martes, 2 de febrero de 2021

Pablo Hasél a cinco días de ser encarcelado por un “delito de expresión”.

 

Libertad para Pablo Hasél.

El pasado jueves, 28 de enero, la Audiencia Nacional dio un plazo a Pablo Hasél de diez días para ingresar por su propio pie en un centro penitenciario en donde deberá cumplir una condena de nueve meses de cárcel. La Red Jurídica Abogados/as destaca en su perfil de Twitter que Hasél ha sido condenado por “delitos de expresión” y que, si finalmente ingresa en prisión, sería “el primer rapero de Europa codenado por decir lo que piensa”, pues “otros 13 ya lo han sido en el Estado español”, pero ninguno de ellos ha ingresado en prisión. Asimismo, recuerda que el GEPC (Grupo de Estudio de Política Criminal) –integrado por académicos, jueces, fiscales y abogados– propuso hace algo más de un año las ‘Propuestas alternativas a los delitos de expresión’, una serie de reformas legislativas entre las que se encuentran “la despenalización de los delitos de injurias, la restricción de los delitos de calumnias a su comisión con publicidad, la despenalización de los delitos contra los sentimientos religiosos, etcétera”.

“La prisión por delito de expresión es siempre un despropósito”, manifiesta también en Twitter, Jacobo Dopico, catedrático de Derecho Penal de la UC3M (Universidad Carlos III de Madrid). Dopico califica de “desafortunada” y “banalizadora” la locución “libertinaje de expresión” contenida en la sentencia del Tribunal Supremo que ha condenado a Hasél y considera que “votos particulares como los recogidos en las dos sentencias condenatorias” –la de la Audiencia Nacional y la del propio Supremoanticipan una “probable condena” a España por parte del TEDH (Tribunal Europeo de Derechos Humanos) o Tribunal de Estrasburgo, si la condena al rapero no fuera anulada antes por el Tribunal Constitucional. Por su parte, Amnistía Internacional España recuerda en su perfil de Twitter que “nadie debería ser condenado penalmente por tuitear o cantar algo desagradable o escandaloso” y que la organización lleva “años” pidiendo que delitos como el de enaltecimiento del terrorismo o el de injurias a las instituciones del Estado deben ser “eliminados” del Código Penal español, pues “no cumplen con los estándares internacionales de derechos humanos sobre libertad de expresión”.

 “En 10 días –escribió el propio Hasél el pasado jueves– el brazo armado del Estado vendrá a secuestrarme a la fuerza para encarcelarme al no presentarme de forma voluntaria en prisión. No sé ni a que cárcel me llevarán ni cuánto tiempo. Entre todas las causas que acumulo por luchar, unas con condenas pendientes de recurso y otras de juicio, puedo pasar hasta casi 20 años en prisión. Este constante acoso que sufro desde hace muchos años y que se materializa más allá de las condenas de cárcel, no sólo es debido a mis canciones revolucionarias, también por mi militancia más allá de la música y escritura. La propia Fiscal reconoció literalmente: ‘Es peligroso por ser tan conocido e incitar a la movilización social’. Llevar a la práctica la lucha de la que hablo en mis canciones es lo que me ha puesto especialmente en el punto de mira, además de apoyar a organizaciones que han combatido al Estado, ser solidario con sus presos políticos y crear conciencia (...)El régimen se crece ante la falta de resistencia y cada día nos quita más derechos y libertades. Necesitamos organizar la autodefensa ante sus ataques sistemáticos. Muchas personas me escribís preguntando qué podéis hacer. Hace falta mucha difusión para que todo el mundo se entere de lo que hacen y se tome conciencia, pero sobre todo urge la organización no sólo para llevar la solidaridad a los hechos en las calles y coordinarla bien, sino también para defender todos los derechos que pisotean con impunidad”.

Pablo Hasél termina así su mensaje: “No voy a arrepentirme para reducir la condena o evitar la cárcel. Servir a una causa justa es un orgullo al que jamás voy a renunciar. Si me liberan antes de finalizar la condena será por la presión solidaria. La cárcel es otra trinchera desde la que seguiré aportando y creciendo. Como tantas otras personas, yo empecé a luchar inspirado por el ejemplo de resistencia y otros aportes de numerosos presos políticos. Espero que este grave atropello sea aprovechado para sumar más personas a la lucha contra el Régimen enemigo de nuestra dignidad…

Noa Gresiva se pregunta en Twitter: ¿Hasél no puede decir que Juan Carlos es un ladrón, pero unos ex militares pueden decir que fusilen a 26 millones de rojos hijos de puta? Y Hasél sigue confiando en la organización popular: “Aún no es tarde para que haya una respuesta solidaria a la altura, y ojalá yo sea el último encarcelado por contar hechos objetivos u opinar y ser crítico con las políticas del Régimen”. Del mismo modo, que su entrada en prisión llegue en plena tercera ola de la pandemia y con una desmovilización galopante en los barrios, no parece casualidad, tal como afirma: “Esto no se puede ver como la decisión de una sola jueza que por libre decide tomarse una venganza. Detrás, hay una operación de Estado. Cuando estábamos confinados en marzo a mí me llegaron tres sentencias en menos de una semana. Hay una planificación de todo este acoso que sufro desde hace años y no todo se limita a una jueza sino a un aparato represivo cebándose conmigo”.

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