jueves, 30 de diciembre de 2021

Los petardos en navidad y fin de año perjudican a los animales.

 

Perro, aterrorizado por los petardos.

En Pacma, el partido animalista, son conscientes de la tradición que supone el uso de la pirotecnia durante las fiestas navideñas y de fin de año, pero sostienen que ésta produce un efecto extremadamente nocivo para los animales en general y para los domésticos en particular. Aseguran que a animales como los perros las explosiones de los petardos les hacen daño de diferentes maneras. Pueden generar taquicardia, falta de aire, náuseas, temblores, aturdimiento o pérdida de control, además del miedo que llegan a sentir. Según el perro y la intensidad de la pirotecnia, estos síntomas pueden agravarse y provocar cuadros mayores de ansiedad canina. Sin embargo, el efecto nocivo no se reduce a los perros. Todos los animales son sensibles ante el ruido y la luz generada por la pirotecnia. En los pájaros, por ejemplo, les puede provocar un aturdimiento tal que pueden llegar a perder el equilibrio y precipitarse al suelo, lo que les suele provocar la muerte.

Para Asunción Estévez, secretaria de la Junta Directiva de Pacma, los petardos deberían prohibirse sin excepciones porque suponen un riesgo enorme para la salud de los animales. “Los perros desarrollan una especie de fobia, después de las primeras veces y los gatos también lo pasan mal. Son más curiosos y a veces salen detrás del petardo, lo que les provoca la muerte”, expone. En cuanto al uso de pirotecnia para grandes eventos multitudinarios, Estévez es consciente de que algunas costumbres están muy arraigadas, pero insiste en la necesidad de cambiar en algunos aspectos. “En países como Italia los fuegos artificiales se hacen sin ruido, mediante el uso de drones. Esto en España sería un gran paso que esperamos que algún día se dé”, señala como alternativa.

Según escribe Alejandro Navas en Diariocrítico, la postura de la Asociación Española de la Pirotecnia es reacia a la prohibición, aunque no niegan el posible perjuicio que les pueda provocar la detonación de petardos en los animales. Por ello, plantean algunas alternativas como la creación de alguna normativa o ley que permita el uso recreativo de la pirotecnia, en lugares habilitados donde se garantice la seguridad tanto de los animales como de las personas. Algo que en la administración madrileña aún no existe. Pese ello no faltan los que sostienen que quizás esta tradición debería desaparecer o, al menos, regular una forma para silenciar los estruendos de las explosiones y los fuegos artificiales.

En general, todas las administraciones locales contemplan en sus ordenanzas la prohibición del uso de petardos en la vía pública. En el Ayuntamiento de Madrid, esta prohibición figura en la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica, en concreto, en su artículo 45. Según este apartado, “explotar petardos o elementos pirotécnicos fuera de los lugares y ocasiones autorizados” constituye un comportamiento ciudadano inadecuado e implica una sanción. Y quienes tiren un petardo fuera de los lugares y fuera de ocasiones autorizados se enfrenta a una multa que puede llegar hasta los 600 euros, en función de la gravedad del hecho que estime un agente de Policía Municipal. Pero son normas no aplicables en cada caso a juzgar por las numerosas quejas y protestas de PACMA.

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