domingo, 11 de agosto de 2024

El salto hacia atrás de Puigdemont, casi 7 años después de su huida.

Carles Puigdemont, durante un acto de partido en Amélie-les-Bains-Palalda (Francia),  el 27 de julio.

En la noche del 30 de octubre de 2017, ante el temor de ser detenido, el ya ex presidente catalán salió de España camuflado en un coche y con la ayuda de un reducido grupo de Mossos d'Esquadra que le hacían de escolta. A principios de agosto del 2024 volvió a su tierra de origen, con la esperanza de que los suyos le ayudasen a recuperar el poder catalán. Su regreso coincidió con la investidura de Salvador Illa, una vez logrado el apoyo de ERC y los Comuns, tras meses de negociaciones. Pero hoy estos tienen una gran amenaza por delante: Junts y Carles Puigdemont. El ex president y su partido planeaban buscar la foto del arresto, como símbolo de su lucha independentista y un elemento de propaganda contra el Estado español, haciéndolo pasar como represor. Esperaban así culminar su venganza contra PSC y ERC por negarle la presidencia al líder de Junts, que fue segundo en las elecciones de mayo. El president del Parlament, Josep Rull, de Junts, estuvo estos días repartiendo sonrisas y programando la investidura de Illa para el jueves, 8 de agosto, a las 10:00 horas. Pero, tras sus mismas sonrisas se escondía un posible plan del partido para reventar el Pleno en la Cámara y arruinar el día grande al socialista. Puigdemont esperaba entrar de incógnito en suelo español, posiblemente en el interior de un vehículo, evitando así de primeras el acceso al país por la orden de detención que sigue vigente en su contra. Junts deseaba que, cuando se produjera el arresto, se suspendiese el Pleno, alegando que no se podía celebrar “en condiciones de normalidad” al haber sido detenido un diputado electo y, además, sin que el líder de la posible oposición, no pudiera hacer su discurso de respuesta a Illa. El ERC, a sabiendas que sería un espectáculo que beneficiaría a su rival en el sector independentista, se solidarizaría y también pediría retrasar o anular la sesión de investidura.  Se esperaba que Puigdemont, a su vuelta a España en estas fechas, conociese antes todos los detalles, pero sería un 'secreto de Estado', pese a que en Cataluña hubiese ganas de hacer un acto de homenaje al president huido en 2017 tras la declaración de independencia.

Rull señaló en una entrevista en Vilaweb que haría 'tanto como pudiese' para impedir que un diputado pudiera ser detenido en ejercicio de sus funciones.

El líder de Junts, que estos años ha estado afincado en Waterloo (Bélgica), ya reiteró el sábado, 3 de agosto, en una carta abierta publicada en redes sociales, su intención de volver a Cataluña y asumió que su “detención” iba a ser “una posibilidad real en muy pocos días”. Junts ya hizo público que se esperaba que la “recepción institucional” de Puigdemont tuviese lugar a las 9 horas en el Paseo de Lluís Companys en Barcelona. Puigdemont hizo público este mensaje después de que la Diputación Permanente del Parlament hubiese aprobado convocar el pleno de investidura del primer secretario del PSC para el jueves, 8 de agosto con el apoyo de todos los grupos salvo la abstención de PP y Vox. Así lo expresó el martes el presidente del Parlament, Josep Rull, cuando compareció para exponer las conclusiones de la ronda de consultas con los grupos. Rull alertó el miércoles que, si detenían al expresidente no podría “aceptar que el pleno se desarrolle con normalidad”, por lo que, dijo, sería idóneo y adecuado aplazarlo. Rull señaló en una entrevista en Vilaweb que haría “tanto como pudiese” para impedir que un diputado pudiera ser detenido en ejercicio de sus funciones, dado que la cámara del Parlament era democráticamente sagrada y no se podía limitar ningún derecho, en términos de privación de libertad, de ningún diputado. Para ello, explicó argumentos jurídicos “sólidos”, como el Estatut de Cataluña y dos protocolos aprobados y vigentes, entre otros. El proceso de una actividad parlamentaria “no se puede interferir de ninguna de las maneras”, por lo que afirmó que, desde el momento, no se podía detener a nadie. Al preguntársele por qué pasaría si las fuerzas policiales entrasen en el Parlament, detalló: “Si fuese así, miraría de situar al presidente Puigdemont en un lugar el máximo de seguro dentro del Parlament, que sería mi despacho. Lo tengo muy claro”.

