domingo, 14 de julio de 2019

Ningún imperio lleva hacia Dios, la toma de la Bastilla y la actitud chulesca de Arrimadas.

La conquista de Tenochtitlán. Óleo del siglo XVII. Autor desconocido.


El profesor José Antonio Pérez Tapias presentaba en enero del 2017 su dimisión como portavoz y cabeza visible de Izquierda Socialista (IS) en una reunión de la coordinadora federal de la corriente del PSOE. Tapias, catedrático de Filosofía de la Universidad de Granada, daba a entender en una carta a sus compañeros que renunciaba a seguir de portavoz materializándose su decisión. Pero sus ideas sobre el socialismo no dejaron de influenciar a diestra y a siniestra. Ejemplo de ello es el presente artículo “Ningún imperio hacia Dios”, publicado el pasado 3 de julio en CTXT, en el que reflexiona a la luz de la lectura de “Imperiofobia” e “Imperiofilia”. En el mismo, reconoce que cualquiera puede considerar extemporáneo el título que encabeza este artículo. “¿A qué viene? Si hago recordar aquel lema de tanta difusión en el franquismo, sobre el que se concentraba el relato histórico en el que la dictadura trataba de enmarcarse y con el que pretendía apoyar su supuesta legitimidad, se podrá entender mejor el porqué de tal encabezamiento: ‘Por el Imperio hacia Dios’ era la fórmula en cuestión. Todavía puede preguntarse alguien por qué empeñarse en contradecir tan falsa declaración, cargada de retórica nacional-católica, con la que el franquismo adobó una ideología fascista que, por su parte, tampoco daba para hablar de algo parecido al Tercer Reich de los nazis. La respuesta comienza señalando cómo los fascistas españoles coetáneos tratan de ganar espacio en la actual batalla ideológica introduciendo en el orden del día una reelaboración de la historia de España que retome ese hilo narrativo. Así, Vox, para apoyar los presupuestos de la Junta de Andalucía en el Parlamento autonómico, ha obligado al Partido Popular y a Ciudadanos a aceptar ciertos recortes en el sector público. Junto a las exigencias ya conocidas en relación a transmutar la violencia de género en la confusa y antifeminista ‘violencia intrafamiliar’ y las relativas a la liquidación de todo lo que afecte a la memoria histórica –el gobierno andaluz parece querer salvar lo relativo a la exhumación de fosas–, Vox demanda poner en marcha la creación del Proyecto 1492: un nuevo mundo. Precisando más, se trata de ‘la puesta en valor de la herencia histórica que conllevó el descubrimiento de América y otras gestas posteriores como la circunnavegación de la Tierra’. 


Para Pérez Tapias es importante llamar la atención sobre el punto señalado, que hasta ahora ha quedado en la penumbra mediática, pero al que no le falta sentido de la oportunidad ya que en este 2019 estamos en el año llamado a celebrar el V Centenario de la salida desde Sanlúcar de Barrameda de la expedición de Magallanes y Elcano. “Habrá que estar, pues, atentos a los discursos que nos vienen, pues mucho es de temer que, tras los acentos puestos en don Pelayo y Covadonga, pasemos al énfasis más desmedido en la conquista de América, máxime si recordamos no sólo palabras del adalid ultraderechista Santiago Abascal, sino también del mismísimo Pablo Casado, presidente del extremadamente derechista PP actual, cuando, inflamado de espíritu patriótico capaz de exageraciones históricas sin empacho, dijo que ‘ninguna nación ha hecho tanto por la historia de la humanidad’ como España con el descubrimiento de América.  A nadie se le escapa que sacar a relucir ahora la conquista de América como gran gesta patria, con sus correspondientes fabulaciones históricas, no es sólo por atender a la cita de la celebración de la vuelta al mundo de la expedición hispano-portuguesa que, tras dificultosos avatares, la culminó. A todas luces se deja ver que Vox moviliza uno de los vectores que han provocado su entrada en la escena política española tal como ha ocurrido. Es decir, frente a una visión de España como Estado ocupante de Cataluña desde siglos atrás, se pretende una recreación de la historia de una España unida como nación que en el descubrimiento y conquista de América tuvo el momento de esplendor. Ese punto le otorga un lugar único y destacado en la historia, bendecido además por esa Iglesia que echó agua bendita a la alianza de espada y cruz en una colonización presidida por la cristianización de los pueblos amerindios, continuación de la cruzada contra los infieles musulmanes que culminó con la conquista del Reino nazarí de Granada y que encontraría después prolongación en la ‘cruzada’ encabezada por el golpista general Franco contra la II República, esta vez contra el rojerío enemigo de España. ‘De Isabel y Fernando el espíritu impera…’, cantaban las juventudes falangistas dispuestas a ‘morir besando la sagrada bandera de la España gloriosa que nunca dejó de vencer’. Sí, ‘por el Imperio hacia Dios’, lema nacional-católico tan antievangélico como antidemocrático”.


