martes, 4 de febrero de 2020

Diputados y senadores con el rey y otros contra el rey.


La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y la presidenta del Senado, Pilar Llop, aplauden al rey Felipe VI.

De izda a dcha, Néstor Rego (BNG), Laura Borràs (JxCat), Gabriel Rufián (ERC), Oskar Matute (Bildu) y Mireia Vehí (CUP) en el Congreso.

Varios minutos después de las doce, el rey Felipe VI y la reina Letizia llegaron ayer al Congreso tras su entrada con honores militares.  El Rey comenzó su discurso de apertura dando la bienvenida a las presidentas del Congreso y del Senado y agradeciendo a los candidatos políticos que participaran en la ronda de consultas previa a los debates de investidura. “La Constitución —dijo el monarca— nació mirando al futuro… El día de hoy marca el inicio del trabajo de nuestras instituciones ya plenamente constituidas. El debate no es ya la gobernabilidad sino la definición de políticas. La democracia no es ni puede ser la exclusión… Llega la hora de la palabra, del argumento y de la razón desde el respeto para el mejor servicio a los españoles. A partir de las elecciones de diciembre de 2015 nuestras Cortes han ampliado su diversidad. La nueva realidad, derivada del mayor pluralismo representativo, requiere de mayor parlamentarismo. Pactar y acordar son consustanciales a nuestro régimen democrático. Y para ello, tenemos la base más firme: la Constitución, con una inequívoca vocación integradora, pero a la vez respetuosa con nuestra diversidad territorial”.

“España —continuó el monarca recuperó su autoestima y el orgullo colectivo como la gran nación que es. Uno mi deseo al suyo: que esta legislatura sea provechosa para todos los ciudadanos y que sirva también para recuperar y fortalecer la confianza de los españoles”. El rey declaró abierta la XIV Legislatura y se despidió, dando gracias en castellano, catalán, euskera y gallego. Los diputados presentes se levantaron y le aplaudieron durante más de un minuto. Por primera vez, Pablo Iglesias y ministros como Alberto Garzón, aplaudieron el discurso del rey. Pero la imagen del nuevo presidente del grupo, Jaume Asens, o la de la portavoz adjunta, Sofía Castañón, contrastó con la de los ministros y las secretarias de Estado. Los dirigentes del grupo permanecieron en pie, pero evitaron aplaudir, tras un discurso en el que se hizo evidente el hueco dejado por el medio centenar de diputados y senadores de formaciones soberanistas que estuvieron ausentes en la cámara.

En efecto, minutos antes de esta sesión solemne del Congreso, casi media centenar de diputados y senadores de ERC, JxCat, Bildu, la CUP y el BNG, firmaron un manifiesto conjunto en el que criticaron el discurso “autoritario” del monarca en 2017 y aseguraron no reconocer al rey “como interlocutor válido”. Los partidos soberanistas presentaron el manifiesto leído en castellano, catalán, gallego y euskera en el que rechazaron la monarquía y manifestaron que no reconocían al rey como un “interlocutor válido” en sus aspiraciones políticas.

El título del manifiesto leído en el Congreso de forma compartida por Gabriel Rufián (ERC), Laura Borràs (JxCat), Oskar Matute (Bildu), Mireia Vehí (CUP) y Néstor Rego (BNG), decía: “No tenemos rey. Democracia, libertad y repúblicas. La Monarquía española y su máximo exponente, el rey de España, no nos representa”. Y proseguía: “La sociedad catalana, vasca y gallega rechazan mayoritariamente la figura de una institución anacrónica heredera del franquismo que se sustenta en el objetivo de mantener e imponer la unidad de España y sus leyes, negando así los derechos civiles, políticos y nacionales que asisten a nuestras ciudadanías y nuestros pueblos”.

En el manifiesto, las formaciones independentistas aseguraron que Felipe VI “no es un interlocutor válido en el camino democrático hacia la libertad que aspiramos. No tiene la legitimidad de nuestros pueblos, ni le reconocemos ninguna función política”. “Menos aún —continuaba el texto—, cuando su papel para con nuestras naciones no ha sido otro que el de intentar imponer proyectos y valores antidemocráticos, como quedó demostrado en el discurso autoritario pronunciado el 3 de octubre (de 2017)”. El manifiesto hacía una crítica hacia la legitimidad de la monarquía y sus orígenes: “La Monarquía española es un estamento que no responde a los valores republicanos de libertad, igualdad y democracia que tanto los ciudadanos y ciudadanas de nuestros pueblos como las mayorías sociales del Estado anhelan. Una democracia real solo será posible desde la ruptura con la herencia, las bases y valores que representa el Rey y su figura. Por ello, consideramos que el Rey y la Monarquía deben dejar de ejercer su tutela sobre la ciudadanía y sobre los gobiernos y parlamentos que de la voluntad popular emanan”. Los representantes que no participaron en el acto con Felipe VI, consiguieron llegar a 49, el mayor número de la historia reciente. Y finalizaron diciendo que “sólo así se podrá dar cauce y soluciones basadas en el respeto a la voluntad popular, la libertad y la democracia”.

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