  Puigdemont afirmó que la amnistía no acabaría con la “represión” del Estado y llamó a “rejuntar” al independentismo.

El pasado miércoles, Carles Puigdemont, expresident de la Generalitat de Catalunya y líder de Junts per Catalunya, aseguraba a través de la red social X “haber emprendido el camino de su regreso” para estar presente en la investidura que pactaron el PSC y ERC Su partido, que lanzó varios mensajes en los últimos días, insinuando que Illa debería paralizar la investidura en caso de que se detuviese a Puigdemont al cruzar la frontera, convocó el jueves a la ciudadanía a un “recibimiento institucional” en el paseo de Lluís Companys de Barcelona a las 9 horas. El expresident catalán apareció en las inmediaciones del Parlament en las horas previas a la investidura de Salvador Illa. La policía autonómica catalana, en quien Interior había delegado la detención del expresident, desarrolló un operativo de control para intentar interceptarlo, reclamado por el Tribunal Supremo. El expresident compareció durante unos minutos ante la multitud que aguardaba su retorno. “Un país con una ley de amnistía que no amnistía tiene un problema democrático”, dijo antes de bajar del escenario y desaparecer. El abogado, Jordi Cabré, del equipo de defensa de Puigdemont, afirmó que el plan que habían ideado para su retorno había salido “perfecto” y que el objetivo del político catalán no era “hacerse detener ni boicotear ninguna sesión de investidura”. En una entrevista de ElNacional.cat recogida por Europa Press, dijo que la finalidad del expresidente era “ejercer su derecho como diputado electo” en el Parlament y añadió que aún lo mantenía. Al preguntársele por el paradero de Puigdemont, respondió que lo desconocía y que no sabía si se daría a conocer en las próximas horas pero, que hasta el momento “ha sido perfecto”. “Hemos sufrido mucho hasta cinco minutos antes de que llegara el presidente. Por tanto, puedo decir que la montaña escalada durante la mañana ha sido fuerte”, explicó Cabré. Lugo,  los diputados de Junts emprendieron el camino hacia la cámara catalana a la vez que Puigdemont desaparecía. Minutos después los Mossos, que habían planeado un arresto alejado de los focos y de los manifestantes, pusieron en marcha su búsqueda. El líder postconvergente había declarado que “el diputado Lluís Puig y yo mismo no podemos asistir libremente. Primero, porque llevamos encima una larga persecución por permitir que los catalanes votáramos en referéndum, y, segundo, porque el Tribunal Supremo se niega a obedecer la ley de amnistía, aprobada, en vigor, y de obligada aplicación. Este desafío se tiene que responder”. Puigdemont insistió en que, “si nos creemos la ley de amnistía [...], no podemos callar ante la actitud de rebelión en la que se han bunkerizado algunos jueces del Tribunal Supremo”. Y lanzó un dardo tanto al Gobierno español, como al que a todas luces sería el próximo Gobierno de Cataluña. “Parece no inquietarles demasiado [esa actitud de rebelión]. Pero hay muchos catalanes que queremos vivir en un régimen democrático pleno y que queremos disfrutar de lo mismo que disfrutan los países y las sociedades más democráticas del mundo”. 

Carles Puigdemont junto a Jordi Turull en su llegada al acto de bienvenida en Catalunya tras siete años en el exterior.