“Habiéndose percatado del vacío de conciencia histórica sobre el que nos movemos –continúa recordando José Antonio Pérez–, Vox pretende llenarlo, pero el factor perverso que acompaña al intento es que lo quiere cubrir en falso. Lo grave, con todo, es que se echan en falta recursos intelectuales –y éticos, diría también– para hacer frente políticamente y de forma eficaz a tal pretensión de una ultraderecha que también en ese terreno tira de las otras derechas y hasta provoca que se deslice hacia esa zona de historia mitificada una izquierda desarbolada de armazón teórico-crítico suficiente. Resultó preocupante ver cómo desde derecha e izquierda, incluidos destacados miembros del Gobierno de Pedro Sánchez se lanzaron a responder de la forma en que lo hicieron a la famosa carta de López Obrador pidiendo reconocimiento de los excesos de la conquista, por más que el presidente mexicano hubiera podido ser más atinado en sus fórmulas. Las declaraciones de marras rezumaban una visión colonial de la relación de España con las repúblicas americanas que desprende una concepción de la historia no alejada de la visión dominante instalada en el imaginario colectivo, aunque se desconozca mucho de la historia real durante siglos. Ni por asomo se dejó ver sensibilidad alguna hacia ese componente de la conquista que fue el expolio colonial y el genocidio cultural, cuando no físico, de pueblos originarios, el cual fue ingrediente insoslayable de la empresa americana de la monarquía hispánica. Cabe decir, ciertamente, que dicha empresa tuvo otros innegables componentes de civilización, pero ello no mengua la valoración negativa de esa ‘cara oscura’, como dice Walter Mignolo desde el pensamiento decolonial, que no dejaba de ser bien visible en aquel imperio protomoderno que reconfiguró América y a su vez lo que sería España desde su arranque renacentista”. 

José Luis Villacañas, 'Los libros que blanquean el Imperio español constituyen un suicidio de la inteligencia'

