Alberto
Sicilia trata de explicar desde Sao
Paulo por qué las manifestaciones durante el Mundial de Fútbol han disminuido
hasta casi desparecer, cuando en junio del pasado año, durante la Copa Confederaciones ,
millones de personas salieron a las calles. Porque hoy, apenas se notan, pese al anuncio de que crecerían y que podrían
amenazar el Mundial. “En Brasil –escribe Alberto Sicilia en Principia Marsupia,
de Públioc.es– siguen celebrándose manifestaciones durante el Mundial, pero son
mucho más pequeñas de lo anticipado. Con el país lleno de periodistas
internacionales, el Mundial se presentaba como una oportunidad extraordinaria
para visibilizar los problemas del país y podría haber proporcionado a los
movimientos sociales gran poder de negociación con las autoridades. ¿Por qué,
sin embargo, las manifestaciones se han apagado? Estos días he tenido la
oportunidad de charlar con varios activistas que me han explicado algunas
razones para este declive en las protestas:
1) “Miedo a que la derecha utilizase las manifestaciones
contra el Partido de los Trabajadores. Las elecciones generales
de Brasil se celebran dentro de 3 meses y el Partido de los Trabajadores podría
perder el gobierno. ‘La
derecha –me dice Daniel– estaba deseando que el Mundial fuese un caos y que las
huelgas colapsasen el país. En ese caso, tendría garantizada la victoria en
octubre’, me dice Daniel. Cuidado, mucha gente de izquierdas que
estaba saliendo a la calle no comulga con el gobierno de Dilma, pero teme aún
más la vuelta de la derecha.
2) “Represión policial. La Policía Militar
está reprimiendo con mucha violencia las manifestaciones de estos días. En la
primera protesta a la que asistí en Sao Paulo, había casi tanta policía como manifestantes
y decenas de personas acabaron heridas (entre ellas una periodista de la CNN ). ‘Yo sí saldría a la calle
estos días, pero no lo hago por miedo a la Policía Militar ’,
me cuenta Bruna.
3) “El fútbol es una fiesta. Así lo explica
Tadeu: ‘No nos gusta
la FIFA , una
organización opaca y corrupta que ha conseguido cambiar leyes en Brasil para su
beneficio económico. Tampoco nos gusta que el gobierno se haya gastado tanto
dinero en los estadios. Pero el pueblo de Brasil ama el fútbol y
las semanas del Mundial son siempre un tiempo de celebración en nuestro país.
Este año, además, tenemos la oportunidad de compartir esta alegría con miles de
personas que vienen del extranjero. Que celebremos el fútbol no significa que
olvidemos los problemas sociales. Ahora es tiempo de fiesta, pero no tengas
ninguna duda, seguiremos luchando”.
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