

El geógrafo y experto en inundaciones, Miquel Grimalt asegura el miércoles, en El Periódico de Catalunya, que “el torrente de Sant Llorenç parecía diseñado por un asesino en serie (...) y el municipio, con los años, se ha metido literalmente en su cama”. El programa 'Al Dia', de IB3 Ràdio,  señala que “es la naturaleza la que ha creado una cuenca en la que el agua se recoge a una velocidad increíble” y “no hay culpable”, ya que el problema se debe a que “al llover 150 litros en dos horas, se ha recogido una punta de caudal parecida a la que puede pasar por el río Ebro, pero, en este caso ha pasado por una rambla de pequeñas dimensiones, y en ese momento se ha producido la inundación”. El desbordamiento del torrente de Sant Llorenç, en la comarca mallorquina de Levante, deja a su paso un paisaje desolador. Grimalt asegura que “el cambio climático no es el responsable de lo sucedido” porque, según explica, “las lluvias han sido propias del clima mediterráneo”.  Lo que se tiene que hacer es “aprender a convivir con eso y no ignorarlo”. Grimalt manifiesta el hecho de que “no se pueden ocupar las llanuras de inundación” y reclama “recuperar el espacio fluvial” para evitar este tipo de catástrofes. Considera que este suceso “ha ocurrido por mala suerte” y recalca el hecho de que no ha habido culpables, sino que han sido las fuertes precipitaciones y el caudal con mucha agua, pero añade que no tendría que haber habido gente tan cerca.  En el 2011, durante los días 10 y 11 de noviembre, hubo los mayores temporales que se recuerdan de la historia de la isla. Fuertes lluvias y vientos huracanados de hasta 150k/h se cobraron la vida de cinco personas y causaron daños en viviendas y carreteras, además de arrancar hasta 800.000 árboles. La isla también sufrió apagones que afectaron a más de 200.000 personas y más de 150.000 estudiantes no pudieron ir a clase por razones de seguridad. Las pérdidas provocadas por el temporal superaron los 60 millones de euros y el Govern pidió la declaración de “zona catastrófica”.  Otra tormenta devastadora fue la que hubo en 1989. El 6 de septiembre de ese año, cayeron 380 litros por metro cuadrado en la comarca de Levante y cinco personas fallecieron como consecuencia del temporal (tres en Mallorca y dos en Ibiza). Las explotaciones agrícolas y las infraestructuras turísticas quedaron totalmente inundadas. La fuerte tormenta del 2007 fue de menor calibre que las anteriores. Hubo vientos de hasta 109 kilómetros por hora y cayeron hasta 900 rayos en el mar que provocaron varios heridos y decenas de personas evacuadas. 


Geógrafos e ingenieros coinciden en que las lluvias como las que han provocado esta catástrofe en Sant Llorenç no se pueden evitar, pero sí los riesgos, que aumentan por la práctica que fue común en España durante los 70 y 80 de desviar cauces naturales de ríos y torrentes para la edificación. Según señala a Europa Press el geógrafo y expresidente del Colegio de Geógrafos de España, Antonio Prieto, la catástrofe se ha debido a dos factores: por un lado, a la cantidad “excepcional” de agua que ha caído en pocas horas (de más de 230 litros por metro cuadrado, lo que equivale a poco más de un tercio de lo que suele llover en todo un año); y por otro, la situación de Sant Llorenç, la localidad más afectada. “Los torrentes que se han desbordado salvan un desnivel muy fuerte en muy pocos kilómetros y ha coincidido que ha llovido puntualmente muchísimo en una cuenca que ha aglutinado toda el agua hacia Sant Llorenç, la localidad más afectada”, ha explicado. El verdadero problema según Prieto es que los torrentes han sido desviados, “un hecho común en la cuenca mediterránea” “El pueblo necesita crecer, pero el torrente pasa por un lugar determinado. Entonces se desvía, el pueblo vuelve a crecer y se vuelve a desviar. Y así hasta que, en el siguiente desvío, se ha unido a otro torrente y ambos se unen con la fuerza del agua y la cantidad hace que se desborden”. De esta manera, aunque afirma que era “imposible” que el torrente desbordara porque “no es evitable”, sí lo es, en cambio, el riesgo. Prieto indica que los geógrafos trabajan realizando estudios de inundación en los que se evalúa el riesgo en un periodo determinado de retorno y con las lluvias determinadas en una zona. Pero, según explica, desde el boom urbanístico de los 60, hace una década que estos estudios no se hacían. “Todos los crecimientos urbanos están construidos en muchas ocasiones sobre camas de vaguadas, barrancos o incluso ríos -añade-, de manera que lo que ha sucedido en Sant Llorenç (una tragedia que se compara con lo que pasó en Biescas, Osca, en 1996, en donde murieron 87 personas por la crecida de un río que arrasó el camping), se podría haber evitado si en su momento se hubiera tenido en cuenta este tipo de riesgo”.