José Antonio Pérez Tapias termina recordando: “A Imperiofobia le ha respondido críticamente el filósofo José Luis Villacañas con su Imperiofilia (Lengua de Trapo, 2019, tres ediciones), con la consiguiente controversia incluso mediática, con el populismo nacional-católico, destacando que una lectura acrítica de la historia de España que venga a exaltar un Imperio cuyo expolio colonial se vio legitimado por el discurso de la Contrarreforma católica no puede ser sostén de una identidad colectiva que pueda en verdad cohesionar la sociedad española a estas alturas. Con tales argumentos, el profesor Villacañas ha venido a responder no sólo a la obra de Roca Barea, Imperiofobia y Leyenda Negra, sino que ha puesto el dedo en la llaga que supone la pretensión ultraderechista de reconstruir el relato histórico de España volviendo a mitificaciones insostenibles. El caso es que necesitamos relato histórico. El quid de la cuestión es cómo elaborarlo y cómo compartirlo para que, en verdad, pueda cubrir el clamoroso hueco que existe en la sociedad española a ese respecto. Es importante que para ello no se renuncie en ningún caso a la mirada crítica, la cual ha de mantenerse también frente a historiadores que, aun siendo críticos en su investigación historiográfica, no dejan luego de apelar a la necesidad de determinados mitos como algo irrenunciable para la identidad colectiva. Cuando algunos añaden a ello el suscribir determinados discursos patrios, muy escorados a interpretaciones sesgadas –por ejemplo, edulcorando lo que significó la Guerra Civil y la dictadura franquista–, aduciendo la necesidad de arropar con ellos el exagerado exhibir banderas de España que hemos visto en nuestras ciudades, podemos decir que se está perdiendo la batalla de la necesaria memoria para alentar un futuro común sin falsas mitificaciones. No se trata ni mucho menos de caer en una concepción masoquista cuando se reivindica una memoria que tenga su clave de bóveda en las víctimas masacradas, perseguidas o excluidas en los procesos históricos que nos han traído al punto en que estamos. Haciendo valer ese criterio, igualmente ha de ponerse a su lado una reconstrucción de la historia que tenga en cuenta lo que Ernest Lluch decía cuando afirmaba que la historia es, en muchos casos, el pasado que pesa. Confrontándonos con ese pasado, sin eludirlo, es como se puede recuperar una visión de la historia en plural, cuestión en la que insiste con suma lucidez el historiador catalán Joaquim Albareda, pues si no es desde una historia de las Españas –las Españas de las naciones, de la diversidad cultural, de las tradiciones republicana y federalista…– no podremos encontrar un hilo común susceptible de ser compartido. La solución no es pensar la historia de España como si el Imperio español, con sus efectos fuera y dentro de la península Ibérica, no hubiera existido; tampoco es cuestión de abordarlo como si fuera la encarnación del mal sobre la tierra. Mirando la historia desde nuestro horizonte, nuestro problema es cómo accedemos al futuro desde una memoria que de verdad lo abra. Sin memoria no hay futuro. Y la memoria sabe que ningún imperio lleva hacia Dios. Por eso la conciencia histórica, desde una acendrada moral democrática, señala bien los caminos por donde políticamente se puede desembocar en otros infiernos, para no dejarnos ir por ellos”.

   Un día como hoy se inició la Revolución Francesa con la toma de la Bastilla. 

Tal día como hoy, hace 230 años, se produjo en París, la toma de la Bastille. Era martes, 14 de julio de 1789. A pesar de que la fortaleza medieval solo custodiaba a siete prisioneros, su caída en manos de los revolucionarios parisinos supuso simbólicamente el fin del Antiguo Régimen y el punto inicial de la Revolución francesa. La rendición de la prisión, símbolo del despotismo de la monarquía francesa, provocó un auténtico sismo social tanto en Francia como en el resto de Europa, llegando sus ecos hasta la lejana Rusia. La Bastille había sido durante años la cárcel de muchas víctimas de la arbitrariedad monárquica. Allí se encarcelaba sin juicio a los señalados por el Rey con una simple lettre de cachet. Era una fortaleza medieval en pleno París, cuyo uso militar ya no se justificaba. En los Cuadernos de quejas de la ciudad de París ya se pedía su destrucción, y el ministro Necker pensaba destruirla desde 1784 por su alto coste de mantenimiento. En 1788, se había decidido el cierre de la fortaleza en la que se encarcelaba a los presos políticos y un símbolo de la opresión del absolutismo. En la elaboración de una Constitución, la primera de la Historia de Francia, aprobada en 1791, se incorporó como preámbulo la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, que había sido aprobada en agosto de 1789. La Declaración reconocía una serie de derechos individuales e inviolables de alcance universal: igualdad, libertad, derecho a la propiedad privada, soberanía nacional y libertad de opinión.


