Una caricatura en “Clarín”, diario bonaerense, del dibujante Hemenegildo Sabat, el más célebre periodista gráfico argentino, provocó una reacción desmesurada de Cristina Fernández de Kichner. En la ilustración, una equis sobre la boca de la Presidenta le impide hablar y del costado izquierdo de su cara se vislumbra la silueta de Kichner, su marido y ex Presidente. La equis equivale al rali oratorio de la última semana de marzo, en la que hizo cinco discursos en ocho días, y el perfil de su esposo hace alusión al “doble comando” con que el matrimonio maneja la Presidencia argentina.
Fernández de Kirchner repitió sus habituales críticas contra el periodismo en general por su información sobre la huelga de productores agropecuarios contra el Gobierno que "cambia, tergiversa y muestra una sola cara" del conflicto. Y se permitió comparar a los editores de medios de comunicación con los militares golpistas, tildándolos de “generales muti-mediáticos”.
Pese a que, en uno de sus mitines dados en la Plaza de Mayo, la presidenta asegurara que, en general, “mi caricatura no me molesta”, e intentara mostrarse tolerante –“a mí, llegó a decir, me divierten mucho las caricaturas y las propias son las que más de divierten”–, abrió un “pero” para arremeter contra el dibujo de “Clarín”, calificándolo de “mensaje cuasi mafioso” porque “tiene una venda cruzada en la boca”. “¿Qué me quieren decir? –preguntó, enojada– qué es lo que no puedo hablar y qué es lo que no puedo contarle al pueblo argentino?
La reacción del periodismo argentino y del ambiente cultural de Buenos Aires no se hizo esperar, cerrando filas en torno a Sabat, quien alguna vez ha definido sus ilustraciones como “comentarios periodísticos en forma de caricatura” y no contestó a los agravios de la Presidenta. Uruguayo de 75 años, Sabat es un periodista muy respetado por su función crítica que llegó a arremeter contra la dictadura argentina de 1976 a 1983. Trabaja en “Clarín” desde 1973 y ha recibido varios premios importantes. En el 2005 recibió un homenaje de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, de manos del escritor colombiano Gabriel García Márquez.
Fernández de Kirchner repitió sus habituales críticas contra el periodismo en general por su información sobre la huelga de productores agropecuarios contra el Gobierno que "cambia, tergiversa y muestra una sola cara" del conflicto. Y se permitió comparar a los editores de medios de comunicación con los militares golpistas, tildándolos de “generales muti-mediáticos”.
Pese a que, en uno de sus mitines dados en la Plaza de Mayo, la presidenta asegurara que, en general, “mi caricatura no me molesta”, e intentara mostrarse tolerante –“a mí, llegó a decir, me divierten mucho las caricaturas y las propias son las que más de divierten”–, abrió un “pero” para arremeter contra el dibujo de “Clarín”, calificándolo de “mensaje cuasi mafioso” porque “tiene una venda cruzada en la boca”. “¿Qué me quieren decir? –preguntó, enojada– qué es lo que no puedo hablar y qué es lo que no puedo contarle al pueblo argentino?
La reacción del periodismo argentino y del ambiente cultural de Buenos Aires no se hizo esperar, cerrando filas en torno a Sabat, quien alguna vez ha definido sus ilustraciones como “comentarios periodísticos en forma de caricatura” y no contestó a los agravios de la Presidenta. Uruguayo de 75 años, Sabat es un periodista muy respetado por su función crítica que llegó a arremeter contra la dictadura argentina de 1976 a 1983. Trabaja en “Clarín” desde 1973 y ha recibido varios premios importantes. En el 2005 recibió un homenaje de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, de manos del escritor colombiano Gabriel García Márquez.
Ricardo Roa, editor general de 'Clarín', ha recordado en un editorial que "la prensa, afortunadamente, caricaturiza al poder" y así lo hizo Sabat "con todos" los presidentes argentinos "sin excepciones". "Sin embargo –remató–, nadie, excepto Cristina Kirchner, llegó a imaginar en sus dibujos un mensaje cuasi mafioso, que es una manera de decir mafioso sin decirlo. Como cualquier otro, la Presidenta tiene el derecho de pensar y opinar lo que quiera. Salvo por el hecho de que lo que dice tiene el peso de la investidura presidencial y por eso debe tener más cuidado que nadie".
El problema amigo Santiago, es que el peronismo no puede sacudirse los tics autárquicos y caudillescos, por más que los disfracen de progresismo. Y lo peor, es que toda Argentina está peronizada. No hay partidos políticos, sino partidos peronistas y entre ellos se disputan sus taifas. Me llevó muchos años y dolor de tripas escribir "Historia breve de Argentina. Claves de una impotencia" y el mal está en ese divorcio entre las instituciones y la sociedad a causa del siniestro caudillismo.
ResponderEliminarEn efecto, el mal radica en el divorcio entre las instituciones y la sociedad argentina. Reconocemos, compañero otrora en esas lides del periodismo, que nadie como tú, nacido en ese gran país argentino, podría recordárnoslo mejor en ese vídeo de YouTube, de 3 minutos y medio, titulado "Argentina. Claves de una impotencia" y en el libro del mismo título. No dejamos de recomendarlo y sugerimos a los interesados la lectura de tus trabajos y tu blog(www.cuadernodenotasdeat.blogspot.com).
ResponderEliminarPara tí,Antonio Tello, un saludo entrañable.
No tengo ni idea de política Argentina, pero me llaman siempre la atención que pueden llegar a causar ciertas viñetas como ésta, la de los príncipes aquí en España, o la famosa de Mahoma. ¿Es que no queda sentido del humor? Y, por otro lado, ¿no hay demasiadas ganas de hacer montañas con cualquier excusa de arena? Al final les sale el tiro por la culata, la viñeta en cuestión se difunde mucho más y la opinión pública les pasa factura.
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