La llega del expresident de Catalunya a España es una operación “de país, de respeto por la institución de la presidencia de la Generalitat”, afirmó el secretario general d Junts, Jordi Turull. Y advirtió que su partido pediría suspender el pleno de investidura de Salvador Illa si el expresident Carles Puigdemont era detenido al regresar a Catalunya para asistir a esta sesión parlmentaria. Una operación que “no será en clave partidista”, sino “un acto de país, de respeto por la institución de la presidencia de la Generalitat”. En sus declaraciones, Turull dio a entender que Puigdemont volvería de incógnito a Catalunya en los próximos días, aunque sin especificar ni hora ni lugar. “Sería de una ingenuidad salvaje dar detalles” de sus planes y “ponerlo fácil para que lo puedan detener”, señaló el secretario general de Junts. “Puigdemont debería entrar por la puerta principal del Parlament, aunque no ha pactado ningún plan con los Mossos d'Esquadra porque “no viene a dejarse detener”, sino a “defender sus derechos políticos” como diputado. Declaró que la llegada del líder de Junts se produce para “confrontar” con los jueces que han decidido “prevaricar” y no aplicar la ley de amnistía. En referencia concreta al magistrado Pablo Llarena, Turull señaló la “venganza” y el “escarnio” que tiene hacia Puigdemont. “El expresidente de la Generalitat será detenido (y él lo tiene asumido), porque el Tribunal Supremo no le aplicó la ley de amnistía. De este modo, Junts pedirá al president del Parlament, Josep Rull, que suspenda el pleno”, señaló Turull, quien alegó que no se podría celebrar en “condiciones de normalidad”. Según sus palabras, ERC “ha cambiado de bloque”, al abandonar el bando independentista para aliarse con PSC y Comuns, por lo que “debe asumir las consecuencias de sus actos”. Turull formó parte de la comitiva destinada a proteger a Carles Puigdemont en su desplazamiento entre el escenario donde daba su discurso y la entrada al Parlament. Pero, pocos minutos después de bajar del escenario, el expresident desaparecía. Por eso, los Mossos requerirán a Turull que declare para intentar esclarecer lo sucedido. 

Mientras los diputados de ERC y de la CUP, socios de investidura de Illa tras el acuerdo de la financiación singular de Cataluña, querían que todo se llevara a cabo con la mayor normalidad posible, los de Junts organizaron un acto de bienvenida en el centro de Barcelona, donde su líder apareció a las 9:00 de la mañana, hizo un breve discurso de unos minutos y desapareció sin dejar rastro y burlando la orden de detención judicial, lo que provocó todo tipo de teorías de la conspiración. De inmediato, se puso en   marcha la 'Operación Jaula', para encontrar al ex president Puigdemont. Un dispositivo policial sin precedentes, que consistía en registrar uno a uno todos los vehículos que circulaban hacia la frontera.  Pero el candidato de Junts siguió en paradero desconocido. Y su búsqueda infructuosa levantó ampollas entre la oposición y sirvió de excusa para que Junts pidiera suspender el pleno, a lo que la mesa del Parlament se negó. Así que, una vez más los internautas mostraron su lado más canalla para reflejar su opinión y este extraño acontecimiento se convirtió en meme, como sucedió con su llegada

El candidato a la Presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, en el Parlament.