El 19 de junio de 1790, a propuesta del diputado Armand Camus, la Asamblea Nacional votó por aclamación un decreto en el que se decidió dar un lugar preeminente a los “vencedores de la Bastilla” en los actos de la primera Fiesta de la Federación que se iba a celebrar al mes siguiente. Pero un decreto del día 25 les retiró ese honor para reservarlo a la Guardia Nacional. Se les otorgó una pensión, un uniforme, un fusil y una espada con su nombre grabado, un brazalete y una medalla, y un diploma de agradecimiento de la patria. Una comisión examinó de marzo a junio de 1790 las pruebas aportadas por los postulantes y censó oficialmente en ese momento a 954 combatientes, entre civiles y guardias francesas. En 1832, bajo la Monarquía de Julio, se revisó la lista, rechazándose algunos expedientes por considerarse “dudosos” y fijando la cifra final en 630. Historiadores románticos, como Jules Michelet, quisieron convertirla en el símbolo de la fundación de la República. Otros autores afirman que el sitio y la capitulación de la prisión no debió ser un hecho muy heroico en vista de que solo era defendido por un puñado de hombres, y que los únicos muertos habrían sido el alcaide Bernard de Launay y el político Jacques de Flesselles. Pero los documentos de la época dejan constancia de que el 14 de julio de 1789, la fortaleza estaba defendida por 32 soldados suizos y 82 “inválidos de guerra”, disponiendo de cañones y de municiones en abundancia. Y el asedio se saldó con 98 muertos, 60 heridos y 13 mutilados, entre los asaltantes. El acontecimiento tuvo una fuerte resonancia en Europa entera, no tanto por la importancia del suceso, sino por su valor simbólico, que aún perdura como hito en la historia de las revoluciones.

Miembros de Ciudadanos, durante la manifestación del Orgullo.

David Torres, en el artículo “Inés Arrimada al sol que más calienta”, aparecido en Público el pasado miércoles, nos recuerda a Carlos Pérez, senador de Ciudadanos, pegando el otro día un subidón de adrenalina y comparando a Inés Arrimadas con Rosa Parks. “Muchos pensaron que se refería a que ambas tienen piernas, culo y columna vertebral, pero, en su mensaje, Pérez aclaraba que, al igual que Rosa Parks, desafiando una ley injusta, se sentó en un asiento reservado para blancos en 1955, Inés Arrimadas, desafiando el calor tórrido de julio, se sumó a la marcha del Orgullo Gay en Madrid. ‘En 1955, Rosa Parks se negó a cederle el asiento a un blanco’ escribe Pérez. ‘En 2019, Ciudadanos nos negamos a cederles el Orgullo a los totalitarios’. Habrá que tomar a Pérez por un poeta de la vieja escuela, o al menos por un ingeniero en figuras retóricas, ya que es difícil incluir más antítesis, paradojas y antífrasis que las contenidas en estos dos escuetos versículos. Inés Arrimadas con la cara pintada de betún, como Al Jolson en El cantor de jazz. Los miles y miles de homosexuales que llevan décadas luchando por sus derechos -y a quienes les asquea ver a una banda de oportunistas y provocadores subidos a su carroza- transformados en totalitarios a golpe de tecla. Ciudadanos, un partido que ha firmado pactos con una formación repleta de homófobos y retrógrados, orgulloso propietario del Orgullo Gay. Lo más ridículo de todo es que, varios de quienes portaban en primer plano la bandera arcoiris con la sola intención de montar un pollo, jamás en su vida han participado en el desfile del Orgullo. No por homofobia, ni mucho menos, sino porque son gente que no soporta la algarabía, los decibelios y la alegría obligatoria”. 

Inés Arrimadas, Patricia Reyes e Ignacio Aguado en el Orgullo 2019.