El geólogo Alfredo Barón es uno de los mayores expertos en temas hidráulicos de las islas. Durante varias décadas ha sido el jefe de servicio del departamento de Recursos Hídricos del Govern. Barón asegura en el Diario de Mallorca que la tragedia acaecida el martes en Sant Llorenç ¡era inevitable, pero sí previsible! El científico ha estudiado durante muchos años los pasos del agua en Mallorca y recuerda que en el año 2002 en el Govern ya cartografiaron que gran parte del municipio de Sant Llorenç estaba en zona inundable. Barón alerta de que otras zonas de Mallorca, incluida Palma, corren el mismo peligro de inundación como el sufrido en la localidad de Sant Llorenç. En concreto cita las comarcas de sa Pobla, Campos, Manacor y, naturalmente, muchos puntos cercanos a torrentes de Palma. “No sabemos cuándo se va a producir una inundación de estas características, pero sí sabemos dónde se pueden producir, por ello era previsible especialmente cuando advertimos que están cayendo lluvias tan intensas. En 1989 ya se inundó y, a pesar de ello, se ha seguido construyendo en las zonas de ladera de los torrentes cuando sabemos que estos episodios se repiten”, asegura Barón a Miguel Adrover.


“El cielo inanimado -escribe Matías Vallés en su artículo 'El castigo del cielo', publicado el pasado jueves en el Diario de Mallorca- no castiga ni premia. Por eso mismo, carece de piedad. Se ha ensañado con Sant Llorenç, y ésta es la parte inevitable. La evitable hay que buscarla en tierra firme, y camina sobre dos patas. En el Derecho anglosajón llaman ‘actos de Dios’ a las catástrofes naturales, pero cuesta desterrar la contribución de los seres humanos a los desastres programados por la divinidad. Todo estaba preparado para combatir un incendio devastador que reprodujera Estellencs'13, pero el agua se ha mostrado igual de indiscriminada y mortífera que el fuego encrespado. El torrente ha reclamado el área de influencia que le pertenece. Se ha vengado, por medio de la geografía, de la pésima planificación del urbanismo o ciencia de domesticación del paisaje (…) El Plan de Territorial de Mallorca prohíbe desde 2005 la construcción en el cauce de torrentes, pero los derechos adquiridos oponen el mejor escudo contra las limitaciones urbanísticas. Y si alguna autoridad local frenaba las ansias de construcción que los geógrafos denuncian por ejemplo en Sant Llorenç y s'Illot, por detrás venían los magistrados del Tribunal Superior para restablecer raudos la iniciativa privada, o para imponer multas de decenas de millones de euros a quien se atreva a desafiarla. Cualquier promotor con expectativas, ha de verlas cumplidas. El negocio siempre está refugiado bajo la ley seca, que deviene papel mojado en cuanto el agua reclama sus derechos. La burocracia irrefutable no ha podido rescatar a los fallecidos. Al revés, ayudará a que las víctimas ni siquiera puedan resarcirse económicamente.


“Tan pronto como se sequen las aguas, y las sangres que han llevado aparejadas, renacerá la controversia política sobre el maltrato a los torrentes. Para qué reproducir unos argumentos sobados hasta la saciedad, pero pocos partidos podrán formular un reproche en condiciones. Hasta tres candidatos a la presidencia del Govern en 2019 han tenido en sus manos la gestión de los surcos que el agua excavó en la Mallorca primordial. Empezando por Francina Armengol, la presidenta que ha querido contemplar la crisis desde el tendido tranquilizador y responsable de la conservación desde 2015 hasta hoy. Siguiendo por Biel Company, conseller de Medio Ambiente y de Cabrera en los años 2011 a 2015. Y acabando en Jaume Font, responsable del mismo departamento entre 2003 y 2007. Todos ellos comparten una llamada entusiasta a la resignación de la población. La célebre Ley del Cambio Climático, fenómeno que el Govern quiere neutralizar a partir de 2080, incluirá una disposición final que establezca que ‘toda precipitación de más de 80 litros por metro cuadrado en menos de una hora conllevará muertos, cuyo número aceptable se determinará en un futuro Reglamento’. Es la misma cláusula de mortalidad que ya se acata sin rechistar en la carretera”.


