viernes, 27 de septiembre de 2019

Greta Thunberg, la adolescente que moviliza al mundo contra el cambio climático.



Greta Thunberg durante una manifestación en Nueva York el pasado 30 de agosto. EFE



El pasado lunes comenzó, en la sede neoyorquina de Naciones Unidas, la cumbre sobre la crisis climática, coincidiendo con más de 4.000 movilizaciones por el clima programadas en 150 países para exigir el fin de las emisiones de dióxido de carbono. Con el objetivo de comunicar esa urgencia y participar en la cumbre del clima en Naciones Unidas, Greta Thunberg se ha convertido en una de las voces más importantes esta lucha. Ella es un gran icono mediático que retroalimenta el trabajo que llevan años haciendo organizaciones y activistas ecologistas. La joven, de 16 años, es una estudiante y activista sueca que, en pasado mes de agosto de 2018, se convirtió en una destacada figura dentro de las huelgas estudiantiles realizadas en las afueras del Riksdag (Parlamento sueco), generando conciencia hacia el cambio climático, y, en marzo de 2019, fue nominada para el Premio Nobel de la paz por un grupo de parlamentarios noruegos. En agosto llegó a Nueva York a bordo de un velero (dejó de tomar aviones por la cantidad desproporcionada de dióxido de carbono que emiten en comparación con otros medios de transporte). Y, en su esfuerzo divulgador, se entrevistó con Naomi Klein y con las principales cadenas de televisión del país.

De su mano, la batalla contra el cambio climático ha sido tomada por miles de jóvenes que en los últimos días salieron a la calle para sumarse a las protestas convocadas por la activista sueca, pese a que no ha dejado de ser ni clara ni persistente. Desde que el 20 de agosto del año pasado, Greta se sentó por primera vez en las escaleras del Parlamento sueco, y no ha dejado de decir una y otra vez lo mismo: si no actuamos ya, nos encaminamos hacia una catástrofe climática. Cabe recordar que, pese a las promesas hechas durante el Acuerdo de París para limitar a 1,5 grados el calentamiento global, las emisiones globales de dióxido de carbono alcanzaron un nuevo máximo en 2018 y los últimos cinco años han sido los más cálidos desde que hay registros, con incendios, huracanes y olas de calor alcanzando proporciones catastróficas.

Esta misma semana, Thunberg se dirigía a los legisladores estadounidenses del Grupo de Trabajo de Cambio Climático en el Senado de EEUU: “No nos inviten para decirnos lo inspiradores que somos mientras siguen sin hacer nada al respecto”, clamó. Y Fridays For Future, el movimiento que ha incorporado a millones de jóvenes de todo el mundo a la huelga semanal de Thunberg, ha cambiado el enfoque para las marchas con una invitación a los adultos para que se sumen. “Durante la Revolución Francesa -dice el comunicado del movimiento firmado por Thunberg-, las madres salieron a las calles por sus niños. Hoy somos los niños los que estamos peleando por nosotros mismos, con muchos de nuestros padres preocupados por nuestras notas, por una nueva dieta o por lo que pasó en el último capítulo de ‘Juego de tronos’. Ha llegado el momento de que todos ejerzamos una resistencia masiva, ya hemos demostrado que la acción colectiva funciona”.

Prácticamente, todos los países del mundo tuvieron manifestaciones programadas, salvo en lugares en conflicto, como Siria; o extremadamente pobres, como Haití. También en España hubo marchas a partir del pasado viernes, aunque se espera que el gran día sea hoy, viernes, 27 de septiembre, cuando está convocada la huelga del Clima entre ONGs ecologistas, colectivos de escritores y sindicatos como UGT. De acuerdo con Thunberg, si no estamos haciendo lo suficiente hasta ahora se debe a la falta de información. “La mayoría de la gente es buena”, dijo Greta la semana pasada a un periodista de la cadena de televisión estadounidense PBS. “La mayoría de las personas simplemente no se da cuenta de la gravedad de la situación y no siente la urgencia. Y creo que, una vez que nos demos cuenta de que esta crisis es una emergencia, la gente va a poder hacerse cargo de lo que está pasando”.

Greta Thunberg, con un cartel que decía Skolstrejk för klimatet (‘huelga escolar por el clima’).

Thunberg es hoy una adolescente capaz de dejar sin palabras a los representantes políticos de las principales potencias del mundo, pero hasta hace 13 meses era solo la mayor de dos hermanas con estudios de piano, ballet y teatro. Su padre es actor y su madre una conocida cantante de ópera, pero Greta se distinguía especialmente por su preocupación por el cambio climático. A los once años la inquietud fue tan grande que entró en una depresión y dejó de comer. Perdió diez kilos y sólo hablaba con su familia y con una de sus profesoras. Su crecimiento se resintió. Ella misma lo explicó durante una entrevista con el periódico The Financial Times: “Todo estaba tan equivocado que pensé que no tenía sentido vivir. Al fin, salió de la depresión, pero no del temor por la vida en un planeta que se encamina hacia su autodestrucción. La idea de su protesta en los escalones del Parlamento sueco vino después de ganar el concurso de ensayos de un periódico sueco con un texto sobre la urgencia de actuar contra el cambio climático. Un grupo de jóvenes ecologistas la contactó entonces y Thunberg comenzó a reunirse con ellos para hablar sobre posibles medidas de protesta. Además de las pequeñas huelgas en la clase, o durante el recreo, Greta quería una huelga escolar en toda regla. “Traté de que los otros miembros del grupo se unieran a mí... pero ninguno estaba interesado. Así que decidí que lo iba a hacer sola. Aunque nadie viniera conmigo”. Su combate, llamado “Fridays For Future” (“Viernes por el Futuro”) se expandió después por todos los continentes, y miles de jóvenes activistas celebraron sus propias protestas. Thunberg ha pronunciado discursos ante líderes mundiales y fue portada de revistas como Time y Vogue, no sin generar ciertas críticas.  Ella y Aminetu Haidar, apodada la “Gandhi saharaui”, fueron distinguidas el pasado miércoles por la fundación Right Livelihood Award con el denominado Nobel Alternativo. El jurado resaltó que Thunberg, de 16 años, ha “inspirado” y “amplificado” las demandas políticas “por una acción climática urgente que refleje hechos científicos”; y que Haidar lleva tres décadas de lucha no violenta por la justicia y la autodeterminación de su pueblo.

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