David Torres termina así su reflexión: “Yo mismo, por ejemplo, procuro alejarme lo más posible de ese tipo de saraos: hay tantas posibilidades de encontrarme subido a una carroza del Orgullo Gay como de que vaya un día a correr los Sanfermines o a bailar en una discoteca de Ibiza. Me parece sumamente sospechoso apuntarse a una fiesta que ni te va ni te viene para defender los derechos de un colectivo minoritario cuando en realidad lo que estás haciendo es barrer para adentro. Por lo demás, la supuesta violencia cometida contra Inés Arrimadas y los mártires de Ciudadanos en plena calle ha sido ampliamente rebatida por un informe policial en donde queda meridianamente claro que no hubo agresión física de ningún tipo (todo lo más insultos, el lanzamiento de una botella de plástico vacía y chorros de agua) y que los dirigentes de Ciudadanos no obedecieron en ningún momento las instrucciones proporcionadas por las fuerzas de seguridad. Probablemente, también la policía madrileña sea fascista o ETA o esté financiada por Irán o por Venezuela, o todo eso la vez. Cualquier día Felisuco va a aclararnos el asunto en uno de sus monólogos. La metamorfosis de Inés Arrimadas en la Virgen de la Moreneta tuvo lugar debido a una aleación de altas temperaturas, confusiones semánticas y mucha jeta. Es una negra del método: del método de dar la brasa. No es la primera vez ni será la última que los líderes de Ciudadanos se amparan detrás de la careta de una etnia oprimida, como aquel día glorioso en que Albert Rivera hizo un encendido elogio de Nelson Mandela olvidando que Mandela, en su día, fue acusado de comunista y de terrorista. El día en que se entere de que también era negro, la que se va a liar”.

Fotomontajes e imágenes sorprendentes de esta última semana:


Imágenes tras el show montado por Ciudadanos en la manifestación durante la celebración del Orgullo LGTBI, el sábado, 6 de julio, en Madrid. @DolorsBoatella.

La actitud chulesca de Arrimadas.

Esa marcha a la que fueron con una pancarta que no reivindicaba nada sobre el colectivo y en la que un informe policial desmiente la versión de los de Rivera. Las imágenes, de Tremending, han dado la vuelta a las redes sociales y los tuiteros le han dado su 'toque' personal.

Montando el pollo.




Bichilloverde





 Diputados del PSOE piden por carta al PP que se abstenga Ahora es el momento de la reciprocidad.

 Sánchez huevos.

Realmente, ¿quién gobierna en Madrid?

Visto lo visto...¡¡¡ESTÁIS DESPEDIDOS!!!


El humor en la prensa de esta semana: Forges. El Roto, Peridis, Eneko. Manel F, Vergara, Pat, Ferranmartín, J. R. Mora, Malagón…











El gráfico que explica la curiosa relación entre votos y sillones.

Plan C.
Egos.

Victimismo.

Los sillones.

De qué habla Aguado.

En qué piensa Díaz Ayuso.

Rivera y Arrimadas. Por fín sabéis ya de qué van.

Estas son las dos viñetas que he parido y enviado para colaborar en una acción de protesta colectiva de los humoristas gráficos españoles que está organizando Luis Conde para Reporteros sin Fronteras para expresar rechazo a la decisión del diario The New York Times.



Fracasa la negociación con Madrid.



Pep Roig, desde Mallorca: Luz pasional, Juegos perfectos, Culpas extremas, No, pero sí, Centrifugado, La izquierda gana, pero gobierna la derecha…







Los vídeos de esta semana: 

José Luis Villacañas: “Los libros que blanquean el Imperio español constituyen un suicidio de la inteligencia”. Desmontando el libro IMPERIOFOBIA Y LEYENDA NEGRA (Maria Elvira Roca Barea).
  1789. Francia: Toma de la Bastilla, símbolo de la opresión .
Cs ve su paso bloqueado y recibe abucheos en la marcha del Orgullo .
La portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, culpa al PSOE y a Podemos de la “agresión” sufrida el sábado, 6 de julio, en la manifestación el Orgullo en Madrid, por considerar que ambas formaciones han estado alimentando “el odio” contra los votantes de Ciudadanos. Cs culpa a PSOE y Podemos de la "agresión" sufrida en el Orgullo .
El zàping del Polònia. Publicado el 11 julio de 2019.
NADIE SABE NADA - (6x44): La última gota de samanté .
Festival de Música y Danza de Úbeda 2019 · Orquesta Sinfónica de Cuba y Silvio Rodríguez.
 

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