“Madrid nos llora -termina escribiendo Matías Vallés-. Las reacciones espontáneas desde la capital han sido emocionantes por una vez. Seguramente, por contraste con la apatía de los gobernantes regionales. Ana Pastor no impuso ayer un minuto de silencio como presidenta del Congreso, sino como veraneante habitual en hoteles de la zona afectada que precisamente carecían de las oportunas licencias. El estercolero de las redes sociales compatibiliza la solidaridad estatal con el desprecio de que ‘ahora pedirán militares que tengan el nivel C de catalán’. No les importa en cambio que los millones de euros que reciben de la isla estén manchados con la lengua propia. Aunque la tragedia vuelve a demostrar que el único idioma oficial de Mallorca es seguir construyendo. Junto al volcán”.

Con las guindillas no se juega.

Pese al dramatismo de este tema sobre Mallorca, me resisto a terminarlo sin una alusión humorística que hace mi amigo mallorquín, Pep Roig, quien titula, en “Ultima Hora” de hoy, el artículo: “El ataque y venganza de las guindillas picantes”. Cuenta él, en su habitual humor: “Quiero avisar de los peligros del aprendizaje autodidacta. Me refiero a esas ínfulas de sabelotodo que uno padece y que se me volvió en contra, como es el caso de la planta de guindillas picantes, picantes, picantes, que sembré en el jardín de mi casa con la pretensión de iniciarme en eso del consumo de producción propia, a base de los inocentes tomates, las granadas, las naranjas y limones. Pero las guindillas es otra cosa. La planta creció y me ha proporcionado un abundante premio productivo, tanto que ya no sé qué hacer con tanto diminuto y rojo pimiento. Y, cansado de ofrecerlo sin éxito, decidí montar una ristra decorativa. Mi mujer me preparó la aguja y el hilo y yo me encargué de la operación posterior, consistente en perforar cada unidad para formar la columna cimbreante, la cual quedó inicialmente colgada al lado de la despensa de la cocina. Me lavé las manos, cuyos dedos mostraban un tono rojizo. Al cabo de un rato, algo se me metió en el ojo y traté de retirarlo sin pensar en que polvillo de las guindillas había quedado entre las uñas. Parecía que el fuego me quemaba el globo ocular y, como remedio, abrí el grifo de la cocina y dejé que durante diez minutos el chorro de agua apagara el ‘incendio’. De tanto correr el agua, me entraron ganas de orinar y, sin pensar en lo del polvillo de las guindillas, me puse en ello. Entonces el ‘fuego’ que había prendido y luego extinguido en las alturas de mi ser, se reavivó en semejante parte por donde el cuerpo desagua. Y ya me tienes abriendo el grifo de nuevo durante diez minutos para calmar los ardores. Cuidado, con las guindillas no se juega”.


Las fotomontajes de esta semana: 

 Llevant, en el corazón.



Djokovic y Federer envían sus condolencias a Mallorca y apoyo a su “amigo” Nadal.






Desfile del  12 de Octubre



¿Se terminó ya el puñetero desfile?




La política de patriotismo de Pablo Casado y Albert Rivera ha llevado a... que coja protagonismo la ultraderecha de VOX.


El humor de esta semana en la prensa: El Roto, Peridis, Pat, Manel F. Vergara…


















Pep Roig, desde Mallorca: Mal fario, Hasta la próxima, Dos iguales para hoy, Casado, con banderas, Y tiro porque me toca…







Los vídeos de esta semana: [INUNDACIONES MALLORCA] Los destrozos de las riadas a vista de dron TERRIBLE INUNDACION DE Mallorca están buscando personas desaparecidas IMPRESIONANTES IMÁGENES DE SANT LLORENÇ EN MALLORCA, CON EL TORRENTE DESBORDADO Catástrofe en Mallorca (Islas Baleares) 10 Fallecidos La localidad de Sant Llorenç, entre el barro y la desolación Algo parecido a estas imágenes árabes es lo que ocurrió en Mallorca سيل وادي الفرشة تهامة قحطان ليوم الجمعة Vigilantes de Renfe agreden a un viajero negro porque se negó a enseñar el billete Quequé: "Votad a Casado, por favor. Si gana, es una putada social, pero para un cómico es la gloria" Polònia - Polònia - 11/10/2018

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