miércoles, 2 de diciembre de 2020

Luces de Navidad y vuelta a las andadas.

 

Ayuso, Almeida y su idiotizadora iluminación navideña convirtieron el eje Puerta del Sol, Preciados y Callao en un hervidero de contagios con miles personas atraídas por bombillas de colores.

Las redes sociales se llenaron de indignación y críticas al ver que una gran multitud de personas concentradas en la vía principal de Málaga para ver el alumbrado navideño.

Almeida sobre las imágenes de aglomeraciones en Madrid, advierte que “no hay problema”. El alcalde defiende que no pasa nada “mientras la gente esté en la calle y no en lugares cerrados”. A menos de un mes para la Navidad, las autoridades, más solícitas a las habituales lucecitas de estas fiestas que a las consecuencias de la pandemia del coronavirus, intentan que sean lo más normales posibles dentro de las limitaciones y medidas de seguridad. El exceso de transeúntes no parece ser un problema para el Ayuntamiento de la capital, que asegura que entra dentro de lo “previsto”. Muchas ciudades ya tienen instalado el alumbrado navideño y durante el fin de semana han dado el pistoletazo de salida con el tradicional encendido. Aprovechando el fin de semana Madrid o Málaga son algunas de las regiones que ya han encendido sus luces navideñas aprovechando el fin de semana del Black Friday para incentivar la economía local y el ocio. El encendido se ha producido como si ya hubiéramos vencido a la pandemia o estuviéramos a punto de hacerlo.

Daniel López-Acuña nos lo advierte en Eldiario.es: “Más que salvar la Navidad, debemos anticiparnos para prevenir una tercera ola de la pandemia”. Por eso mismo, pese a que en Madrid se estipuló un dispositivo de seguridad para evitar las aglomeraciones y respetar las medidas de seguridad y en Málaga no se anunció la hora del encendido ni habrá pases de hilo musical como años anteriores, las redes sociales se han llenado de imágenes de las dos ciudades con mucha afluencia en las zonas iluminadas generando una fuerte indignación entre los tuiteros. Y el hashtag 'tercera ola' se convirtió en tendencia como crítica a lo que vendrá por la irresponsabilidad de las personas que se aglomeraron en los diferentes puntos a causa del encendido navideño. Porque parece que todos han olvidado que estamos en plena lucha con una pandemia que sigue causando verdaderos estragos en nuestro país, y especialmente en Andalucía. Y el encendido de las luces en la avenida principal de la capital malagueña, ha provocado que cientos de personas se concentrasen en dicho momento para disfrutar del evento.

“En la calle Larios, en Málaga, acuden cientos de personas para ver las luces de Navidad que ha colocado su Ayuntamiento. Pero luego, para la cena navideña solo podrán cenar las familias con 6 miembros. ¿Por qué el Ayuntamiento no hace cumplir las medidas en Larios?”, se preguntan algunos usuarios en Twitter. Pero no ha sido la única crítica vertida a través de Internet. “Yo no puedo salir del municipio, pero los malagueños de la capital se van a ver las luces de calle Larios... a pesar del alumbrado jamás había visto tan pocas luces”, se preguntaba otra usuaria de Twitter al ver las fotos de la gran concentración de personas en el momento del encendido. De momento, el Ayuntamiento de Málaga no se manifestado al respecto de estas imágenes.

“Hay que comprender –cuenta David Torres en ‘No vengáis, que es peor’– que la gente no para de recibir mensajes contradictorios, igual que esas ratas de laboratorio a las que se les pone delante un trozo de queso, pero que para llegar hasta el queso antes deben pasar por un corredor electrificado. Por un lado, la autoridad les dice que se queden quietecitos en casa y por otro que vayan de compras, no vayan a quebrar los grandes almacenes colapsando el sistema capitalista. Ahí estaba el alcalde Almeida hace dos días, invitando a los madrileños a ver el dineral público que se han gastado en luces navideñas y lo bien que brillan simultáneamente la bandera española y la factura de la compañía eléctrica. Acudieron en masa, como si los pobres no hubieran visto unos anuncios luminosos en la vida, como si vinieran de los años cincuenta, a ayudar a Pepe Isbert a encontrar a Chencho. Está claro que si algo falta en este pueblo son luces”.

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