En un pleno atípico y condicionado por la reaparición en Barcelona de Carles Puigdemont, Salvador Illa fue investido presidente de la Generalitat de Catalunya, gracias a los votos de los diputados del PSC, ERC y Comuns. El debate se pudo celebrar al conseguir los socialistas cerrar los acuerdos con los republicanos y con la formación de izquierdas, garantizando a su primer secretario la mayoría absoluta necesaria de escaños (68) que le aseguraba la elección. Una nueva etapa que arrancó, según cuenta en Público Marc Font con una alianza de investidura a tres bandas que recordaba los gobiernos tripartitos, integrados entre 2003 y 2010 por PSC, Esquerra y la antigua ICV-EUiA. Un entendimiento que Illa pretendió que fuerza duradero, como manifestó en su discurso,  del que se podían esperar “políticas realistas” y de “progreso, pero, en ningún caso, revoluciones o profundos cambios estructurales. “Catalunya tiene que mirar adelante, no puede perder el tiempo y tiene que contar con todo el mundo”, proclamó un Illa que, durante la campaña para las elecciones, había repetido constantemente que consideraba que el procés había significado una “década perdida” para el país. Pero consideraba clave culminar la desjudicialización, por lo que reclamaba “la aplicación ágil, rápida y sin subterfugios” de la ley de amnistía, en la cual de momento los jueces del Tribunal Supremo se resistían a incluir Puigdemont, entre otros. Illa defendió que Catalunya teenía que ser una “nación abierta, plural y diversa, que se implicase en la construcción de una España plurinacional y una Europa Federal”. En la práctica, el inminente Govern de Salvador Illa quería que la gestión pasase a primer plano político, con la mejora de los servicios públicos, la potenciación de las infraestructuras o el impulso de la industria como algunas de las principales banderas que pretendía levanta. Como ya había anunciado meses atrás en la campaña electoral, Illa considera que Catalunya tenía que vivir su “tercera gran transformación”, después de las llevadas a cabo durante los años 80 en el despliegue del autogobierno y en la primera década del actual siglo con los tripartitos. Una transformación que sobre todo debería pasar por la mejora de los servicios públicos, para la cual necesitará culminar con éxito el “nuevo modelo de financiación singular”. El cambio de modelo de financiación es, probablemente, el principal reto de la legislatura, sobre todo teniendo en cuenta que para lograrlo hacen falta acuerdos amplios y una mayoría absoluta en el Congreso para reformar la LOFCA y que Catalunya pueda salir del régimen común de financiación común. Un hecho que levanta ampollas en el PP, pero también en parte de los barones territoriales del PSOE y en algunas de las formaciones integradas en el grupo de Sumar.

Junts plantea una oposición dura.   

El nuevo ejecutivo, que de entrada será monocolor del PSC, se fija tres grandes ejes de actuación: el institucional, con “un autogobierno efectivo, mejor financiación y cooperación leal con el resto de administraciones públicas”, los servicios públicos y la nueva industrialización verde. A partir de aquí quiere afrontar “cinco grandes prioridades”, que son la ambiental -vinculada a la emergencia climática-, la social, la económica -que pasa por impulsar las infraestructuras y “recoser Catalunya con transporte público”, la reforma de la administración y de los servicios públicos y, finalmente, la política, “abrir una etapa de consensos” y, a la vez, “afrontar” los conflictos mal resueltos, hecho que explica la futura puesta en marcha de la Convención Nacional acordada con ERC para resolver el conflicto con el Estado.   A la vez, ERC subrayó que el conflicto territorial se mantiene, pero también reivindicó el pacto para lograr una nueva financiación que tiene que ser un “modelo de soberanía fiscal”. La reivindicación del acuerdo, sobre todo en ámbitos como la vivienda, también marcó la intervención de la líder de los Comuns, Jéssica Albiach, que además prometió la exigencia en el cumplimiento de aquello pactado y ejercer de oposición en los aspectos en que no se han entendido. En cambio, Junts y PP ya han visibilizado que, al menos de entrada, ejercerán una oposición contundente al Govern de Illa. El presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, por ejemplo, comentó que la voluntad de su partido es “erigirse en alternativa” y que no piensan contribuir a la gobernabilidad. Pero, en que el conflicto político de fondo, con Puigdemont como emblema, seguirá sin desaparecer, a pesar del desgaste y desmovilización del movimiento independentista.

