sábado, 15 de febrero de 2020

Al suprimir la educación privada, Finlandia disminuyó las desigualdades.




El éxito de la educación en Finlandia tras limitar a tan solo un 2 % los colegios privados

El sistema escolar finlandés es uno de los más celebrados en el mundo, especialmente por sus buenos resultados en los Informes Pisa, la evaluación que realiza la OCDE cada tres años. En las evaluaciones de desempeño, sus niños y adolescentes alcanzan los más altos puntajes a nivel global. El sistema del país nórdico pondera la cooperación por encima de la competencia, sus maestros gozan de gran prestigio social y la educación es pública y gratuita, para todos y en las mismas condiciones, entre los 7 y los 16 años. De esta forma, Finlandia consiguió casi abolir la educación privada y limitar las condiciones que a medio y largo plazo producirían desigualdades en la sociedad, convirtiéndose en una de las historias de éxito educativo global de la era moderna.

Diferentes publicaciones aseguran que el éxito de la educación en Finlandia está en la abolición casi total de la educación privada. El país cuenta aún con colegios privados, aunque sólo representan un 2% del total. La política en materia educativa tuvo como objetivo disminuir las desigualdades entre sus habitantes. Y Finlandia es hoy una de las sociedades menos desiguales y una de las sociedades con las menores brechas de desigualdades entre sus ciudadanos.

Según León A. Martínez en El Economista.com, las políticas públicas en Finlandia desafían el sentido común. “Dan vivienda, sin condiciones, a personas que de otra forma tendrían como techo el cielo y sus nubes —a lo que debe sumarse la nieve, recordando que es un país situado al norte del mundo—, y les otorgan asistencia para buscar trabajo. Este país tiene en marcha un programa, en fase experimental, de entregar una renta básica a cada ciudadano por el solo hecho de ser ciudadano, es decir, a cambio de nada”.

El sistema escolar finlandés prescinde de las tareas —esas labores que sistematizan la repetición y que nos preparan además para ser productivos a toda hora—, y se enfoca en que el aprendizaje sea una actividad placentera, como señala el cineasta Michael Moore en su documental “¿Qué invadimos ahora?”. A pesar de éstos y otros contrasentidos, el sistema escolar finlandés es uno de los más celebrados en el mundo gracias a que en las evaluaciones de desempeño sus niños y adolescentes alcanzan los más altos puntajes a nivel global, por lo que es objeto de estudio. Su sistema escolar pondera la cooperación por encima de la competencia y sus maestros gozan de gran prestigio social. El resultado de esta reforma no sólo fue el cerrar la brecha de logros entre los estudiantes más ricos y más pobres, sino que también convirtió a Finlandia en una de las historias de éxito educativo global de la era moderna.

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