jueves, 17 de febrero de 2022

Casado y el Gordo de Navidad.

 

Pablo Casado, con la mirada perdida en un acto electoral en Castilla y León.

“Con Pablo Casado –escribía en ElPlural.com Antonio Avendaño el domingo, 13-D, día de elecciones en Castilla y León– cuando sale en la televisión, me sucede como con los telediarios el día del sorteo de Navidad, que le quito el sonido al aparato. ¿Qué tiene el actual presidente del PP que, al escucharlo, le entran a uno unas ganas incontenibles de ser injusto, sectario, intransigente, descaradamente parcial? El 22 de diciembre, acostumbro a sabotear los informativos porque no me ha tocado el Gordo, como un niño malcriado que se enfurruña porque la familia no se pliega al último de sus antojos. El mío de ese día siempre es que me toque el Gordo: el silencio informativo del 22-D es mi venganza contra los premiados, contra el azar y contra la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado, que les vayan dando al azar, al Estado, a las Loterías y a los capullos que salen en pantalla descorchando botellas de El Gaitero, los muy ratas, ¡millonarios y bebiendo sidra!, a 1,84 euros la botella de tres cuartos en Alcampo, menudos cutres…

“No debo ser el único. Seguro que Cayetana Álvarez de Toledo también le quita el sonido al telediario cuando sale Casado. Debe ser duro saberse infinitamente más lista, más culta, más oradora, más borde y más de derechas que ese mediocre que lidera, ¿lidera? ¡ja!, el partido de derechas que tú estabas llamada a dirigir por méritos propios, y no prestados como los de él. Cuando en Génova le dieron la patada a Cayetana pensamos que ella se lo había buscado por ser demasiado de derechas, pero luego hemos comprobado que Pablo no pudo echarla por eso porque él mismo ha demostrado ser tan de derechas y aún más que Cayetana, solo que él lo es por la puerta de atrás, como a escondidas, sin atreverse a declararlo de frente y sin complejos. Que un partido ponga como jefe a un Casado teniendo en sus filas a una Álvarez de Toledo da una idea bastante aproximada del funcionamiento de la política hoy en día. La única ventaja de Pablo es que, al contrario que ella, él es capaz de modular a conveniencia y sin escrúpulos su ideología conservadora, ahora soy de centro y machaco a Santiago Abascal, pero ahora soy de extrema derecha y me paso por el forro el aplauso de Bruselas a España por su gestión de los fondos europeos o a los letrados del Congreso descartando un error informático en el voto telemático del diputado Casero.

 “La gestión del caso Casero retrata a Casado aún mejor que su arriesgada decisión de forzar las elecciones en Castilla y León o que sus temerarias mentiras sobre los fondos europeos. Los políticos son gente que suele debatirse entre la verdad y la utilidad: un exceso de la primera los paraliza, pero un exceso de la segunda los envilece. En el caso Casero, Casado ha optado por la utilidad, prima hermana del cinismo, pero lo ha hecho con tal desprecio de la verdad que muchos de los suyos estarán avergonzados de tener que defender en público trolas como que los derechos políticos de Casero han sido conculcados porque no pudo rectificar un error que jamás la Mesa del Congreso ha permitido rectificar a ningún diputado”.

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