Marina Velasco reseña cómo los medios internacionales cuentan la vuelta (y desaparición) de Puigdemont. “No era ninguna sorpresa que este jueves iba a ser de alta intensidad informativa. Fijado el pleno de investidura en Catalunya del socialista Salvador Illa, la noticia más bien era otra: el expresident Carles Puigdemont estaba decidido a boicotear la sesión ‘contraprogramándola’ con su vuelta a España después de siete años huido, y con una orden de detención en vigor que hacía presagiar un posible arresto televisado en directo. En España, todos los medios estaban pendientes de esta vuelta tan anunciada, y de los escenarios posibles que se abrían con la reaparición de Puigdemont. Fuera del país, la prensa extranjera también tenía un ojo puesto a primera hora de esta mañana en los posibles movimientos del expresident catalán. Lo que pocos –o nadie– esperaban era el (pen)último giro de guion en esta historia: Puigdemont, efectivamente, volvió y, además, se dio un baño de masas en Barcelona, pero justo después desapareció. Así se hizo eco los medios internacionales de la noticia política del día: ‘La Policía busca al ex líder separatista catalán después de una impresionante vuelta del exilio”’, titula la BBC, que a media mañana de este jueves sitúa la noticia en lo más alto de su web. ‘También abre la web de The Guardian con el retorno de Puigdemont. De hecho, el periódico británico ha desplegado un ‘minuto a minuto’ que cuenta en directo cada novedad sobre el caso del expresident. “Controles policiales en carreteras mientras la Policía busca al independentista Carles Puigdemont tras su regreso a Barcelona”, titulan. A primera hora de la mañana, el titular del Guardian sobre Puigdemont era (lógicamente) mucho más genérico y conservador: Carles Puigdemont promete volver a España, un quebradero de cabeza para la coalición de Gobierno. “Muchos ven el movimiento de Puigdemont como el último lanzamiento de dados para el líder independentista”, se lee en la pieza, que habla del “dolor de cabeza” que podría provocar la detención del catalán para el Gobierno de Pedro Sánchez

Otros comentarios, imágenes, fotos y fotomontajes:


El juego del día. Encuentra a Puigdemont.

Puigdemont disfrazado del Capitán Sparrow de Piratas del Caribe.

La secretaria de Comunicación de Sumar, Elisabeth Duval, critica el “teatro y “truco de magia” que ha protagonizado el líder de Junts, Carles Puigdemont, en Barcelona, así como la expectación que ha generado su posible detención y señala que se ha vivido una situación “muy compleja”.

Nació el 5 de mayo de 1966 en La Roca del Vallès —ciudad de la que acabó siendo #alcalde—. De orígenes modestos, su padre Josep fue trabajador de una fábrica textil y su madre, María, ama de casa. Ahora, #Illa es #president de la #Generalitat y serán sus raíces humildes las que determinarán, en parte, su forma de hacer política.

Muy convincente la explicación del comisario jefe de los Mossos sobre el skakeo de Puigdemont....

El momento exacto en el que Armand Duplantis rompe su propio récord mundial de salto con garrocha en los Juegos Olímpicos de Paris 6.25 Metros de altura.

Dos orejas y el rabo.

Winfred Yavi

-Imagina no haber podido representar a tu país natal por “falta de cupo” en el equipo

-Bahrain te abre la puerta y decides competir con esa bandera

-Vas a los juegos olímpicos Paris 2024 en busca de cumplir tu sueño

-Tus principales rivales son las de tu país natal, Kenia

-En la final de los 3000m con vallas, haces un cierre magnífico y te llevas el primer lugar

-Consigues el oro dejando atrás al país que te dijo NO y, por si fuera poco, haces el récord olímpico.

Impresionante fotografía.

El humor en la aprensa de esta semana: Peridis, Manel  F., Vergara, Harca, Riki Blanco, Flavita Banana, Asier y Javier, Javi Salado, García Morán, Santygutiérrez…





Violencia racista.


Invitación.
Jussticia española.

El niño, la novia, el muerto y el candidato







Pep Roig, desde Mallorca.

 El retorno del Prínsipe Asul
No hagan olas.
Esperanzas.

 
No molestar.

Noticias del nuevo mundo.

     Allà on no n'hi ha, que no n'hi cerquin.                        

Los vídeos de esta semana:

PUIGDEMONT regresa a Catalunya con un acto ante el PARLAMENT

¿Peligró la investidura de Illa con la llegada del Puigdemont al Parlament?

Carles Puigdemont, el hombre más buscado en Cataluña tras burlar operativo policial

Desde el estadio: Duplantis rompe récord mundial en salto con pértiga (6,25 metros)

Jesse Owens, el atleta que retrató el racismo de la Alemania nazi



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