La música es una de las
ramas artísticas que guarda mayor relación con el mundo de las matemáticas,
especialmente, por su capacidad para ser creada mediante algoritmos. A través
de estos modelos matemáticos, una composición musical, para que pueda sonar
completa, cuenta con una serie de órdenes numéricos estrictos. Dichos
ordenamientos se aplican para darle sentido a la estructuración de las notas,
con la finalidad de encontrar una armonía musical en la obra.
Diversos estudios
científicos han demostrado que la música, y más concretamente, el aprender a
tocar un instrumento, desarrolla la atención, la concentración, la memoria, la
tolerancia, el autocontrol y la sensibilidad. Además, favorece el aprendizaje
de las lenguas, de las matemáticas, de la historia, de los valores estéticos y
contribuye al desarrollo intelectual, afectivo, psicomotor físico y
neurológico.
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